Es curioso. Este vecino del mundo ojeando los periódicos
digitales se encuentra con un titular que en el fondo pudiera ser un gran
chiste:
Rita
Barberá rompe su silencio y asegura que no ha adjudicado un contrato a dedo
"en su vida".
Con respecto a la primera parte de la sentencia, “Rita
Barberá rompe su silencio…”, raramente hemos visto a la Señora Rita
Barberá callando, más que callada, porque siempre ha sido de esos políticos que
se apuntan a un bombardeo. Y todavía
recuerdo, desgraciadamente nunca lo podré olvidar, esas imágenes de toda una alcaldesa
asistiendo desde una altura, en un gran balcón, a uno de los actos festivos de las Fallas. Mientras, algún colectivo de "afectados por...", no recuerdo ahora exactamente cuál, se manifestaba,
literalmente, a sus pies, con sus pancartas y letreros correspondientes y, ella
entre risas les hacía todo tipo de mohines primero, y después abiertos gestos de
repulsa. En una especie de aclaratorio discurso corporal se entendía
claramente: “Yo no soy alcalde/alcaldesa de todo tipo de súbditos, sino del que
se porta bien y se calla”.
A la segunda parte de ese encabezamiento … y
asegura que no ha adjudicado un contrato a dedo "en su vida" se
podría argumentar que para adjudicar un contrato precisamente no hace falta
hablar, sino asentir y buscar lugares comunes de entendimiento, como “tú me das
y yo te doy” o “yo tengo y tú lo necesitas”.
Una vez soñé, y no lo había contado nunca por lo
traumático que me había resultado el momento, con una Rita Barberá, sentada en
el suelo, piernas cruzadas, sin ropa, pero colocada de tal manera que no se le
veía nada, pintada totalmente de púrpura, y asemejándose a un gran Buda.
Fueron unos momentos, los del sueño y su traducción al despertarme,
tensamente confuso-religiosos.
Recuerdo que me fijé en su mano izquierda, la cual se
acercaba a su boca con un grano de uva negra entre sus dedos. En un momento dado
sus ojos apuntaron a los míos y abrió, lentamente, su boca, como para decirme
algo, y en ese momento se oyó un gran y húmedo eructo incrementado por un
inmenso eco que duró incluso mientras ya estaba despierto…
¿Cuando los dioses no tienen nada que decir, solo originan fenómenos extraños?... Me lo he preguntado desde aquella mañana.
*FOTO: DE LA RED
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