Este vecino ha comenzado el día de muy buen humor al
comprobar cómo se las gasta alguno con tal de ayudar a su equipo de fútbol.
Ayer y durante el partido Getafe-Atlético de Madrid, y
cuando Diego Costa iba a tirar un penalti, una persona que se encontraba
detrás de la portería del Getafe se baja los pantalones, y todo lo que llevara,
enseñando su blanco trasero, con el fin de desconcentrar al jugador colchonero,
y debió de conseguirlo porque el portero paró el penalti.
Todo podía haber quedado en una anécdota más, pero a este
vecino le han entrado unas ganas inmensas de hacer lo mismo, o lo que
vulgarmente viene siendo “hacer un calvo”. Lo bien que te
tienes que quedar enseñando tus blancas vergüenzas en un momento dado. Y como
se suele decir, a vuela pluma, se le ocurren al vecino unas cuantas
dedicatorias, dejando claro que para hacer esta pequeña lista se ha huido de lo
obvio, mencionar a la clase política:
A esa vecina que todos los días al levantar la persiana
te la encuentras en la ventana de enfrente, mirándote con cara de “sé lo
que has hecho este fin de semana”.
A esa cajera, que ahora en muchas tiendas te pregunta si
vas a querer una bolsa, porque en ese caso te la va a cobrar.
A ese conductor que cuando ve que vas a comenzar a cruzar
un paso cebra acelera para enseñarte el poder de sus caballos.
A la madre de ese niño que no para de llorar, o de
molestar, durante todo el viaje en autobús, o en cualquier establecimiento público, y ella es la única que parece no
darse cuenta.
Al inventor del “abrefácil”, porque sabe que en un noventa
por cierto de las veces no vas a abrir a la primera, y se te queda cara de
impotencia, mientras los demás que te rodean intentan disimular la risa.
Al que busca una prenda de marca, que los hay, en una
tienda de chinos, y al no encontrarla mira a la dependienta, porque normalmente
es mujer, con cara de perdonarle la vida.
Sé que a vosotros se os ocurrirá muchos casos más, pero la
intención era mostrar lo primero que te sale de dentro, porque es lo que
verdaderamente te molesta.
Me imagino que hoy, en el día después, esa persona que se
bajó los pantalones será muy criticada, pero para este vecino es un héroe.
Porque hacer un calvo en un momento dado es intentar luchar contra la
adversidad con un toque de humor, empezando por reírse de uno mismo. Es como
escupir contra el viento, mostrando así tu rebeldía, y que no te importen las consecuencias, que las habrá.
*FOTO: DE LA RED