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domingo, 9 de octubre de 2016

ARCHIVANDO LA SEMANA...



Ya lo dijo en su momento el poeta Don Ramón de Campoamor:

---Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira.


Y por eso, esta semana ya pasada, muchos la archivaran como la semana en que Kiko Rivera le dijo no a la soltería y sí, se presupone, a una suculenta exclusiva, que para eso es un niño bien enseñado por su madre.


Para otros en cambio, decimos adiós a la semana en la que descubrieron que Dios existe, porque nadie terrenal ha podido crear a una Cristina Pedroche, y menos vestida, o vestida de desvestida a lo Jennifer Lopez en “Tu cara me suena”, y guapa hasta decir basta.


Quizás en el fondo, cualquier excusa es válida, por ejemplo, para olvidar desgracias que ya se hacen eternas en lugares como Haití, en donde no se quiere arreglar el problema de raíz, y cualquier desgracia meteorológica se convierte en desgracia humanitaria crónica.
Luego, eso sí, puntualmente “el mundo” les ayuda durante meses en una especie de exculpación de penas.


Y no hace falta salir al extranjero, o para que suene más políticamente correcto, no hace falta mirar allende los mares.


Algo tenemos que estar haciendo terriblemente mal en esta España nuestra para que prácticamente pase desapercibida la noticia de una niña de ocho años hospitalizada en Palma de Mallorca, tras una paliza en el recreo por doce alumnos en edades comprendidas entre doce y catorce años. Y que presuntamente la encargada de la alumna (y no sería sólo su culpa, ya que autoridades en su lugar de trabajo tendrá por encima de ella), esperara a que viniera su familia a recogerla, como el resto del año, e intentara zanjar el tema con un lacónico “parece que ella está bien”.


Ahora, como siempre, presuntamente se está intentando “embellecer” el tema desviando la atención. Por de pronto, el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, afirmó este pasado sábado que la niña de ocho años que el pasado miércoles sufrió heridas tras ser golpeada por otros niños en un colegio de Mallorca, fue víctima de "una agresión y no de bullying". Eso huele más bien a intentar salvar el trasero, por de pronto al departamento educativo, aun cuando ya se ha dicho por parte de la familia de la niña, que la madre ya había hablado anteriormente en el colegio.


Discutir a estas horas si es bullying o agresión puntual (lo de “puntual” lo añade este vecino del mundo, porque, seamos serios, es lo que se quiere sugerir) es una vez más discutir sobre si son galgos o podencos cuando, en realidad, en la fábula las dos razas cazaban.



Y es que en el fondo, todos queremos “archivar”, y consecuentemente olvidar, la semana de la mejor manera posible, sin dejar flecos pendientes y sin que nadie ni nada nos despeine o nos haga sentir lo ruin o despreciable que puede llegar a ser la raza a la que pertenecemos.


*FOTO: DE LA RED

domingo, 23 de agosto de 2015

EL DESTINO Y SU MALA LECHE



¡Lo curiosa que es la vida!

Antes de nada, mis lectores por correos internos me suelen decir que tengo muy mala leche, y que entre ironía e ironía reparto collejas, muy bien puestas eso sí.

Todo lo anterior según opinión de mis lectores, que también pueden ver las cosas de manera contraria, porque como comenzaba, lo curiosa que es la vida, que sabe rizar el rizo de la ironía. 

Ayer me enteré que la actual pareja sentimental de Antonio Banderas, Nicole Kimpel, tiene una hermana gemela, Bárbara, aunque en realidad bárbaras están las dos, que para eso son iguales. Y nada más enterarme de ello, una sonrisa, quizás malvada eso sí, afloró en mi rostro. Tantos años, unos veinte, los que duró la historia de amor de Antonio y Melania, con la sombra de una enfermedad, el alcoholismo, siempre al fondo de la relación, y ahora, el que ve doble es él.

Por cierto, lo mismo que en el cine el Señor Antonio Banderas usará dobles para las escenas de acción, vistas las imágenes de su baile con su novia en las gradas durante la actuación de Lionel Richie en el Starlite de este año, mejor que fuera pensando hacer lo mismo, usar un doble,  en este tipo de escenas de sublimación del amor. Y es que en teatro se utiliza la expresión "pasar la batería" para hacer cómplice de sus sentimientos al espectador, y en este caso lo único que hacía sentir, al menos a este vecino del mundo,  es una especie de estupefacción ante el cambio tan grande de comportamiento al que nos tenía acostumbrado.

Estoy seguro de que muchos me van a decir que este vecino del mundo es muy, muy, malo, pero en realidad él lo único que hace es leer entre líneas.

También es irónico el destino de Don Kiko Rivera Pantoja, el único de los tres hijos de Paquirri, Don Francisco, que no se dedica a los toros. Y, sin embargo, es el que más relacionado está con el mundo de los cuernos. En ese sentido, hace unas faenas de aliño resultonas al comienzo, teniendo en cuenta las armas con las que cuenta, que son más bien pocas; y desastrosas, esas mismas faenas, en la conclusión. 

Lo mismo que para defender al mundo de los toros, siempre se dice que da de comer a muchísimas familias, el mundo de los cuernos de Don Kiko también da de comer a mucha gente, empezando por él, y siguiendo con las afectadas/damnificadas, y con todos los que en cierta manera se llevan un porcentaje, periodistas y televisiones incluidas, por el hecho de que el también dj sea presuntamente de bragueta rápida y amnésicamente fiel.

Lo dicho, la culpa no es del que observa, sino del destino que cuando menos es juguetón.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 15 de diciembre de 2014

MI VIDA COMO ZOMBI

¡Estoy contento! Sí, estoy contento. Ayer me enteré a resultas de esas frases lapidarias que últimamente se pueden oír por los medios de comunicación, en la televisión en este caso, que soy mucho más joven.
No es que estuviera viendo la “tele”, sino que más bien estaba enfrente de ella con la mente en ni se sabe qué planeta, cuando oí en un programa, que "los cuarenta de ahora son los antiguos veinticinco". Automáticamente mi mente aterrizó de su viaje interestelar, y esa vocecita que nos habla a todas horas, con la misma personalidad que aquella que te dice “su tabaco, por favor”, hizo cálculos inmediatos y me dijo: “si hay que quitar quince años, ahora tienes cuarenta y tres”.
Todo un mundo por delante. Ahora sí que estoy perdido, porque este vecino del mundo ya había hecho cálculos, y dicho el consiguiente ¡virgencita, que me quede como estoy!, ya había elegido vivir por la sombra y que los toros de la vida torearan los jóvenes. Pero en un pispás me han cambiado el mapa vital, y ahora estoy más perdido que Kiko Rivera en una biblioteca.
De todas maneras, en un mundo, el actual, donde la publicidad tiene mucho peso, vivimos regidos por frases. Desde las tristemente recordadas “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” y la aparición de los famosos “brotes verdes”, todo son frases que nos dirigen a un lugar que en realidad no es el nuestro. Una especie de éxodo, ahora que se ha puesto otra vez de moda la historia de Moisés, a un lugar al que nos quieren llevar que me da que no es la tierra prometida, sino más bien la vuelta atrás a ser esclavos.
Ya le dijeron a mi madre cuando nací, que había tenido un niño malpensado, y con los años no he cambiado. Cuando te sueltan mensajes que parece que caen del cielo, hay que plantearse el por qué.
Como buen cinéfilo hace tiempo  aprendí que si un personaje, por ejemplo, empieza poco a poco a toser, ya se sabe que cuando menos va a tener un grave problema de salud que le va a complicar la existencia en la película, porque en una historia con un metraje determinado solo se incluyen las cosas verdaderamente importantes para la trama. Por eso, nada más enterarme de que tengo quince años menos, lo primero que pensé fue: Espero que ni Rajoy ni sus ministros se hayan enterado, porque entonces nos ponen la jubilación como regalo a los ochenta años
Si desde el punto de vista empresarial ya somos viejos para los cincuenta, nos pasaremos treinta años como unos zombis en vida, mendigando por un lugar en el que ubicarnos.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 17 de julio de 2014

KIKO, ¿REALMENTE ERES ASÍ?

Ayer este vecino del mundo había entendido que se proyectaba un documental, y le extrañó que fuera, como dicen los entendidos, en “prime time”, u hora de máxima audiencia, porque los documentales siempre son a la hora de la siesta, y además, era, para variar, en Telecinco, cuando normalmente son en la 2 de Radio Televisión Española. 
Y es que juntando los dos conceptos: “documental” y “televisión”, asocias en un primer momento que es un documental sobre animales, y en efecto, y que se entienda bien, era sobre todo un “animal social y televisivo” llamado Kiko Rivera.
Y como tal, se mueve por su hábitat marcando territorio, al que solo deja entrar a los que le adulan, viendo, entonces, la verdad completamente distorsionada. Además, emplea un muy viejo truco para salvar su vida artística. En la primera ocasión que tiene ofrece su yugular, su punto débil, porque dice que no es cantante, que no es actor, que no es disc-jockey, con lo cual intenta que nadie le critique,  porque "honestamente" hace lo que puede. 
Lo que ocurre, es que todo lo anterior se ve en contradicción por lo que cobra, porque no lo hace como un aprendiz, ni mucho menos como “un becario”, sino como una estrella a la que le prestan la luz sus dos apellidos: Rivera Pantoja.
Kiko Rivera no debe de conocer la expresión “Por la boca muere el pez” porque entonces no hubiera concedido la cantidad de declaraciones que ha hecho al equipo de televisión encargado del citado documental, y por el que presuntamente ha cobrado vía contrato.
Al ver las primeras imágenes promocionales, en las que se ve a un Kiko Rivera desatado en la mitad de un escenario, sin dejar de desafinar ante el asombro de todos los presentes, y que habían pasado por caja, conviene no olvidar, a este vecino le recordó al famoso documental que tanto daño hizo a Michael Jackson. Con la única variante de que mientras en el video de la estrella americana, en el montaje final se vertían opiniones contrarias al primer espíritu del proyecto, y que hizo que el artista ya fallecido, colaborara en el mismo, por lo que en cierta manera fue engañado. Sin embargo, Kiko Rivera da vía libre al proyecto, y es el propio no cantante, no actor y aprendiz de disc-jockey quien se desacredita a la vista del espectador intentando dar una versión muy alejada de lo que éste desde su casa acaba de ser testigo. Pero así y todo, y haciendo más de un esfuerzo, se puede aún creer en la buena voluntad de intentar ir aprendiendo de un mundo que, como el propio Kiko Rivera reconoce, no es el suyo. 
Sin embargo, todo se viene abajo, cuando se nos informa, ya en el debate del estudio,  que dos canciones con las que ha triunfado, vendiéndonos que eran parte de sus vivencias más íntimas, están compuestas por otra persona, que además no ha visto un euro, y que en el mismo estudio de televisión ha mostrado pruebas irrefutables, según los presentes, y adjuntando además un vídeo en el que él mismo, Guille El Invencible, canta sobre un escenario la misma canción que dice Kiko Rivera que acaba de componer, pero eso sí con dos años de diferencia.  
Lo mismo que la ignorancia de una ley no exime de su cumplimiento, el que los que están alrededor tuyo te muevan el agua y rían tus gracias e incluso te puedan presumiblemente "aconsejar", no impide que a la postre seas tú el único responsable de tus hechos.
Este vecino está convencido de que teniendo en cuenta de que España y los españoles son como son, Kiko Rivera seguirá ganando dinero con sus actuaciones en directo, pero lo más importante que un artista puede tener, es su credibilidad, y esa ya la ha perdido, o al menos ha quedado muy mal parada, en la humilde opinión, de este vecino. Y eso siempre suele ser el principio del fin. 

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 19 de febrero de 2014

KIKO RIVERA DANDO LA NOTA

Hace un tiempo para descalificar a una persona, se decía que “no había leído un libro en su vida”, sin embargo, desde hace unos años ya, coincidiendo especialmente con la época de los concursantes de los diferentes “Grandes Hermanos” que en España ha habido, no leer un libro se convirtió en un dato de identidad que había que llevar con orgullo.
No obstante, lo de ayer ya es un hito diríamos que para la humanidad, un antes y un después. El Señor Kiko Rivera, durante un concurso en el programa de “El Hormiguero”, al que acudía para promocionar su última canción, tenía que intentar tocar una melodía, entre varias propuestas, eligiendo, además, entre varios instrumentos, y que el resultado fuera reconocible. Tras intentarlo con una trompeta, y demostrar que no tenía ni idea de que había que poner los labios de una determinada manera para que aquello sonara, lo intentó con un violín, y visto lo visto lo raro es que supiera que “aquello” era un violín.
Al ir a colocárselo en el hombro se lo colocó al revés, es decir con el “mango” en el hombro y la llamada “barbada” en las manos.
Lo primero que este vecino del mundo pensó: “y este señor ha conseguido tener un hijo”. Está claro que sin proponérselo, como aquello del “burro tocando la flauta”, y nunca mejor dicho.
Lo triste del tema es que, Kiko Rivera se supone que se está dedicando a la música, y este vecino está totalmente convencido de que dentro de no muchos años habrá ganado más dinero que su madre, Isabel Pantoja, que por lo menos ha recorrido toda España de cabo a rabo, y en múltiples ocasiones.
En el caso Kiko Rivera subyace el “si él puede cualquiera lo puede hacer”, y se le mira desde una posición de bufón del reino, cuando a la postre el que se ríe de todos es el Señor Kiko Rivera cuando a últimos de mes ve las cifras facturadas.
De todas maneras, el peor enemigo que tiene el Señor Kiko Rivera es él mismo, porque en cuanto en una entrevista se le da un poco de confianza, y se siente “protegido”, suelta verdaderas perlas de la educación machista que lleva encima, como lo dicho en el mismo programa de ayer, diciendo que siempre es el hombre el que tiene que contactar con una chica, ya que si es ella la que se acerca, eso él no lo ve con buenos ojos. Con lo cual, y sin parpadear, se cargó eso que se ha dado en llamar “igualdad de derechos”.
Aunque  en su caso es comprensible, teniendo en cuenta que si con un violín hizo lo que hizo, con algo intangible como son los derechos, no se podía esperar otra cosa.

*FOTO: DE LA RED