Ahora parece que eres raro,
muy raro, si en ningún momento (y sé la historia, y hasta la histeria, de dónde
viene) has gritado, eso que está de moda, que es “Estefaníaaaaaaaa”.
Y seguro que si a lo largo de
tu vida acumulas otros muchos déficits de lo que un pijo “multilingüe” definiría
como un “must”, o “tienes que tenerlo”, te convertirías en un raro a la enésima
potencia. Pues, bien, porque este vecino del mundo cree que lo es.
Algunas veces el destino me ha
venido así, y muchas cosas que han estado de moda no las he visto porque
entonces no podía, por ejemplo, recurrir a internet y verlo más tarde. Y otras
porque no he querido verlo, incluso, por higiene mental.
Tampoco he pasado mucho tiempo
haciendo mi lista, sino más bien ha sido a bote pronto, que es como saltan a la vista
las verdades de Perogrullo, e incluso las de este vecino del mundo.
Como recientemente se han
cumplido 30 años de aquella serie rompedora, que trataba de lagartos invasores
que entres sus hobbies estaba el comer ratones, mi
lista comienza con ella, aunque previamente ya habían triunfado series como “Dallas”
o “Falcon Crest”, de las que no vi ningún capitulo.
Lo dicho, y comenzando por
ella, no vi ningún capitulo de “V”, ninguno de “Friends”, uno o dos capítulos
de “Las chicas de oro”, que me parecieron, y es justo reconocerlo, muy
divertidos. Pero de una naturalidad muy a la americana, o que creemos nosotros sería
muy a la americana, y que en España, al menos entonces, haría aguas. Como ocurrió
muchos años después con la adaptación a nuestro mundo de aquellas sencillas,
pero muy elitistas señoras.
Tampoco vi ni en su estreno, y
me sigo negando a verla, “La lista de
Schindler”. Y me voy a explicar.
Nací en 1956, el año que se
creó la Televisión Española, y que durante muchos años fue “la única”.
Durante esos años fueron incontables las ocasiones que nos tuvimos que tragar,
normalmente en capítulos de unos cuarenta y cinco minutos, y en horario de
máxima audiencia, la historia de Europa en el Siglo XX. Y aunque lo vi muchas
veces, hoy es el día en que no puedo soportar, por durísimas, esas imágenes de
montones y montones de cadáveres.
Como hubiera dicho uno de los
innumerables personajes de José Mota, “gastar dinero para además sufrir, es
tontería”.
Y ya para terminar esta lista
express, y la que sinceramente considero más grave de no haber visto ningún
capítulo, es “Los Simpson”, pero siempre han sido horarios raros para otro raro.
Ya sólo me queda escribir un
libro titulado “Mi vida sin”. Previamente al libro, también me queda un pequeño
detalle: “hacerme famoso al estilo de la Cadena Alegre para tener un terreno
abonado por y para el estiercol”.
De todas maneras, este vecino
del mundo si en algún momento hubiera tenido que gritar por un imposible, nunca
hubiera sido por Estefanía, ni por su hermana Carolina. Porque donde estuviera Meg,
mi Meg, que se quitaran, reinas, princesas, y sucedáneas.
*FOTO: DE LA RED