Tengo envidia. Confieso, soy
un envidioso elevado al cubo. Y más estos días. Lo de que todos a uno canten
la Marsellesa me da mucha envidia.
Porque nosotros no somos así. Nosotros somos
de cantar cada uno lo suyo intentando dejar medio mudo, o sordo, al que está al lado. Y
eso dice muchas cosas. Nosotros somos de nosotros, tenemos partido propio y a
los demás que les den.
En días tan tristes como los
actuales, que la gente intente rehacerse de sus cenizas como el Ave Fénix teniendo un himno al que
agarrarse es muy importante; una banda sonora que aúne a la mayoría, y que a
los otros les informe, quizás, de que el horno no está para bollos.
Siempre se ha dicho que tal vez el fallo del himno español es que no tiene letra. Y este vecino del
mundo cree que todo es, o más complejo, o nada complejo. El himno de España no
tiene letra porque por la historia, en el fondo, o en la superficie, no se nos
ha puesto en la peineta tener una letra que nos una. Ya las mismas notas
hacen a unos pitar y a otros aplaudir. Quizás, puede ser que todavía nos queden ecos de una época que incluso nosotros
ya no hemos vivido, pero que sabemos que nos quisieron imponer, primero una melodía,
y luego una letra, la de Pemán, que o eras del régimen, o estabas a régimen.
Suelen decir que el
movimiento se demuestra andando, y que el pueblo sabe lo que quiere, o al menos lo que NO quiere, y personalmente este vecino del mundo hace tiempo que
eligió una canción para esos momentos en que o te animas tú, o acompañas a lo
que queda del Nautilus en el fondo del mar. Y poco a poco, con el tiempo ha ido
observando que a mucha gente le va sirviendo como válvula de escapa de todos
los sinsabores.
Es una especie de claraboya de la que salir triunfante cuando
los problemas te absorben, e incluso este año la tomó prestada la Academia de Cine en la entrega de los Goya a modo de Himno en sus reivindicaciones. Es, claro está, el “Resistiré” del “Dúo Dinámico”, y que también forma parte, y final, de "Átame" del Señor Almodóvar, Don Pedro.
Pasó la época de las mil
gestas y de un imperio en el que no se pusiera el sol. Ahora, todo lo contrario, hay que luchar
para que salga el sol cada día, y darse ánimo uno mismo para seguir hacia
adelante, encontrando motivos para seguir en pie.
Este vecino no siente como
suya “La Marsellesa”, le gusta mucho, eso sí, aunque siempre le ha parecido muy del pueblo y para el
pueblo, francés naturalmente, por su historia y porque ellos se la trabajaron.
De todas maneras, estos días
que la ha oído cantar como símbolo de seguir hacia adelante, se le han puesto
los pelos como escarpias. Pero, si le dan a elegir, o le preguntan qué le pide
el cuerpo en esta época, él lo tiene clarísimo...
Decir
… Resistiré, erguido frente
a todo
Me volveré de hierro para
endurecer la piel
Y aunque los vientos de la
vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla,
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir
viviendo
Soportaré los golpes y jamás
me rendiré
Y aunque los sueños se me
rompan en pedazos
Resistiré, resistiré…
puede resumir nuestro estado
de ánimo y una especie de presentación de intenciones si nos tocan los pinreles más de lo debido, que no es poco para estos días en que cada uno solo mira por lo suyo.
*FOTO Y VIDEO: DE LA RED.