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martes, 23 de mayo de 2017

EL CHOLLO Y LA BOMBA


Uno se despierta, y parece entrar en una pesadilla de realidad.

Totalmente consternado por el frío y calculado asesinato de apenas unos niños  (22 muertos y 59 heridos por ahora) jugando a ser mayores, en un concierto de Ariana Grande, en Manchester. Y además, lo peor de todo, me avergüenzo por avergonzarme ahora, y no cuando  comenzó este goteo de locura, religión, y mirar para otro lado.

Esa foto que está dando la vuelta al mundo, de dos jovencitas captadas en la distancia de su soledad, recoge toda su incomprensión, inocencia hasta ese momento, y el despertar terrible a una realidad sucia y sin piedad, en la que nadie puede protegerlas.

La realidad, la vida, es muy fría, eso siempre, pero muy sabia al mismo tiempo. Apenas unas horas antes, Donald Trump, hacía partícipe a su país, de esa buena nueva que era una multimillonaria venta armamentística. Y unas horas después …

Alguien, importante para mí, me dijo ayer, lo que son las cosas, que Trump no es un presidente al uso, sino que es un vendedor de coches de segunda mano. Y ahora me parece, por desgracia, una gran definición.

Los vendedores de coches, te noquean, te adormilan con sus palabras, te hacen sentir por un momento que en el mundo solo existes tú y el “chollo” que acabas de descubrir, y que tienes que comprar antes de que venga otro y te lo arrebate.

Y el “chollo” de Trump, el Señor Donald como sólo se le debería de llamar, porque es mucho más descriptivo (menos serio y sin boato alguno),  ha durado hasta que alguien ha hecho explotar una bomba. Pero no nos engañemos, la culpa de todo ésto, ya va siendo de todos; muchos, la gran mayoría, por no definirnos, o creer que no va con nosotros.

Lo de hoy, ayer por la noche, duele más si cabe, porque ante tanta juventud, uno no puede vestir la realidad de coartadas que nos alivien de nuestra culpa.  Sabemos, aunque no lo verbalicemos, que han podido ser nuestros hijos, y ese egoísmo pesa y duele, duele mucho.


Uno se despierta, ha costado, y entra en una pesadilla de realidad.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 13 de julio de 2013

BRETÓN, Y TÚ, ¿QUÉ MIRAS?

-Y tú, ¿qué miras?
Esa es la pregunta que se harían ayer millones de telespectadores, al ver las imágenes que abrían todos los informativos españoles, en las que el Señor Bretón, aunque lo de señor ha demostrado con creces que le sobra, escuchaba la decisión del jurado declarándole culpable del asesinato de sus dos hijos de corta edad.
Una sensación de aislamiento es lo que se puede deducir de esos ojos anclados en la distancia del odio, porque el odio aísla y crea un mundo paralelo donde impera el porque sí, porque lo digo yo.
Unos ojos que han querido ver la traslación del posible problema de los padres, en unos hijos que además llevaban sus mismos nombres, como en un intento de cerrar el círculo.
Cualquier animal, de cualquier especie, protege a sus crías, sin embargo en este caso, José Bretón, los ha utilizado, según dictaminó ayer el jurado nombrado al efecto, para tomarse la revancha de su infierno interior.
Desde que el hombre es hombre, nos hemos preguntado si el infierno existe, y ayer se demostró que existe en el interior de ciertas personas que se anteponen ellas mismas, a todo lo demás. Su vida, quedó tremendamente claro en las imágenes de ayer, que está volcada en vivir y recordar el pasado; un ayer, por supuesto, diseñado por él y por sus excusas que le dan una especie de patente de corso para disponer de la vida de aquellos a quienes tenía que haber querido, pero que solo eran una herramienta de castigo para el amor que renegó de él.
Una persona se puede hacer más grande cuando utiliza sus sentimientos como pasaporte para el bien. Sin embargo, el Señor Bretón ha demostrado ser una especie de Emperador del mundo oscuro, donde el corazón no existe, y se paga no lo que has hecho sino lo que él decide que tú has tenido que hacer para que él se sienta de esa manera.
José Bretón, es un manipulador de situaciones, y creador de mundos paralelos cargados de razones y motivos para él, y donde los demás no valen nada.
El Hannibal Lecter de las novelas y del cine, es un personaje que rezuma odio y venganza, pero José Bretón no siente nada porque es incapaz de sentir, y culpa a los demás de estar en la nada, cuando es él el que tristemente ha creado nada de la vida.
Y durante mucho tiempo me seguiré preguntando, porque ni lo entiendo, ni lo entenderé: -Y tú, ¿qué miras?

*FOTO: DE LA RED.