No, no me ha tocado la
lotería. Pero en mi caso no es decepción, sino aplicar la lógica: si no
compras, o no te regala alguien conocido, un décimo, nunca te va a tocar.
Y además, sólo se ha tratado de elegir prioridades, y siempre es mejor comer,
que intentar darle un bocado a un sueño.
Lo que peor llevo, a nivel particular, es que en el día nacional de la salud (porque cuando compruebas que no te ha tocado la lotería, siempre se dice eso de que “lo importante es la salud”), para más inri estés secuestrado por un gripón al que solo le falta pedir rescate por tu vida.
Lo que peor llevo, a nivel particular, es que en el día nacional de la salud (porque cuando compruebas que no te ha tocado la lotería, siempre se dice eso de que “lo importante es la salud”), para más inri estés secuestrado por un gripón al que solo le falta pedir rescate por tu vida.
Y al final, ¿quién gana?...
Por supuesto que los agraciados
en un día como el de hoy: propietarias de administraciones peinadas de peluquería
del día anterior, vecinos agitando una botella de champan con caras del tercer
orgasmo, señora que dice que no le ha tocado pero que conoce a otra vecina que
sí; pero, no lo olvidemos, siempre,
siempre, Cristóbal Montoro, sumo
hacedor de nuestra Hacienda, y ese 20 por ciento que nos quita, que les quita,
a los agraciados, y que se supone sólo ocurriría en aquellos momentos de
penuria, que parece ser que ya pasaron, pero esa porción de tarta que se nos
quitó, todavía sigue quitándose, y aplicándose esa expresión tan española,
y tan verdad:... Y lo que te rondaré, morena. Pero lo que nunca se nos recuerda,
es que el resto de los premios caídos a números sin vender, también,
naturalmente se los queda, nuestro sumo hacedor de cabecera.
Un deseo: que en esa
sensación de flash debido a la medicación, los momentos brillantes duren más
que la oscuridad sospechosa. ¡Vamos, como en la vida misma!
*FOTO: DE LA RED
*FOTO: DE LA RED