A lo mejor y siguiendo la sugerencia de esa empresa que
ya no es española, pero hace apología de
serlo, me hago extranjero, o al menos el sueco. Y es que en Navidades,
sin quererlo, no es que nos hagamos más clientes que nunca, sino que prácticamente
nos convertimos en miembros de la O.N.G. Compradores Sin Fronteras. Nos quieren
vender de todo, aparte de la moto que el todavía gobierno de España, nos
intenta vender un día sí y el otro también.
Este vecino no dirá nombres, pero tenemos para comprar, libros de todo tipo, y los más publicitados ahora, son esos de gente que se ha hecho famosa por no
haber leído nunca uno. ¡Es curioso!
En torno al mundo de los libros, además, está ocurriendo,
desde hace tiempo, un fenómeno que cuando menos tiene su punto de gracia.
Antiguamente, los libros de memorias estaban escritos por personas que ya por
razones de la edad le daban más importancia a comprarse una parcelita en el más
allá, que lo que pensara de él o ella su vecino. Ahora, escriben libros de
memorias gente con veintitantos años, especialmente deportistas. Incluso se da el
caso de una persona, cantante en este caso, que con diecinueve años, ya tiene
dos libros de memorias: Justin Bieber. Lo que ocurre es que el caso de este
joven, no le extraña a este vecino, porque dado el presunto tipo de vida que
lleva, como no se acuerda de lo que ha hecho ayer, conviene que una vez que
recuerda, lo escriba, para luego no tener que hacer el esfuerzo más veces.
Y ya para terminar por hoy, este vecino solo se referirá
también al mundo de la música, especialmente a esos grupos, o solistas que
durante más de una década, por ejemplo, han estado en el Nirvana de los
famosos, y ahora hacen una recopilación de sus éxitos, y a modo de zanahoria,
para
que piquemos, porque ya implícitamente nos
están tomando por burros, incluyen una, dos… nuevas canciones. Y…¡a hacer caja!
Lo dicho, estas Navidades habrá que hacerse el sueco, no
para comprar en IKEA que es lo que hacen ellos, sino para salir con vida de
estas fiestas y de la cuesta de Enero, que en realidad no termina nunca, porque
ya se encargará alguien de recordarnos de que pronto se celebra algo.
*FOTO: DE LA RED