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sábado, 7 de marzo de 2020

PALABRAS PARA UNA IMAGEN



Surfeando por las redes, en realidad por una de sus playas llamada "Twitter" me he encontrado con esta fotografía. Al principio no los había reconocido, y es que el tiempo es implacable con todos. 

Son los actores protagonistas de la recordada “Regreso al futuro”, y un auténtico editorial en sí mismo de lo que queda realmente de aquel recuerdo, o del esqueleto del mismo.

Algún gracioso, entre los que se encuentra este vecino del mundo (nunca dijimos que fueramos perfectos) diría que es toda una metáfora de lo que pides por internet tras haber visto la película, y lo que realmente recibes.

Siguiendo la pista de la foto, y a modo de pagar por unos primeros pensamientos despiadados, descubro que la  misma es de hace unos dos días, ya que Michael J. Fox y Christopher Lloyd han sorprendido a todos los seguidores de la saga de películas, y de sus redes sociales, con una instantánea que se tomaron juntos durante el torneo de póquer que como cada año organiza la Michael J. Fox Foundation en un intento de recaudar fondos en su lucha contra el mal de Parkinson, que en su momento atacó al actor y punto de origen de su lucha por la citada enfermedad.

Es de destacar, analizando la foto, el cariño y ternura que se desprende de ella y especialmente de las maneras y rostros de  los viajeros del Delorean casi 35 años después. Parece que los sentimientos no amarillean y sobreviven a los años y cambios de época.

Tal como transcurren las cosas hoy en día, la instantánea ya ha generado miles de “likes” y comentarios. Los actores, de 58 y 81 años, y sus respectivos personajes de Marty McFly y el doctor Emmett, hace tiempo que entraron en el Olimpo de nuestros corazones y ya no necesitarán más ningún Delorean para viajar, sino simplemente el cariño de todos nosotros, que se renueva, por ejemplo, cada vez que volvemos a vivir sus aventuras o con instantaneas como la actual. 

Detrás de cada película que se precie debe de haber un origen, un punto de realidad que ancle la ficción a unos sentimientos que son el armazón de todo y que sostengan una gran mentira para hacerla toda una verdad.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 4 de octubre de 2015

HOY, ME VAS A DAR LA RAZÓN. ¿QUÉ TE APUESTAS?


A medida que uno va cumpliendo años, va aprendiendo de la vida, y una de las cosas que poco a poco va viendo nítidamente es que no somos una isla, y que parte de lo que somos lo han construido los demás, y aunque poco a poco nos vayamos sintiendo libres de opinar y de decidir, gran parte de nuestra conducta es aprendida, en un primer momento de nuestra familia, de nuestros amigos, y poco a poco de todo tipo de información, mucha de ella interesada que nos va rodeando.

Vamos hacer un experimento. La mayoría de nosotros cuando nos hacemos un zumo de esos naturales, especialmente los de naranja y limón, nos aceleramos para hacerlo y tomarlo cuanto antes para que…NO SE PIERDAN LAS VITAMINAS.
Con el tiempo, y últimamente en especial, nos van diciendo que eso no es exacto, que no es así.

Ahora el aceite de oliva es una especie de elixir que todo lo cura, o al menos actúa para que duremos más sin enfermar. Hace muchos años era muy bueno también el aceite de girasol. Y según épocas ha sido el denominado pescado blanco una gran fuente de salud, y otras también el pescado azul.

Como este vecino del mundo ya ha vivido unas cuantas décadas, no precisamente prodigiosas la mayoría de ellas, se ha hecho malpensado, y no es que crea, sino que está convencido de que muchas cosas que se dice son beneficiosas en un momento dado, es porque hay mucho de ellas, o económicamente conviene venderlas porque hay un excedente.

En los años sesenta y setenta del siglo pasado, se nos lanzaban mensajes de muchos medios de comunicación en forma de publicidad, que tanto fumar como beber eran cosa de hombres. Ahora, con el tiempo, se ha llegado a la conclusión de que beber y fumar con frecuencia pueden ser, cuando menos, malo para la salud, y en muchos sitios ya fumar está prohibido y solo pueden beber alcohol los mayores.

Sin embargo, y ahora viene la madre del cordero, desde un tiempo a esta parte, desde el momento en que se aprobaron las agencias de apuestas, su publicidad se va colando por todas partes. No hay programa deportivo, ya tanto en radio como en televisión, que no mezcle el deporte con la “necesidad” de apostar, mediante el “truco” de ir haciéndolo cotidiano.

Un buen día, dentro de unos años, alguien importante, porque le habrán presentado unas cifras negativas, levantará las manos en señal de asombro y se descubrirá que las apuestas pueden tener una gran relación con la ludopatía.

En la mayoría de los programas de deportes, los fines de semana especialmente suele ser horroroso,  los mismos locutores dicen que para el próximo partido van a apostar, solo falta decir, remedando años lejanos, de que apostar es cosa de hombre. Ahora, sin embargo,  como somos muy, pero que muy modernos, se dirá previo mandato de alguien, siempre en la sombra, y del que solo se verá la mano a la hora de recolectar los billetes, de que una apuesta la puede hacer tanto un hombre como una mujer demostrando la famosa paridad de sexo. Y aunque normalmente, paridad, suele tener el sentido de “igualdad”, también, y llegados a este momento, se puede utilizar como parida que nos están endiñando para sacarnos los cuartos, y ponernos poco a poco, y sin enterarnos, que es lo peor, a los pies de algo que primero se convierte en vicio, y luego en una enfermedad, que arrastrarás para toda la vida, como el alcoholismo, y que en este caso, se llama ludopatía.


No hay peor ciego que aquel que no quiere ver, y por ahora al menos, como va cantidades ingentes de dinero a las arcas del estado, el gobierno, y los políticos de turno, tardarán muchísimo en darse cuenta de esta cuestión. Quizás eso sólo ocurrirá, cuando alguien de su familia tenga el problema, o cuando mucha gente ludópata lleve a juicio a las agencias de apuestas (como ocurrió en su día con los fabricantes de tabaco), y a aquellos que se encargaron de ir introduciendo ese negocio.  Y sino, al tiempo. ¿Qué os apostáis?

*FOTO: DE LA RED


viernes, 28 de marzo de 2014

ESTOY EN CRISIS

Nunca conviene hacer astillas del árbol caído, porque entre otras cosas son fuerzas que malgastas de manera gratuita, y no está el momento actual como para “gastar” nada.
Quizás utilizando el viejo dicho “el que no se consuela es porque no quiere”, lo bueno que tiene el atravesar un momento malo, por terrible que sea, es que siempre se aprende, y lo mismo ocurre con la crisis.
No quería apuntarme en la Universidad de la Vida y doctorarme en Crisis, pero las cosas han ido así, y haciendo de tripas corazón, y de la cochina crisis una experiencia, hay varias cosas que he aprendido, que en mayor o menor medida ya se desprendían de las vivencias de nuestros mayores cuando inauguraban monólogos “porque tú no has pasado hambre después de la guerra”.
Hay que vigilar el dinero cuando se tiene, como bien perecedero, porque luego te acuerdas de él con cara de amante despechado y cornudo sin remisión.
Cualquier tiempo pasado, con dinero, siempre fue mejor.
El valor de las cosas sencillas.
El dinero, precisamente, con su supuesto pasaporte de libertades compradas,  te puede separar de los tuyos, y hacerte más egoísta.
El valor de la quietud, de vivir los días, y no los minutos. El escribir en los renglones de tu vida con miedo a hacer borrones, porque el borrar significa más gasto.
Volver a recordar ciertas vivencias es vivir otra vez, y además, ahora, te salen gratis.
Llevar una vida sana y saludable, siempre es más barato y rentable, porque con lo que te gastas en una noche de juerga, te puedes pagar cuatro meses de gimnasio municipal.
Una crisis es igual que pasar una enfermedad, si tienes la suerte de salir de ella, te vas a plantear la vida de otra manera.
Y ya para terminar, el comprobar que el éxito te crea nuevas amistades, y el frío de la crisis las congela.

*FOTO: DE LA RED