A medida que uno va cumpliendo
años, va aprendiendo de la vida, y una de las cosas que poco a poco va viendo nítidamente es que no somos una isla, y que parte de lo que somos lo han
construido los demás, y aunque poco a poco nos vayamos sintiendo libres de
opinar y de decidir, gran parte de nuestra conducta es aprendida, en un
primer momento de nuestra familia, de nuestros amigos, y poco a poco de todo
tipo de información, mucha de ella interesada que nos va rodeando.
Vamos hacer un experimento.
La mayoría de nosotros cuando nos hacemos un zumo de esos naturales,
especialmente los de naranja y limón, nos aceleramos para hacerlo y tomarlo
cuanto antes para que…NO SE PIERDAN LAS VITAMINAS.
Con el tiempo, y últimamente en especial, nos van diciendo que eso no es exacto, que no es así.
Ahora el aceite de oliva es
una especie de elixir que todo lo cura, o al menos actúa para que duremos más
sin enfermar. Hace muchos años era muy bueno también el aceite de girasol. Y
según épocas ha sido el denominado pescado blanco una gran fuente de salud, y otras también el pescado azul.
Como este vecino del mundo ya ha
vivido unas cuantas décadas, no precisamente prodigiosas la mayoría de ellas,
se ha hecho malpensado, y no es que crea, sino que está convencido de que muchas
cosas que se dice son beneficiosas en un momento dado, es porque hay mucho de ellas, o económicamente conviene venderlas porque hay un excedente.
En los años sesenta y
setenta del siglo pasado, se nos lanzaban mensajes de muchos medios de
comunicación en forma de publicidad, que tanto fumar como beber eran cosa de
hombres. Ahora, con el tiempo, se ha llegado a la conclusión de que beber y
fumar con frecuencia pueden ser, cuando menos, malo para la salud, y en muchos
sitios ya fumar está prohibido y solo pueden beber alcohol los mayores.
Sin embargo, y ahora viene
la madre del cordero, desde un tiempo a esta parte, desde el momento en que se
aprobaron las agencias de apuestas, su publicidad se va colando por todas
partes. No hay programa deportivo, ya tanto en radio como en televisión, que no
mezcle el deporte con la “necesidad” de apostar, mediante el “truco” de ir haciéndolo
cotidiano.
Un buen día, dentro de unos
años, alguien importante, porque le habrán presentado unas cifras negativas,
levantará las manos en señal de asombro y se descubrirá que las apuestas pueden
tener una gran relación con la ludopatía.
En la mayoría de los
programas de deportes, los fines de semana especialmente suele ser horroroso, los mismos locutores dicen que para el próximo
partido van a apostar, solo falta decir, remedando años lejanos, de que apostar
es cosa de hombre. Ahora, sin embargo, como somos muy, pero que muy modernos, se dirá
previo mandato de alguien, siempre en la sombra, y del que solo se verá la mano
a la hora de recolectar los billetes, de que una apuesta la puede hacer tanto un
hombre como una mujer demostrando la famosa paridad de sexo. Y aunque normalmente,
paridad, suele tener el sentido de “igualdad”, también, y llegados a este momento, se puede utilizar como parida que nos están endiñando para sacarnos los
cuartos, y ponernos poco a poco, y sin enterarnos, que es lo peor, a los pies de
algo que primero se convierte en vicio, y luego en una enfermedad, que
arrastrarás para toda la vida, como el alcoholismo, y que en este caso, se
llama ludopatía.
No hay peor ciego que aquel
que no quiere ver, y por ahora al menos, como va cantidades ingentes de dinero a las arcas del
estado, el gobierno, y los políticos de turno, tardarán muchísimo en darse
cuenta de esta cuestión. Quizás eso sólo ocurrirá, cuando alguien de su familia tenga el
problema, o cuando mucha gente ludópata lleve a juicio a las agencias de
apuestas (como ocurrió en su día con los fabricantes de tabaco), y a aquellos que se encargaron de ir introduciendo ese negocio. Y sino, al tiempo. ¿Qué os apostáis?
*FOTO: DE LA RED
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