Este vecino del mundo lleva prácticamente
dos días en una continua interrogación.
Hasta hoy no sabía si dar su opinión
sobre el comportamiento de Valentino Rossi y su patada fantasma a Marc Márquez,
que al parecer nadie ha visto al completo, pero que debe de haber sido. Este
vecino cree que hoy el destino le ha confirmado que tiene que hablar de ello, y así lo va a hacer.
Este mediodía estaba
paseando con Afgano, mi bichón frisé, aunque siempre con la duda al fondo de
quién saca a quién, cuando una señora de bastante edad estaba en el parque se
supone que con su nieto, que no llegaría a los dos años. En un momento dado he
oído con gran nitidez cómo la señora ante la posibilidad de que el niño se le
escapara andando/corriendo, y viendo que Afgano, aunque atado y bien atado se
acercaba a él, clarísimamente le ha dicho por dos veces: -Ven conmigo que sino
ese perrito te va a comer el trasero-. A lo que, y desde el alma, y con una
sonrisa en los labios le he contestado: -Señora, no debería meter miedo al
niño, cuando además el perro ni se ha acercado a él-.
Y ahora viene lo que he
considerado como un guiño del destino, y una especie de ánimo, o carta blanca,
para hablar del Señor Rossi, ya que la señora me ha contestado, por dos veces
también (al parecer todo lo debía hacer por duplicado): -Yo no le he dicho nada
de eso al niño, y además no tiene miedo a los perros…
Antes de que sabiamente Afgano
me llevara con su música, y su correa, a otra parte, le he dicho que no es mi problema en
realidad la educación de su nieto, pero que no es necesario meter miedos
innecesarios a un niño para convencerle de algo. Mientras le comentaba ésto a
la señora, aunque ya no me ha contestado, su cara, y cada vez más, parecía
estar contemplando un verdadero encuentro en la tercera fase, y no huía porque no le respondían las piernas.
Desde que me dijeron el
nombre real de los Reyes Magos, poco a poco han ido cayendo uno por uno todos
los iconos de la denominada “gente perfecta”. Vaya por delante, que nunca me he
considerado como tal, muy al contrario, estoy lleno de imperfecciones, pero si
algo me considero es “un ser consecuente”, y si la picio pues la he piciado, y a aprender de los errores.
Lo de Valentino Rossi, y sin querer hacer leña del árbol caído, de ahí mis dudas sobre si hablar o no, es
como volver a rememorar una y otra vez el verdadero nombre de los Reyes Magos o
comprobar como a Peter Pan le sale la primera cana mientras le expulsan del País de Nunca Jamás.
Todos podemos perder los
papeles, pero tras varios minutos de búsqueda, en el caso de Valentino Rossí,
no solo negó perderlos, sino que echó la culpa a otro.
Valentino Rossi, al negar en
un primer momento la existencia de la patada, está dando a entender de que el
Señor Marc Márquez le está acusando en vano de una acción, tirarle de su moto, o lo que desde un argot invernal
sería hacer la bola de nieve cada vez más grande.
Hay que tener en cuenta que
el acto del que se le acusa al Señor Rossi, no es algo banal, sino que la vida
de Márquez ha corrido grave peligro, y además, para más sufrimiento, por
alguien que desde niño, según la prueba gráfica, ha significado mucho para él. Descubre, de un momento a otro, que Peter Pan da patadas a los suyos, a los buenos.
Ahora, como con todo un
campeón, se están buscando excusas sobre que si el comportamiento de Márquez,
en la misma carrera, dejó mucho que desear, o lo que viene siendo “ya que uno
se ha enmerdado, enmerdamos a todos para que el primero pase desapercibido”.
Todavía a nadie le he oído (y
es lo que en realidad le preocupa a este vecino) lo que siempre se dice de los
futbolistas cuando tienen un mal comportamiento. Siempre se les recuerda que
son un ejemplo para los niños, y que no hacen ningún bien al comportarse así porque, en realidad, deberían ser un espejo en el que las nuevas generaciones se deberían de mirar.
Pase lo que pase a partir de
ahora, al Señor Valentino Rossi presuntamente le han cegado las ganas de ganar
a cualquier precio, y el precio podía haber sido una vida, ni más ni menos.
Desgraciadamente, y por los
años vividos, no creo en los Reyes Magos, Peter Pan es fruto de un ardor
literario, y desde este domingo en Sepang además hay una estrella menos en la
constelación de mitos, porque el fin nunca puede justificar ni los medios ni
las mentiras.
*FOTO: DE LA RED
se dice pifiar, no piciar...
ResponderEliminarQuerido anónimo, que por cierto eres muy famoso, habiendo escrito muchos libros y canciones. Tras leer tu comentario, he estado indagando, llegando a la conclusión de que ambas palabras existen, siendo una, variación de la otra, y en el caso indicado, se puede utilizar. Muchas gracias por tomarse las molestias.
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