Prácticamente todavía quedan
dos meses para las elecciones, y ya la altura de la información/propaganda/manipulación
está llegando al nivel rojo de “cortarse las venas”. Con lo cual, este vecino ya
ha guardado toda la cubertería y todo tipo de objeto punzante bajo candado.
La pena es que, ya puestos,
no se hayan retrasado las elecciones solo una semana más.
En Euskadi, los regalos a
los niños los trae en la Nochebuena, Olentzero, que en su origen era un viejo
carbonero. Y por apenas unos días, al nuevo Presidente no lo puede traer él.
Además, como ya la publicidad “a la americana” ha llegado tan lejos, más de uno
de los candidatos seguro que se hubiera disfrazado del viejo carbonero, porque
entrar a las casas, como él, ya lo hacen mediante la publicidad invasiva.
Ahora, como mucho, podremos
ver a alguno de los candidatos disfrazado como el célebre calvo de la lotería,
y en lugar de millones seguro que propone un trabajo para millones de parados, que como algo
extraordinario sirva para poder pagar, no ya caprichos, sino las cosas
más básicas.
Hace ya tiempo que en las
elecciones, no se proponen a personas, sino a productos a los que se adorna con características, que ya de
antemano, te las tienes que tomar como a
amantes que más que conquistarte, si te descuidas, te van a intentar sodomizar.
O que el vulgo define con esa frase tan fría, pero llena de verdad: “Prometer
hasta meter, pero una vez metido, olvidar lo prometido”.
Personalmente, cada vez que me
ofrecen a un nuevo candidato, este vecino se acuerda de aquella frase de un
detergente ya muy antiguo que tras la marca decía: …limpia más blanco.
Lo del Señor Rajoy, en la
humilde opinión de este vecino, no se arregla ni empezando a limpiar ahora
mismo, y él y su partido lo saben. Tienen mucha tarea por delante, y mucho presunto dinero negro, sobres, y viajes a paraísos fiscales,
por detrás. Y eso no se arregla ni con el baño de “sus” multitudes ayer en la Cámara de los Diputados, ni hoy reuniéndose
la mayoría de la derecha europea en Madrid, y cantándole a Don Mariano Rajoy, eso de: Porque
es un chico excelente, y siempre lo será.
Este vecino del mundo ni
está aquí para convencer a nadie, ni tan siquiera lo ha
intentado nunca.
Siempre he hablado desde el
corazón, y el que me sigue desde hace tiempo sabe que, entre bromas y veras, aquí no hay ni trampa ni cartón, porque cuando
hablan las entrañas se nota.
Personalmente ya lo tengo
claro. Hace mucho tiempo que lo tengo nítido. Desde que entre los dos partidos
que se han alternado comiendo la tarta del poder, perdí mi trabajo mediante un expediente de regulación de empleo, ERE, un
número más en una larga lista, y siguen
sin saber que existo, ni ellos, ni esas puertas giratorias que solo sirven para los que han besado al poder, y a los poderosos.
Y si alguien todavía tiene
dudas, al menos que no se deje llevar por el miedo. Porque en realidad, el
concepto “miedo” aunque, en teoría, no tenga que ver nada, aparentemente,
con el concepto “patria”, ni con “religión”, todos sirven para
manipular. Y el que lo hace, manipular, siempre
es para provecho propio.
La “cosa” no funciona, o si
funciona siempre lo hace para los mismos. Ahora es la oportunidad de intentar
cambiar “esas cosas”. Siempre ha reinado, y he escogido bien el verbo,
o un partido o el otro, y muchas veces, aunque hayan aparentado lo contrario,
uno y otro se han hecho los dúos, y además sin desafinar, porque se sabían de
sobra la melodía.
¿Que la opción que estás
pensando no va a ganar? Quizás tampoco se trate de eso, sino de que “muchos pocos hagan, sino un mucho, sí cambiar el curso habitual del
río democrático en España”, y se riegue de otra manera, y no para los
de siempre.
¿Que no se puede limpiar más
blanco que lo hecho hasta ahora? Claro que podemos.
*FOTO: DE LA RED
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