Hoy llevo todo el día con la
sensación de “piensa mal y acertarás”.
Leo en algún periódico que ayer,
para buscar, a primera hora de la mañana, en las pertenencias de los Pujol, se utilizaron
doscientos policías. Ni en las mejores superproducciones de Hollywood se ha
visto tanto movimiento de polis. Y más teniendo en cuenta que después de tanto
tiempo ya no se espera encontrar más que el eco de lo que pudo haber, si alguna
vez hubo. Quizás, además, habrá más de uno que pensará, que ya que no se pueden hacer nuevas inauguraciones por la cercanía de los próximos comicios, "movimientos" similares siempre pueden ser publicidad, buena o mala dá lo mismo, para un Gobierno a falta de buena prensa.
Este vecino del mundo ignora
técnicas y tácticas policiales, pero doscientos policías juntos se le antojan más
problemáticos que otra cosa. Doscientos policías con dos cientos pares
de guantes, porque de lo contrario pueden aparecer todo tipo de huellas, hasta
de dinosaurios; incluso "los malos", si los hubiera, se pueden deslizar entre doscientos hombres.
Más tarde me he enterado de
que esos hombres eran para catorce registros diferentes, lo que representa más
de un equipo de fútbol por cada
registro, o lo que viene a ser que para el operativo de los Pujol, casi se ha
montado una liga por un día.
Semejante exageración, al
menos a mi entender, me ha retrotraído a hace unos treinta años, cuando un
compañero de estudios nos anunció que habían inaugurado una discoteca en el
pueblo, que era lo último de lo último en tecnología, y con respecto a la iluminación,
sabía de buena tinta que se habían usado más de doscientas mil bombillas. Al
final, y para nuestra salud mental, llegamos a la conclusión de que doscientas
mil debían de ser muchas bombillas, tantas que incluso veíamos como inviable que
quedara sitio para sentarse en el citado recinto, por miedo a hacerlo encima
de alguna de las bombillas.
También me he enterado, y
sigo afianzándome en el “piensa mal y acertarás”, junto con la noticia de los
doscientos policías, que ahora se ha sabido que según la Organización Mundial
de la Salud (O.M.S.) que la carne procesada (salchichas, hamburguesas, chorizo)
puede originar cáncer, especialmente el de colón.
Todo aquel que esté ya
entradito en años recordará los diferentes cambios que ha habido en lo que se
supone son buenos hábitos de comida. Antes era bueno el pescado azul, después
el blanco. También fue muy bueno el aceite de girasol, luego el aceite de
oliva, y la dieta mediterránea.
Más de una vez este vecino del mundo ha pensado,
que todo ésto puede ser una manera de hacernos cambiar de hábitos según
convenga en cada momento, por carencia o exceso de producto en un momento determinado.
Y ahora, ya sé que
este vecino sigue pensando mal, y le gustaría, de verdad, no acertar , pero
ahora en que los consumos, y por razones obvias han bajado, y el que más y el
que menos, utiliza más que marcas blancas, marcas sin pedigrí, ahora en cierta
manera vendría bien que comamos comida más cara, porque todo lo que están diciendo que
produce cáncer son alimentos, ¡qué curioso!, más baratos.
De todas maneras, a aquel
que se extrañe de que haya hablado de dos temas tan dispares como los Pujol, y
comida cancerígena, decirle que de dispares no tanto, porque ambos temas pueden tener un nexo de unión muy claro: el chorizo, que en un caso puede producir cáncer, y en el otro, presuntamente, un agujero, y no precisamente en el estómago. Aunque a más de uno,
también le haya podido entrar un cólico.
Lo dicho, piensa mal y acertarás.
*FOTO: DE LA RED
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