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jueves, 10 de marzo de 2016

LA GOTA MALAYA, Y EL ESPEJO DE ALICIA



No se puede hacer peor, o mejor (por aquello de piensa mal y acertarás), si se quiere que el españolito de a pie tenga fe en quienes nos rodean.


El gobierno actual, como los osos, hibernando, y bajo mínimos, no solo por la estación del año (no hay gobierno de consenso, ni del otro tampoco), porque al contrario de lo que sería normal, “el cabeza” de partido no les sirve para orientarse, sino para crear debate dentro del mismo partido, y además, disimulando para que el contrario no se entere.


Corrupción por todas partes. Cualquier día, y teniendo en cuenta quiénes se encuentran en la cárcel, se impartirán todo tipo de masters dados por ellos, para que se les reduzca la pena, y subirá el nivel intelectual del resto de reclusos, aunque no se sabe, es muy dudoso, si mejorará la ética de los nuevos licenciados. Y, mientras, una parte de la familia real, chupando más banquillo (aunque en estos momentos estén en modo "honoris causa", porque no acuden a la sala), que muchos jugadores de primera división.


Hasta ahora, y que conste que a este vecino del mundo le caen muy bien, los nuevos reyes estaban impolutos, pero parece que han empezado a practicar otros idiomas, y ya han aprendido, eso se rumorea al menos, a decir “merde”. 


El normal de los mortales, primero aprende a decir “papá, mamá…”, parece que en la monarquía es otra cosa, al menos en cuanto a otros idiomas. Porque en todo caso hubiera sido más lógico el decir el inevitable: “My tailor is rich and my mother is in the kitchen” (aunque en versión monárquica sería “My tailor is not so rich than me, and my mother never is in the kitchen”), que en la vida normal sería tan absurdo como decir :  “Dónde vas, manzanas traigo, y además a las tres en punto”.


Y lo que tocaba hoy, lo nuevo para cabrearnos un poquito, solo un poquito (porque nos están aplicando el cabreo como “la gota malaya”, poco a poco) es el enterarnos de que el paro de los en un día diputados va por otro lado, y ellos cobran indemnización por permanecer, todavía, sin trabajo. ¡Hay que joderse! Una especie de desagravio por, en teoría, dejar un día sus quehaceres, para intentar ayudar con su trabajo al españolito de a pie.


Lo que ocurre es que en los tiempos de estudiante de este vecino del mundo, al menos, si no sacabas buenas notas no se te premiaba, y en la mayoría de las casas no se premiaba nunca, y teniendo en cuenta cómo han dejado el panorama actual tras su supuesta ayuda, porque algo habrán tenido que ver ellos también con sus intervenciones, o por no hacerlas, además se les premia.


Unas personas, los políticos, que tienen estos tratos y estas maneras de que se les resuelva su vida, y por una simple lógica, no pueden ni medir bien, es imposible, ni el planear el día a día de la gente, porque ellos viven en otra onda, y no pueden comprender las necesidades del españolito sufridor.



El mundo de Alicia tras el espejo, era menos absurdo que esta España nuestra, que en realidad es de los bancos.


*ILUSTRACIÓN: DE LA RED

domingo, 6 de marzo de 2016

¿CUÁNDO SE ES COCHINAMENTE RICO?



Aunque quizás al contemplarte día tras día compartiendo el mismo espejo, haga que al paso de muchos años, en realidad sigas viéndote igual, sí puedes notar ese paso en el cambio de tus gustos y costumbres.


Por ejemplo, a este vecino del  mundo siempre le ha parecido algo sin sentido esa famosa y socorrida pregunta de qué tres cosas llevarías a una isla desierta, porque salvo si eres Tom Hanks en “Náufrago”, a ti no te va a ocurrir, y a él le pasaba y conseguía cosas, restos del naufragio, porque trabajaba en FedEx Express, y sabías que tarde o temprano aquello que había encontrado en algún momento le serviría, en una curiosa versión de “Arrieros somos y en el camino nos veremos”.


Este vecino del mundo nunca se ha considerado avaricioso, pero sí, visto lo visto, y las vueltas que le ha dado la vida con esta crisis que ha venido para quedarse como se queda un tatuaje en tu piel, incrustada, solo que sin poder decidir sobre ella, con los años se ha considerado un derrochador, ¡ojo!, y que es muy importante, sólo de lo que tenía.


Y ahora, que has llegado al momento en que verdaderamente te tienes que preguntar hasta tres veces, mínimo, si realmente te tienes que gastar un dinero en algo, y no gastarlo en otra cosa, o incluso en no gastarlo, te cuestionas asuntos, que no sabes si a otros les parecerán profundos, como que para ti qué es ser multimillonario. Pero como ya solo eres protagonista de tu vida, y bastante tienes con ello y alargarla lo máximo posible, verdaderamente te importa, y dicho en plan cursi, un comino lo que piensen los demás, porque hace mucho que has descubierto, que al final solo tienes que vivir contigo y con tu manera de pensar.


Y hace mucho que me contesté a esa pregunta, y además no la tuve que pensar sino que los recuerdos me trajeron una escena vista por televisión hace muchos años, y que aunque en su momento entró en mi tan fácilmente como un cuchillo en la mantequilla, ahora cada vez que la recuerdo me parece auténtica pornografía del dinero elevado, no sé si a la máxima potencia, pero sí al "hardcore".


La protagonista, Carmen Cervera, lejos de sus momentos Tita, y de lleno como Baronesa Thyssen, estaba en el salón de una de sus casas, creo recordar que estaba en España, y que pasaba las tardes tranquilamente en su salón. Era en realidad, eso daba a entender, y con los años cada vez estoy más seguro que no era una pose, de gustos sencillos, y le gustaba, según lo que decía entonces, dejarse llevar por sus pensamientos, pero eso sí guiados por alguno de sus cuadros, y el que tenía en ese momento en la pared de su salón era "La Concha, nocturno", de Darío de Regoyos, nada menos que datado en 1906.


Un verdadero entendido puede disertar durante horas de la importancia de dicho cuadro para la pintura española, y la pintura en general, por sus luces, por la presencia de unos árboles, que en realidad no se ven...


En aquel momento no me causó ningún tipo de sentimiento, ni a favor ni en contra, La Baronesa era así, y punto.  Ahora con los años, pienso, y en realidad solo es una humilde opinión, en lo egoísta que se puede ser, y sin darse cuenta, lo que es peor, privando a la humanidad el poder disfrutar de una obra como esa, mientras tú en el mejor de los casos, como propietari@ de la obra, dejas el tiempo pasar.



Y esas imágenes, repetidas en la retina de mis recuerdos una y otra vez, me han hecho comprender que uno es cochinamente rico, cuando cree que sabe apreciar lo que tiene, pero como posee tanto, su orden de prioridades está más perdido que Dinio en el Museo del Prado.


*CUADRO: "La Concha, nocturno", de Darío de Regoyos.