No se puede hacer peor, o mejor (por aquello de piensa
mal y acertarás), si se quiere que el españolito de a pie tenga fe en quienes
nos rodean.
El gobierno actual, como los osos, hibernando, y bajo
mínimos, no solo por la estación del año (no hay gobierno de consenso, ni del
otro tampoco), porque al contrario de lo que sería normal, “el cabeza” de
partido no les sirve para orientarse, sino para crear debate dentro del mismo partido, y
además, disimulando para que el contrario no se entere.
Corrupción por todas partes. Cualquier día, y teniendo en cuenta quiénes se encuentran en la cárcel, se impartirán todo tipo de masters dados por ellos, para que se les reduzca la pena, y subirá el nivel intelectual del resto de reclusos, aunque no se sabe, es muy dudoso, si mejorará la ética de los nuevos licenciados. Y, mientras, una parte de la familia
real, chupando más banquillo (aunque en estos momentos estén en modo "honoris causa", porque no acuden a la sala), que muchos jugadores de primera división.
Hasta ahora, y que conste que a este vecino del mundo le
caen muy bien, los nuevos reyes estaban impolutos, pero parece que han empezado
a practicar otros idiomas, y ya han aprendido, eso se rumorea al menos, a decir
“merde”.
El normal de los mortales, primero aprende a decir “papá, mamá…”,
parece que en la monarquía es otra cosa, al menos en cuanto a otros idiomas.
Porque en todo caso hubiera sido más lógico el decir el inevitable: “My
tailor is rich and my mother is in the kitchen” (aunque en versión
monárquica sería “My tailor is not so rich than me, and my mother never is in the kitchen”),
que en la vida normal sería tan absurdo como decir : “Dónde vas, manzanas traigo, y además a
las tres en punto”.
Y lo que tocaba hoy, lo nuevo para cabrearnos un poquito,
solo un poquito (porque nos están aplicando el cabreo como “la
gota malaya”, poco a poco) es el enterarnos de que el paro de los en un
día diputados va por otro lado, y ellos cobran indemnización por permanecer,
todavía, sin trabajo. ¡Hay que joderse! Una especie de desagravio por, en
teoría, dejar un día sus quehaceres, para intentar ayudar con su trabajo al
españolito de a pie.
Lo que ocurre es que en los tiempos de estudiante de este
vecino del mundo, al menos, si no sacabas buenas notas no se te premiaba, y en la mayoría
de las casas no se premiaba nunca, y teniendo en cuenta cómo han dejado el
panorama actual tras su supuesta ayuda, porque algo habrán tenido que ver ellos
también con sus intervenciones, o por no hacerlas, además se les premia.
Unas personas, los políticos, que tienen estos tratos y
estas maneras de que se les resuelva su vida, y por una simple lógica, no
pueden ni medir bien, es imposible, ni el planear el día a día de la gente,
porque ellos viven en otra onda, y no pueden comprender las necesidades del
españolito sufridor.
El mundo de Alicia tras el espejo, era menos absurdo que
esta España nuestra, que en realidad es de los bancos.
*ILUSTRACIÓN: DE LA RED
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