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lunes, 13 de febrero de 2017

¿DESCUBRIENDO A LA NUEVA TONTA DEL BOTE?



A medida que uno se va haciendo mayor, su mente como que se va “disipando” y borrando los pequeños detalles que le rodean. Hoy, sin ir más lejos, y es la pura realidad, estando en la ducha, y mientras me mojaba he descubierto que llevaba las gafas puestas…

Y es que uno no es perfecto. Dicho, lo cual, seguro que esa frase, “uno no es perfecto” serviría como base de defensa a todos esos, por no decir “epidemia”, que están en los juzgados, políticos de todo tipo de jerarquías, que muchos de ellos han servido de ejemplo para futuras generaciones, y que ahora no saben, no recuerdan.

Por cierto, hoy ha tenido que declarar Ana Mato, y en momentos como el de hoy, todos esos grupos feministas que se manifiestan en fechas señaladas, deberían de esperarla, es un decir, a la entrada y a la salida de los juzgados. Porque flaco favor hace ella  y otras esposas, como la del Señor Rato, que no se enteraban de nada, y lo peor, es que dan la sensación de que no les importaba el saber o no, sino que no han hecho esfuerzo por entender porque su cerebro no iba a dar para más. 

Sin ir más lejos, la mujer del Señor Rodrigo Rato le acompañaba a los bancos de Suiza, y ella ni se daba cuenta de que estaba en un “Banco”, y es que según las palabras de ella “los bancos suizos son de otra manera”. Por la manera de contestar de ella, este vecino del mundo llegó a la conclusión de que quizás en Suiza los bancos directamente te dan dinero por tu cara bonita…

Ya le he dicho muchas veces a La Nuri, mi sufrida, que a cambio de que este vecino del mundo no tenga un euro, ella al menos no es tonta, ni se le escapa nada, porque, le he dicho muchas veces, que por definición, la mente de las esposas de maridos ricos deben de ser “corta de luces”, y a lo mejor por ese motivo, ellos, los millonarios, también desgravan o tienen algún tipo de subvención. 

La Nuri, estoy seguro, cada vez que me escudriña la ropa, conoce mi caspa grano a grano, y si algún día alguna rubia, despampanante o no, o incluso rubia o no, intercambiara... granos de caspa con este vecino, lo detectaría antes de lo que se tarda en decir: ”Hoy duermes en el sofá, mañana te buscas la vida”.

De todas maneras, estoy convencido, que Ana Mato si algún cargo no hubiera podido ejercer es el de Directora General de Tráfico, porque tener uno o dos Jaguar en casa, y no darse cuenta, es de nota, mejor dicho, de dar la nota, o de reírse de todos, que uno ya no sabe.

Lo voy a decir por todas las Ana Matos que en España son, una cosa es ser la tonta del bote, y otra, darse el bote mientras tu voz interior te grita: ¡Sálvese el que pueda!


Os dejo por hoy, voy a comprobar si ya se me han secado las gafas, y con la esperanza de que todo lo que he creído ver, era por la suciedad de las lentes... Por oportunidades, que no sea.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 27 de febrero de 2016

IÑAKI URDANGARIN, Y EL DETALLE INESPERADO



Ayer, viendo por televisión, por cualquier canal, las imágenes del antes yerno real del ahora emérito,  y cuñado repudiado-olvidado del actual rey, el Señor Iñaki UrdangarIn, otrora Duque de Palma,  meditaba sobre los estereotipos. 


El Señor Urdangarín, especialmente con motivo de su enlace real, llegó a ser considerado yerno ideal, y el hijo que para sí hubieran deseado la mayoría de las madres ejercientes. Desde el punto de vista de muchos vascos, también, fue un orgullo, una especie de poner una pica en Flandes, el que uno de los nuestros emparentara con la Familia Real, aunque claro está, eso también va por gustos, y los vascos que no fueran monárquicos lo verían, por supuesto, de otra manera, desde los de ni fu ni fa, no saben no contestan,  a los que tendrían opiniones mucho más extremas, e incluso negativas.


Y cuando todo va bien, todo son loas y se van añadiendo adjetivos tanto a la persona como al personaje. Y entre las cosas que rondaba en el ambiente de entonces, especialmente cuando el Señor Urdangarín dejó su etapa de deportista y se embarcó en otro tipo de proyectos, se decía/se suponía, que era una persona muy inteligente y un lince para los negocios.


Hoy, sin embargo, las circunstancias son otras, y la imagen del un día balonmanista de élite ha bajado muchos enteros, este vecino del mundo diría que todos, hasta los que no tenía, y si casi han pasado diecinueve años desde que se casó con una Infanta de España, la imagen de ayer fue, para el que ésto escribe, cuando menos triste, y habrá más de uno que opinará que deplorable. Con unos “no sé, no me consta, ignoraba, hoy es el día que me he ido enterando…”, la imagen de aquel rubio de oro, inteligente, y prototipo de todo lo bueno y deseable, ha estallado en mil pedazos.


Ahora, y viendo lo escenificado estos días, llegas a la conclusión de que “hombre de negocios” puede ser cualquiera, eso sí,  bien asesorado, y no con los asesores que por lo que están queriendo hacer ver, más que amigos, eran enemigos.


Este vecino siempre ha opinado que algunas veces “la madre del cordero”, o la clave, suele residir en los detalles, y ayer hubo uno que, además en un primer momento, me transportó a muchos años atrás, más o menos treinta y cinco.
Me explico.


Desde ayer, y especialmente por internet, en las redes sociales, mucha gente está hablando de las gafas que ayer lució el Señor Urdangarín, de color amarillo concretamente, y que para muchos contrastará y mucho con su imagen, para algunos quizás a favor, y para muchos, al parecer, en contra. Y fue este complemento o accesorio, como se consideran actualmente, las gafas, las que me hicieron viajar a un Londres de final de los setenta, comienzos de los ochenta.


Este vecino estudiaba en una academia, y la propietaria del lugar, que además estaba siempre atendiendonos directamente en la oficina, se caracterizaba por ir maquillada, como se decía vulgarmente, como una puerta. Un día, alguien nos comentó el por qué de aquel maquillaje cuando menos estridente. Confesado por ella misma a la fuente que directamente nos lo dijo, era porque tenía un ojo más grande que otro, y mediante el maquillaje intentaba provocar  que la atención de los que la miraban, o contactaban, fuera hacia otro lugar. De ser así su deseo, la verdad es que lo conseguía certeramente.


Y tras darle muchas vueltas, y teniendo en cuenta que la declaración de Don Iñaki Urdangarín, sobre el caso Nóos, que comenzó ayer y que continuará la próxima semana, ha tenido que ser preparada al detalle, es posible que se haya contemplado hasta la estrategia de las gafas. No desde un punto de vista judicial estrictamente, que se supone que los encargados de ello (jueces, abogados de las diferentes partes...) llevan ya muchos años, y estarán volcados en lo suyo, sino de cara a la galería, como cortina de humo. 


Según la opinión de este vecino del mundo, se intentó que la atención  del público en general se pudiera dirigir más hacia unas gafas de un amarillo, y gusto, cuando menos cuestionable, que a todo lo que al parecer ignoraba, o había olvidado, quizás demasiado, de aquellos asuntos, e incluso que en Nóos no había interés crematístico, que ya es mucho decir, porque de ahí a una O.N.G. hay poca diferencia...


Ya se sabe que en un juicio todo vale, y cuando se intenta hacer un truco de magia, no se pregona que se va a hacer, se saca la paloma o el conejo directamente ante el asombro del respetable. Ayer, fueron las gafas.


*FOTO: DE LA RED


viernes, 6 de septiembre de 2013

LA VERDAD COMO ATREZO

Hoy en día todo aquel que quiera estar en el candelabro, como dijo la miss aspirante a actriz aspirante a ser aspirada y volverse polvo de estrellas, necesita unas buenas gafas de sol de primerísima marca, y un smartphone o similar. En realidad es todo atrezo y pura pantomima, como la vida misma, pues las gafas no se utilizan para evitar el sol, sino el juego de miradas, y el teléfono para escapar de las preguntas. Será casualidad, y las casualidades en la mayoría de los casos son excusas, pero muchas veces se observa que el famoso va hablando por el móvil, y cuando termina el recorrido durante el que prevé que puede ser preguntado por el periodista de turno, y se mete en el coche que le estaba esperando, cuelga el teléfono.
Más de una vez, este vecino del mundo ha pensado que esos teléfonos no son reales, que son como los expuestos en las tiendas de telefonía, que advierten previamente que son maquetas. Tampoco sería de extrañar, ya que la vida es puro teatro, y en el teatro nada es lo que parece, y los móviles no son tales sino solo recursos interpretativos.
Y es que en nuestros días lo importante es aparentar, por eso más de uno caído en desgracia por la crisis, se lo está pasando todavía peor, pues no quiere que los vecinos se den cuenta de su situación real, y digan aquello de que con los aires que se daba...
Hoy tiene más actualidad que nunca aquel cuento del rey desnudo, por el cual unos sastres iban a ganar una cantidad inmensa de dinero, al hacer un supuesto traje con telas preciosas de excelente calidad e hilos de oro, pero que tenía la extraña característica de que solo podía ser visto por aquellos que realmente eran hijos de quienes todos pensaban que era su padre, con lo cual conseguían que todos mintieran y dijeran que el traje era excelente, para que no se pensara que en realidad ellos mismos eran bastardos. Todo aquel que conoce el cuento sabe que al final, durante el desfile del rey con su supuesto nuevo traje, pero que en realidad iba desnudo, es un niño, el que con su inocencia y crudeza habitual, dice que él lo único que vé es a su rey desnudo.
Lo importante en nuestros días no es encontrar la verdad, sino la utilización que podamos hacer de nuestra verdad para uso propio. Y ahora todo se compra y se vende, y las noticias blancas no cotizan en bolsa. El amor no da dinero, pero si la pelea, la trifulca y los cuernos. Y hay cuernos de todo tipo, porque engañar se puede hacer en todos los ámbitos de la vida.
Hoy es moneda de cambio frecuente, el estirarse de los pelos, aunque luego se vayan a cenar juntos y cobren en tres partes, porque no hay que olvidar que la persona que cuenta o relata el tema, también cobra, y es que al final, los únicos “paganini”, como siempre, somos nosotros, que al final tocamos, pero siempre de oído.

*FOTO: DE LA RED