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jueves, 8 de agosto de 2019

MADRID LA VIEJA, Y EL ABUELETE BAILARÍN


Hay imágenes que te hacen creer que todavía hay esperanza. En un día, en pleno agosto, en el que el Informativo de las 3 de la tarde más parecía un concurso de adivinar la noticia verdadera entre todas las demás que eran claramente carne de "fake news"o noticias falsas. 

Entre descerebrados al volante o en el capó del coche, que además  graban sus fechorías por aquello de un segundo de fama en las redes aunque luego acaben en la trena, fríos pirómanos o asesinos de paisajes, sentimientos y recuerdos, el hueco de las noticias del mes veraniego por antonomasia se rellena, por ahora al menos, sin recurrir a ninguna serpiente veraniega. 

Esa imagen comentada al principio es la de ese "abuelete", este vecino del mundo prefiere, con mucho cariño, definirle así, que "anciano", como muchos periódicos de la red se han referido a él, que no se puede resistir, ni evidentemente quiere, y utiliza una de las principales calles madrileñas, Gran Vía, como telón y fondo del arte y manera de ver y sentir la vida que lleva dentro, al son de "My baby just cares for me", de Nina Simone.

Este señor, porque sin duda lo es, ha hecho ya solo con su gesto una declaración de amor a la vida, y ha convertido, sin pretenderlo ni quererlo, a Madrid en una especie de La Habana de este lado del charco donde se vive la vida en la calle, y no se pretende ser sólo políticamente correcto, o simplemente aburrido.

A destacar por supuesto el toque que le da esa señorita, con su imagen, su voz, y el gusto por cantar y contar sentimientos. A este vecino que desde niño ha amado el cine y la música, siempre ha soñado con el “musical de la vida”. Aquel en el que todos cantan y bailan en unión y armonía, bailando sin haber ensayado, y coincidiendo en los pasos, como vecinos bien avenidos.

En estos días de “quítate tú para ponerme yo”, pero sin que se note que quiero,  aquí los dos, ella y él, está claro que están haciendo lo que les pide el cuerpo, y además en forma de arte.

¿Para cuándo un tango arrastrado entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias cruzando sus piernas y sus miradas? Una legislatura da para mucho, especialmente si todavía no se ha empezado.  

*FOTO Y VIDEO: DE LA RED











sábado, 13 de octubre de 2018

ELLOS MISMOS



Con la cantidad de medicamentos que ingiere mi ojo izquierdo, hasta cuatro diferentes y han llegado a ser cinco, en lucha con una ameba despiadada, cualquier día voy a tener como mínimo una especie de borrachera de imágenes, y quizás me ocurra como a Pedro Sánchez y Señora, que han estado bordeando, en el besamanos real del 12 de Octubre, el darse las manos y saludarse ellos mismos.

Estos días también ha tenido lugar una imagen muy similar pero mucho más sugerente, esta vez en el Museo de cera, de Madrid,  y con la eterna  Reina de Corazones, Isabel Preysler, y su pareja actual, Mario Vargas Llosa, que en todo un alarde de imaginación y algo de poesía romántica, La Preysler de hoy ha tenido un aparte con la Preysler de ayer. Lo curioso del caso, al menos para este vecino del mundo, es que hace unos meses le toman las medidas a la Señora Preysler, y le hacen una réplica, pero ya con los liftings y cambios incluidos, en una especie de “Barbie Filipi-glamurosa”.

Este vecino, respecto al caso de la Señora Preysler y su doble, o en este caso, “mitad”, tiene varias dudas: ¿El Museo de Cera quería hacer una réplica de la joven Isabel, o de la Isabel de ahora, y se les ha ido la mano? Y lo que es mucho más importante ¿Acabará la Isabel verdadera dentro del Museo y utilizarán la “nueva moza” para fiestas y posados varios? ¿Nos seguirán diciendo eso de que la belleza está en el interior, o eso solo quedará para el cuento Disney?

De todas maneas, desde un punto de vista de defensor de la cultura, que obviamente nunca me corresponderá, como también existe una versión en cera de Mario Vargas Llosa, de hace unos cuantos años, que además se exhibe en otra de las salas del mismo museo, este vecino destinarla al muñeco Mario a ser el acompañante silencioso y sonrisa fácil, mientras el de carne y hueso debería de dedicarse a lo que es realmente bueno: escribir. Pero ya se sabe eso de que el hombre dispone, y... la Preysler dispone

*FOTO: DE LA RED