Llevamos unos días de continuos sobresaltos buenos, que
son los mejores, y que te dan un gustillo muy parecido a esas mariposas que
aparecen en el estómago cuando conoces a alguien que te hace sentir algo.
Pedro Sánchez nos ha causado a muchos, este vecino
espera/desea que sean muchos, algo parecido a un lifting sentimental, y hemos
pasado de no tener ganas ni de escribir, por lo de más de lo mismo, o nada que
te haga sentir ese pellizco que necesitas para motivarte, a esperar al nuevo presidente con esperanza. Y lo único que ha hecho, y no es poco, el ya Presidente,
Don Pedro Sánchez, es poner unos cuantos nombres encima de la mesa que nos han
hecho pensar que a lo mejor es verdad que de las musas se puede pasar al teatro
de la vida.
Y tal como estaban las cosas ver a un gobierno que se
suponía iba a ser “interruptus” por las circunstancias, al menos con una
sonrisa de esperanza, no es poco.
Este vecino del mundo ha de confesar que conoce poco de
la mayoría de los nombres de los nuevos ministros, pero ya solo nombres como
Margarita Robles, Meritxell Batet, siempre seguidoras fieles del ahora-presi,
junto con otros como Fernando Grande-Marlaska, Pedro Duque, y de otra manera, a
“seres libres” como Máxim Huerta, dan mucha esperanza a un proyecto que no ha
dejado a nadie indiferente.
Aunque los malpensados, como éste que escribe, ya lo
preveían, los palos han venido por la parte que se estima más débil, con un
Máxim Huerta, como Ministro de Cultura y Deporte, que ha demostrado que es un valiente, y que por lo
menos lo va a intentar.
Si viéramos al nuevo gobierno como un coche, la labor
quizás del Señor Huerta pudiera ser el de esa pequeña pieza, pero tan
importante, que une al coche con el asfalto, especialmente en tiempos de
tormenta. Y es que las amistades de Máxim, son de todo menos desligadas del
momento más reciente.
Por cierto, y ya para terminar, lo bueno que puede tener formar un gobierno de tal aparente seriedad y firmeza es que todo aquel que, especialmente, en el Senado pueda ponerle todo tipo de trabas, tendrá que retratarse, y ya luego el sufridor votante tendrá la última palabra en los próximos comicios.
*FOTO: DE LA RED