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lunes, 1 de julio de 2024

CRUCE DE PALABRAS...

 


Como dice la canción del filósofo Fito,  que también vive sin Los Fitipaldis,  Me perdí en un cruce de palabras…”. Y es que tal como está la cosa, la famosa cosa, no estamos ni para parpadear, pues en cualquier momento alguien te manda un “tweet” y te hace responsable de la muerte del toro que mató a Manolete.

 Y ya en plan internacional, te acusen de haber visto “Lo que el viento se llevó” y que además hayas disfrutado con un argumento en el que la vida de un esclavo vale menos que una baratija del chino que seguro tienes de bajo de tu casa… Eso, si no te hacen, además, un “meme”, que visto lo visto debe de venir de “mamón”, o al revés, como lo del huevo y la gallina…

Hoy es el día que nos inundan con palabras, y lo peor de todo es que con tanta inundación ya no queda a flote ni el dicho “donde dije digo, digo Diego”.

Este vecino del mundo cada vez comprende menos a esos que desean la eternidad, a no ser que sean millonarios y se quieran perpetuar para siempre al frente de su emporio. O lo que antiguamente se conocía por seguir forrándose el riñón…

Y es que estamos más en la decoración de la habitación que en el elefante que está en medio de ella, como le pasaba al personaje de Peter Sellers en esa brillante comedia que es “El guateque”… 

¿Por qué muchos temas resaltan y amargan más cuando se les rodea de comedia?

Quizás sea porque se nos ha querido inculcar, con la religión siempre al fondo, que hemos venido a vivir a un valle de lágrimas, y la sonrisa aunque sea amarga desentona a ojos de aquellos que siempre han soñado con escribirnos el guion de nuestros próximos y futuros movimientos, especialmente si son mentales...


*FOTO: DE LA RED


viernes, 7 de junio de 2019

MIRANDO HACIA ATRÁS...



Quizás para que España marchara mejor, o los españoles marcháramos mejor, sería aconsejable que cada uno escribiéramos un blog, o en su defecto, un diario, por el cual nos viéramos obligados a recapacitar sobre lo acontecido o que va a acontecer próximamente.

Y en este mismo momento me viene a colación un dicho que siempre recordaré a quién se lo oí por primera vez: “Corrimos como pollos sin cabeza”. Lo dijo John Benjamín Toshack refiriéndose al equipo de fútbol que entonces dirigía, Real Sociedad. Y como pollos sin cabeza parece que nos comportamos  las veinticuatro horas. Sólo con dos claros objetivos que además están en nuestro propio cuerpo: Vigilar nuestro ombligo, y salvar nuestro trasero.

Algunos pensarán que en el uso de la ironía que caracteriza a este vecino del mundo, esta vez se ha pasado, cuando en realidad es literal lo dicho. Durante esta semana y en plena calle ha habido gente que me ha adelantado, o lo ha intentado al menos, por derecha, izquierda, arriba, y abajo no porque no pudieron  conseguir las llaves del alcantarillado.

Con el paso de los años, la próstata de uno, y de lo poco que le sirve todavía para reafirmarse como hombre, le hace tener que buscar un váter incluso con deseo. Ayer mismo estaba entrando con urgencia nada fingida en “los servicios” de un bar, cuando a mi espalda alguien me urgía a dejarle paso para orinar rápidamente, como si lo que pretendiera hacer este vecino era, por ejemplo, ganchillo. Al darme la vuelta para decirle, que no, que yo entraba antes, observe que "el brioso" era chófer de autobús, pero como yo estaba seguro que mi labor no me iba a llevar más de treinta segundos, entré concienciado de realizar un trabajo profesional.

Me sobraron tres segundos, pero el chófer, o ya había optado por otros lares, o dándose cuenta de que quizás se había pasado con su petición, eligió convertirse en leyenda y desaparecer en la última curva del recuerdo.

Si todos repasáramos nuestros movimientos del día anterior como si nos fuéramos a confesar, más de un meme, por ejemplo, tendría como autor a un memo homologado, ¿verdad, Señor Iglesias?

*ILUSTRACIONES: DE  LA RED



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