Domingo, y me doy cuenta de que la mitad del año ya se ha
ido decidiendo, prácticamente, si son galgos o podencos.
Si los que han venido ahora al gobierno quieren lo mismo
que los anteriores. Por ejemplo, que la televisión pública les ponga a ellos
como los buenos. Y a Pablo Iglesias no le ha faltado tiempo para acercar el
ascua televisiva a su sardina, y nombrar como máximo jefazo televisivo a un tal
Andrés Gil.
¡Es curioso! Para decidir eso, poner una cabeza visible, al contrario que con su casoplón, no ha querido
ni preguntar a las bases de su partido, y para cuando nos hemos dado cuenta ya tenía
vestido al santo.
Quizás demasiado rápida la reacción de Iglesias, con
ligero olvido; porque no le cuadran los votos. Y es que a los del PNV, con
auténtica vocación de ser siempre bisagra no les gusta la elección podemita, y
no habrá voto de consenso.
Parece que el tiempo en barbecho de Podemos tras decidir anteriormente
no apoyar la candidatura socialista y que consecuentemente Rajoy siguiera
andando rápido por los jardines de la Moncloa, no les ha aclarado las ideas de
que el futuro de España no es lo mismo que el futuro de Podemos.
Quizás la actual situación política, muchos partidos y
mosqueados, ayude a alcanzar un consenso, porque la decisión debe de ser para
mañana, lunes. A la fuerza ahorcan.
Ese propósito de enmienda que, en teoría nos hicimos hace
seis meses, con el año nuevo, debe de tener la misma fuerza, tristemente, que
la de un Diego Armado Maradona a resistirse a una nueva juerga, con puro
incluido, con el deporte al fondo, muy al fondo. Un espectáculo lamentable, y
además televisado.
Por si muchos no saben, se supone que Maradona es un
embajador de la FIFA por lo que cobra alrededor de 11.300 Euros por cada evento
en el que participa, gastos aparte. Con lo cual, y visto lo visto, en su caso
es como intentar apagar un incendio con gasolina.
*FOTO: DE LA RED
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