Mostrando entradas con la etiqueta tragicomedia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta tragicomedia. Mostrar todas las entradas

lunes, 4 de diciembre de 2017

EL ASCUA Y SU CONTORNO



La mayoría de las veces no ocurren las cosas como las tienes planeadas, quizás por eso nos pasamos la mitad de la vida improvisando, intentando arrimar el ascua a nuestra sardina o a lo que queda de ella. Y las Navidades precisamente son, la mayoría de las veces, una muestra muy elocuente, un buen ejemplo, de lo que veías en ellas en tu infancia, y lo que ahora significan para ti. Lo que vendría ser el equivalente a tu sueldo pasado por Hacienda, que se queda en nada.

Quizás la vida es una tragicomedia y depende siempre hacia dónde pones el foco y enfatizas. Estos días también, son un ejemplo. Nieves en el País Vasco al menos, y conviene no agobiarse, no ver la parte negativa, sino el manto de belleza con el que muchos paisajes se han despertado.

Pronto comenzarán los informativos con esas noticias que ya están preparadas y que hacen que la mitad, sino más del “Telediario”, ya esté pre-programado. Las mejores marcas en deportes, los peores accidentes, los famosos que este año nos han dejado...

Sinceramente, este vecino del mundo con el empacho de todo que ya lleva dentro, y especialmente político, y que se imagina que es como el del común de los mortales, en este año terrible, quizás solo necesite una sonrisa cómplice de sus personas amadas, y una lenta caricia de comprensión.

Ya el ascua y las sardinas intentaremos arrimar en otro momento. Ahora son tiempos de estar con los tuyos, y especialmente sentir que lo son.
Deben de primar las personas, y no la acumulación de cosas.

Siempre me han encantado esas fotos invernales, llenas de niebla, en las que más que ver el paisaje, se intuye, hace falta incluso un acto de fe, pero sabes que está ahí. Lo mismo ocurre con los tuyos, con tu familia, con tus amigos. En las nieblas de los problemas, en el frío de la soledad, en cualquier momento aparecerán, y si no tú mismo debes de encargarte de llamar a su puerta.


Hay llamadas que en sí mismas son un acto de amor. Hagámoslo.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 18 de junio de 2015

A MÍ QUE ME REGISTREN


Me levanto a primera hora de la mañana con la bandera blanca de la inocencia enarbolada en lo más alto de mi mástil moral, y tras encender el ordenador para ver lo que me ofrece el día desde el punto de vista informativo, la primera imagen que he visto en el primer periódico digital no es que me agreda, sino que deja a este vecino del mundo k.o.


Abstraeros de todo y no tengáis en cuenta que sois españoles, el que lo sea, ni las identidades de los que están en la foto que acompaña a este post de hoy. Os encontráis dentro de una especie de paréntesis de identidades, ni sois quienes sois ni sabéis lo que sabéis: ¿Qué os trasmite la foto que acompaña a este post?


No sé por qué pero inmediatamente este vecino del mundo ha pensado que se trataba de un fotograma de una comedia francesa. Quizás por ese parecido del Señor Wert con un Louis de Funès un poco más estilizado. He inmediatamente, y por el gesto, entre admiración y asombro le he visto muy en su papel de gendarme de Saint-Tropez, esta vez de incógnito, sin su uniforme, y he creído, lleno de malicia, que instantes después de esta foto, detendría a la persona que le acompañaba.

Si hubiera que poner un pie de foto, el de este vecino del mundo sería: “A mí que me registren”.

Lo triste del caso, porque de gracioso no tiene nada, es que se trata de una comparecencia ante los medios de comunicación, ayer mismo, y es la cara que pone el Señor Rajoy ante la pregunta sobre los cambios que supuestamente iba a hacer en el gobierno, y que todos los indicios, inducidos por él mismo, apuntaban a que se iban a realizar ese mismo día.

Si algo necesita este país es un aire de seguridad, y esta instantánea en cambio, puede sugerir de todo menos optimismo.

Sinceramente, lo primero que he pensado tras ver la foto de marras, que dicho sea de paso no le hace ningún favor al Señor Rajoy, es que habría que resetear este país, y como si de un ordenador se tratara partir de cero. Es lo primero que puedes pensar cuando apenas unos minutos antes todavía navegabas entre los sueños y la realidad. Pero tenemos lo que tenemos.

Señor Rajoy, ponga a quien ponga, si pone, en lo que a caras nuevas se refiere, su actitud de trilero de ayer no ayuda mucho. Ahora hace falta seguridad en lo que se hace, y la única seguridad que se infunde de lo que el españolito de a pie ve y puede deducir es que su “globo” puede explotar en cualquier momento, con la que tiene montada en su partido.

Desde la misma noche electoral del 24 de Mayo usted ha pasado de que “todo va a seguir igual” a “me lo pensaré” y más tarde a “habrá cambios”. Y para más inri ahora la mismísima Asociación Nacional  de Perfumería y Cosmética se queja  de que el gobierno está hablando de “cambios cosméticos”, y eso naturalmente no viene bien a su negociado.

A lo mejor, y después de todo, lo del parecido de la foto con una comedia francesa no estaba muy desencaminada. Aunque, quizás, y puntualizando, le venga mejor el término “tragicomedia”.


*FOTO: DE LA RED