Ayer me pasó algo curioso. Mientras entraba a la farmacia de cabecera, por decirlo de alguna manera, ya que es a la que voy siempre por cercanía con mi casa, recordaba que era el primer día en que se iban a recetar obligatoriamente los medicamentos por principio activo y no por marca.
El ambiente era el mismo de siempre, pero al tocar mi turno y tras comprar una caja de ibuprofeno, comprobé que mientras normalmente, creo recordar, me costaba la caja entre tres y cuatro euros, ayer con la tontería de lo del principio activo, el precio no me llegó a dos, y eso que yo no llevaba receta, pues por decirlo de alguna manera, iba por libre.
Es curioso, yo pedí como lo hago siempre, sin decir marca, pero ya el precio era menor. Me hizo mucha ilusión, porque en cuestión de precios, lo que ya te sorprende es que bajen.
En ese mismo momento, me sentí como abducido y mi cuerpo ya no estaba en la farmacia, sino en cualquiera de las tiendas que tanto La Nuri, mi Nuri, como yo muchas veces utilizamos para hacer la compra.
La pregunta que me rondaba el cerebro se iba haciendo tan repetitiva que tuve que abrir la boca para que su eco imaginario no me rompiera los tímpanos. ¿No habría alguna manera de comprar los alimentos por principio activo también? Porque en ese caso si la comida nos la recomendaran por la seguridad social, ya hubiéramos encontrado la solución para la bajada de precios.
Hacer la compra, sin que las alubias sean de Tolosa, o los pimientos de Padrón, la verdad es que ayuda, pero como hasta hace cinco minutos ha ido creciendo la cultura dentro de nosotros, o nos la han ido inculcando, y si es así han hecho un buen trabajo, de comprar productos prácticamente con carnet de identidad,y denominaciones varias, pues eso... que como bien nos enseñó la Dirección general de tráfico las imprudencias se pagan.
En otro orden de cosas, para ahora ya nos hemos enterado todos, de que hay unas bodegas extremeñas que niegan la boda en sus instalaciones a una pareja de homosexuales porque el accionista mayoritario alegando reservas morales no está de acuerdo con ese tipo de bodas.
No voy a criticar a la persona que se ha negado, porque es obvio que entre otras cosas está yendo en contra de la constitución, pero haciendo un poco de humor negro, hasta hace no mucho tiempo, y los que ya peinan canas me entenderán, una marca de bebídas alcohólicas hizo muy famosa su frase de que era cosa de hombres. Ahora sin embargo en una bodega, se empeñan en que eso no sea así. Y más sangrante es todavía el detalle de que la persona que ha tenido que dar la cara es la enóloga de las bodegas, que aunque bien era ella quien había llevado a cabo la contratación del evento, no creo que entre las asignaturas de sus estudios, hubiera una que le ayudara a pasar ese mal trago, y nunca mejor dicho, si recordamos que hablamos de bodegas.
A menos de diez días, la pareja se ha quedado compuesta, pero con novios, concretamente dos....y con una ceremonia, donde se supone que hay más de doscientos invitados, en el aire.
*FOTO: DE LA RED