martes, 22 de diciembre de 2015

CON ÁNIMO DE MOLESTAR, LA OTRA NAVIDAD



Antes de nada, aviso.  Si estáis buscando algo que huela a Navidad, y políticamente correcto, os encasqueto el blog que sentía en estas mismas fechas el año pasado (http://patxipe.blogspot.com.es/2014/12/es-navidad-busco-merimee.html) y que tan bonito y apañado me quedó.


Este año, sin embargo, me encuentro, que no es poco, de otra manera, y como el fin de este blog es ser sincero, y “soltar” lo que llevo dentro, antes de que me pueda causar un daño irreparable, pues eso, que me vais a oír, o mejor dicho, leer.


Quizás, con los ecos de una campaña electoral aún tan reciente, uno puede llegar a plantearse que las Navidades pueden tener un mucho, por cierto, de campaña electoral. Con ese deseo, por ejemplo, de que todos seamos tremendamente felices. El resto del año, aunque sonriamos al de al lado, la vida no deja de ser una competición con navajas traperas disfrazadas de “ya lo siento, pero YO lo vi primero” y “otro día será para usted, pero hoy es para mi mejor amigo, que soy YO”.


En Navidad, no nos vamos a patear mercados en busca del voto indiscriminado, pero sí vamos a limpiar el polvo a los números de teléfono que el resto del año no utilizamos, para desearles, y antes de que te llamen ellos, mucha felicidad.  Quizás, con el deseo inconfesable, de que ellos a su vez nos digan que están sufriendo un cólico nefrítico, o en su defecto un desahucio, no por parte de su médico, que no somos tan mala gente, sino por parte de la autoridad competente, y en dos días se queden sin casa. Esa casa a la que han hecho tantas reformas, y de la que tanto nos hablaban, y hablaban. Y que la única vez que te invitaron, te tuviste que descalzar porque tenían unos suelos que parecían espejos.


Esos días de Navidad, que como un partido en plena campaña, tienes que sonreír incluso a la oposición, en forma de cuñado puñetero que te hace todo tipo de preguntas incómodas mientras te restriega por tu cara los chollos que ha comprado este año, porque gana tanto dinero que no le queda otra que invertir para no aparentar tanto.


Hoy han cantado esos niños de San Ildefonso, que antes te ponían tan sensible, recordando aquella radio mueble de tu niñez, y que para tus tiernas entendederas significaban un tiempo para grandes comilonas y muchos regalos,  y que, ahora, te recuerdan a esos sobrinos de tu mujer, siempre tan pulcros, bien vestidos, y recién peinados con colonia. 


Pensabas que eso ya no se hacía, lo de peinar con colonia, que solo se veía en películas españolas en blanco y negro de los años sesenta, pero los hijos de La Reme van así. Tan estudiosos, bien educados y sobre todo repipis que constantemente te están haciendo preguntas de cultura general para saber si tú todavía recuerdas las respuestas, o se ríen, en eso han salido a su padre, de tu ignorancia.


Además, en estas fiestas, ocurre una cosa curiosa, si tienes forma de portería de balonmano, es decir, si eres más ancho que alto, tus allegados se pasan todo el año con insinuaciones como “es bueno para la salud bajar de peso”, "siempre se ha dicho que hay que desayunar como rey, comer como príncipe y cenar como un pobre”. Pero estos días allí donde vas, parece que hay una conspiración contra ti, y te quieren cebar como a un cochinillo en vísperas de su último día. “Venga, no te cortes, y sírvete otro plato que ya te conocemos…” o “Hoy déjate de bebidas con “cola” y bebe como un hombre este vino que es de una cosecha muy buena y que así me ha costado”.



Hay días, como los que se avecinan, que sólo me apetece, mientras me cierro en banda, ser una puerta y colgarme el cartel de “Cerrado por vacaciones, y meta los mensajes por la ranura”.

*FOTO: DE LA RED

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