lunes, 26 de septiembre de 2016

CUANDO EL MONTE YA NO ES ORÉGANO ...



Cuando me levanto, y a modo de resumen del estado de ánimo, muchos días acostumbro ha enviar un “tweet”, y el de hoy ha sido:


#FelizLunes o lo que se supone que durante mucho tiempo ha sido "el día después". ¿Ha cambiado algo?
Dale una oportunidad a la esperanza...


Y en realidad ese mensaje podía ser el resumen del post de hoy.


Ya han pasado las elecciones en Galicia y Euskadi, y en realidad todos estamos igual que antes, pero … en el fondo, ya lo sabíamos.


Votar en Galicia y Euskadi, no tiene que ver nada con el ámbito nacional.
No significa, como muchos dicen que, por ejemplo, Podemos haya bajado sus expectativas en Euskadi, teniendo en cuenta con la fuerza que irrumpió el pasado Diciembre. Votar, dentro del ente autonómico es otra cosa. Es como ir a la calle cada día, vas con tu ropa normal, la que te ven todos los días tus vecinos. Votar en el ámbito nacional es ponerse la ropa de gala, y votar a gente que es más, y me voy a inventar un “palabro”, “traducible” desde el punto de vista del estado español.


No, este vecino del mundo, de un día para otro no ha hecho un cursillo de analista político, pero habla, ahora viene un guiño a su educación católica y durante años practicante, desde el púlpito que le dan los años. Aunque en realidad, sí ha pasado algo que se puede aplicar al ámbito nacional de la política.


Ya no estamos con la potencia que dieron las elecciones de Diciembre pasado. Intentar juntarse los partidos nuevos, aquí incluimos tanto a Podemos como a Ciudadanos (aunque estos ya venían del ámbito catalán), con los demás partidos era más difícil porque todavía pensaban que todo el monte es orégano, y que si entonces habían irrumpido con un montón de escaños, luego sería mejor. El tiempo pone a cada uno en su sitio, y ahora pueden comprobar que quizás ya habían llegado a su techo, e irónicamente, no habían conseguido el cielo.


Tras las elecciones de ayer, este vecino del mundo puede ver más claro que la ocasión la pintan calva, y que si no se juntan ahora mismo, Podemos, Ciudadanos y el PSOE, bajándose cada uno de su caballo llamado "orgullo", van a dejar pasar el tren de la oportunidad. Y me da que ese tren, si vuelve, será dentro de muchos, muchos, años.


CIUDADANOS tiende a diluirse, porque siempre las llamadas “marcas blancas” vienen a ser una suerte de sucedáneo mientras, o no tienes dinero para el original, o no tienes el chichi para farolillos visto la corrupción que campea a sus anchas.


Y tanto el PSOE como PODEMOS tienden a coger las flores del jardín de las izquierdas, y son capaces de tronchar la flor y pisarla antes que compartirla, aunque eso beneficie al final, al partido que siempre habla poniendo a la Patria como si fuera su álter ego.


La ocasión la pintan calva, y todavía es el momento de presentar una candidatura  que ate  a  tres partidos las manos, en el que se pudiera juntar incluso, por activa o por pasiva (absteniéndose) un PNV que puede necesitar ayuda del PSOE  en algún momento del gobierno en Euskadi.


Por cierto, “atar las manos” no significa obligatoriamente impedir hacer cosas, sino evitar irse a las izquierdas o derechas, por aquello de practicar ese dicho tan español de “La cabra siempre tira al monte”.


Es mejor ceder la mayoría un poco a que nos dejen otros cuatro años “plasmados”. Y para eso no hace falta ser ni político, ni analista, sino tener un poco de juicio; eso que últimamente se practica tan poco, y solo se ve, y cada vez más como consecuencia del choriceo nacional, en la Audiencia Nacional.


Por cierto, y ya para terminar, los resultados de Galicia, y dicho con mucho cariño, porque parte de mi árbol genealógico proviene de allí, siempre me recuerdan al anuncio del niño ilusionado ... con el palo que le han regalado.


*FOTO: DE LA RED

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