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miércoles, 4 de noviembre de 2015

NUESTRO MEJOR AMIGO



 
Está claro que hasta el 20 de Diciembre todo lo bueno que ocurra en España servirá para hacer publicidad del gobierno todavía en el poder.

Hoy, por ejemplo, ha habido motivo para ponerse medalla honoris causa, al enterarnos, aunque ya lo adelantó el Señor Rajoy en una de sus entrevistas ( porque “el presi” en estos días está que en cuanto se entera de algo bueno en su mandato, lo escupe en seguida a los medios de comunicación, con una incontinencia verbal exacerbada), que la esperanza de vida en España es de 83 años, y que sólo está por delante nuestro Japón. Otra medallita para el gobierno. Ya se sabe, y lo digo por el contenido sacro que puede tener la palabra "medalla", que tantos años de catolicismo y mantilla han dejado huella hasta en el ADN.

Lo que no se dice, en la citada noticia, es que si no se hubiera recortado en Sanidad en los últimos años, quizás ahora desde nuestro retrovisor veríamos a los japoneses quedando cada vez más atrás, y con evidentes caras de envidia.

De todas maneras, este vecino del mundo que siempre piensa mal, y es que como cantaba Jeanette , “yo soy rebelde porque el mundo me ha hecho así…", tiene otra teoría.

Más de uno, entre los que este vecino se incluye, intenta cuidarse por aquello de que cuando veas las barbas de tu vecino cortar… A ciertas edades uno ya no está buscando lo que se denomina como "tableta de chocolate",  para impresionar a la chica de turno, sino que intenta cuidarse para molestar lo indispensable a la parienta, a La Nuri en este caso, y a la familia en general, que serán los sufridores del futuro, si, tú, te encuentras mal.

Quien más quien menos, a no ser que sea un egoísta nato, y que esté convencido de que tras él no hay nada, al ver a sus vecinos, por ejemplo, tan ancianos, y tan … sólos, se ha hecho una serie de preguntas, y que nunca son verbalizadas. Pero más de uno, y de dos, no queremos que para vivir más, tengamos que pisotear a los demás, por aquello tan simple de donde empieza la libertad de los demás, termina la tuya.

Una vez de haber llegado a este circo que algunos llaman “vida”, se trata de sobrevivir molestando lo mínimo.  Ese es un gran motivo para cuidarse, y no la tableta de chocolate para impresionar. El chocolate  siempre es para comérselo, porque seguro que te sienta mejor que esas pastillas azules. 

Por cierto, más de uno se imaginará esa pastillita azul, colgada en una pared, dentro de una especia de urna. Como esos pequeños martillos que se pueden encontrar, por ejemplo, fijados a cierta altura, en cualquier autobús, con la leyenda: “Sólo usar en caso de emergencia”.  Sin embargo, este vecino del mundo está convencido que de guardar algo para caso de emergencia, siempre tiene que ser "el cerebro". Nuestra primera y última esperanza, como hubiera dicho Agatha Christie, tiene que ser nuestra materia gris, que nos haga diferenciar lo que es bueno y malo para nosotros. O lo que la filosofía popular viene denominando como "ser nuestro mejor amigo".

De todas las maneras, y ya para terminar, la expresión “esperanza de vida” está muy bien buscada. Entre otras cosas porque ya se sabe que la esperanza es lo último que se pierde, como la vida misma. Y en ese caso, no vas a ir a nadie a reclamar que te has quedado solo con la esperanza, y otro se ha llevado la vida...

*FOTO: DE LA RED

martes, 21 de julio de 2015

UN JET LAG PARA POBRES, Y DOS SEÑORAS EXTRAÑADAS


Estoy a punto de llamar a un notario, para que como corresponda tome nota: Tengo jet lag, jet lag de pobres, pero jet lag al fin. Y es que un jet lag no se tiene todos los días. De acuerdo, no ha habido cambio horario, pero como la incomodidad de mi trasero no me ha dejado dormir, ahora sufro las consecuencias en forma de ojeras. Me acabo de mirar en un espejo y he visto a un chino, por lo de los ojos rasgados, que tiene un cierto parecido al vecino del mundo.

Entre ayer y hoy me he metido (consecuencias de la crisis y para que cundan los pocos euros que a este vecino del mundo, más que poseer, le quedan) entre pecho y espalda doce horas de autobús, así sin anestesia en un Donosti-Torrevieja, que si le hubiera tocado a una tal Agatha Christie, o a alguno de sus personajes especialmente, le hubiera dado tiempo a desenmascarar tres asesinatos y una desaparición. Y es que un viaje así, da para mucho.

A destacar del  viaje, que para llegar al destino a la hora, cada vez dejan menos tiempo de “esparcimiento” por decirlo de alguna manera. Aunque el autobús lleva servicio, siempre intentas usarlo lo menos posible, por aquello de las curvas, y que yendo acelerado, los movimientos de subir y bajar escalones son dificultosos. 

Siempre es de agradecer el momento en que el autobús para en una estación de servicio en Monreal del Campo (Teruel). Antes eran tres cuartos de hora, con el tiempo “fue degenerando” a treinta minutos. Alguna vez, incluso, han parado dos veces de treinta minutos (la segunda por la zona de Valencia). Pero lo de esta noche, ya entra en la categoría de escaso: “nos han dejado” veinticinco minutos. Dentro de poco pondrán un cartel al comprar el billete, advirtiendo que el que viaje lo haga con los “deberes hechos” y por si acaso que tenga preparado al efecto un “Dodotis

Los conductores se toman todo el tiempo del mundo, entre parada y parada, mientras seguro que van aumentando, como mínimo, los casos de clientes que como si fueran bebés, llevan el trasero irritado.

Por lo demás, y sin buscarlo, he tenido un momento muy divertido y que además  demuestra, como dice el dicho, que “hay gente pa´ tóo”.

He ido al servicio del autobús, y me he quedado esperando fuera. Al cabo de un minuto más o menos, las dos señoras cuyos asientos daban a las escaleras, y que tienen  una especie de barrera/mesa, me han preguntado, como si de descifrar un acertijo se tratara, por qué sin tocar la puerta sabía que en el servicio había alguien.

Me ha hecho mucha gracia el que esas personas no se cortaran en absoluto, y se mostraran tal cual, por lo que aguantando la risa les he dicho sinceramente:
-Les podría decir, por ejemplo, que me he dado cuenta, al comprobar la forma de la puerta, o que al venir, como los indios de las películas, he ido palpando el suelo del pasillo y he notado que estaba caliente porque acababa de pasar alguien. Pero la verdad es muy sencilla. El señor que está dentro, viaja  sentado a mi lado, y como yo estoy en la ventanilla, para no molestarle luego, he aprovechado, y vengo ahora.
Como pueden ver, ésto es como lo de los Reyes Magos, la magia no existe, y la verdad era muy sencilla.

Se han quedado las dos señoras mirándose con cara de “nos teníamos que haber dado cuenta”.

Solo por eso ha merecido que ahora sufra de “jet lag”, aunque luego no me espere ninguna actuación en ningún concierto, ni ningún fan se vuelva loco por hacerse una foto con el vecino del mundo.


De todas maneras, y antes de terminar, que no se me pase el hablar con la compañía de autobuses, Bilman Bus; más que nada porque lo de los dodotis va a ser un incordio, tanto para el que compra, como para quien se tendrá que deshacer de gran cantidad de ellos, en este caso la compañía, si siguen acortando la parada oficial.

*FOTO: DE LA RED