Mostrando entradas con la etiqueta Alberto de Mónaco. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Alberto de Mónaco. Mostrar todas las entradas

domingo, 7 de agosto de 2016

LO QUE NO SE DICE EN ESTOS DÍAS OLÍMPICOS



Siempre me han gustado las Olimpiadas, especialmente las Ceremonias, tanto de Apertura como de Clausura, pero ... Lo confieso, este año me he quedado dormido, rozando el coma, durante la Ceremonia de Inauguración.

Recuerdo los diez primeros minutos, y ... desfilando España, con Rafa Nadal al frente. Y de pronto, por cada traje, impecable, de cada participante español, me dio por pensar que podía significar un recorte. Y al ver tanto recorte, por supuesto sin culpa ninguna de los deportistas, solo me quedaba el salir a la calle para manifestarme, o, tomar doble y mitad de una tisana que me dejara muy cerca de Morfeo. Y, opté por esto último.


O la gente, entiéndase políticos y periodistas, tienen muy mala memoria, o no quieren meterse en berenjenales. Pero parece que nadie recuerda aquella pregunta de Alberto de Mónaco sobre si España estaba en situación de poder garantizar la seguridad en Madrid, cuando se dilucidaba la adjudicación de la Sede Olímpica para 2012, y que a la postre sería para Londres. Y cuatro años después, también con España entre los finalistas, no tienen  ningún pudor en otorgar la sede a Río de Janeiro, una localización que no es bella, sino bellísima, pero segura, no parece que lo sea tanto. 


Desde que comenzaron a llegar los expedicionarios, como suelen decir en esos culebrones latinos, ya han ocurrido dos "balaceras" con periodistas cubriéndose por los suelos. Amén del hecho de que para cualquier distancia que tengas que cubrir, seas deportista o periodista, tienes que calcular más de tres horas necesarias para poder empezar a trabajar.


¿Alguien ha sabido algo más  de qué fue de aquellos inspectores, más de treinta, que vinieron a Madrid para investigarlo todo? Porque algo debieron de ver en Brasil que les decantó a decidirse por ellos, pero luego no se ha vuelto a saber de ese control tan, supuestamente, férreo, porque las obras se han acabado, como se han acabado. O ... ¿no se han acabado?



Tengo una amiga, Lamari, siempre muy mal pensada, que dice, y lo ratifica las veces que haga falta, que el punto más débil siempre que Madrid ha presentado su candidatura olímpica, es que hacían falta pocas obras, poca inversión, estaba ya mucho adelantado. Y consecuentemente, poco dinero se podía perder por esos caminos inescrutables de ofertas y contra-ofertas, pujas y repujas. Sin embargo, lo de Río de Janeiro, presuntamente podía ser Jauja, con todo por hacer, y muchos contratos por firmar.


No vamos a añadir nada más, solo que presumiblemente en muchas galas deportivas se van a ver muchos metros de cemento vacío, como ya se puede observar en los partidos de tenis.


Y respecto a la opinión de los brasileños, fue más que elocuente, durante la Gala de Inauguración, el recibimiento que le dieron a su máximo representante político. Solo hablaría unos quince segundos, pero a él los pitidos y sinfonía de aire que le acompañó se le debieron de hacer tan largos como atravesar un desierto sin ninguna sombra en la que refugiarse. Por cierto, como los comentaristas deportivos ayer en la meta de la Prueba Ciclista, sin techumbre, y al lado mismo de la playa. Muchos ordenadores, pero inservibles, no se podían ver con tanto sol. ¿Dónde estaban esos inspectores pensantes del Comité Olímpico?


Este vecino del mundo siente una gran curiosidad  ante estas semanas olímpicas, por si Alberto de Mónaco aparece por estas Olimpiadas Brasileiras. Más que nada  porque al estar tan interesado, en su momento por las  cuestiones de seguridad, aparecer por allá será como aprobar implícitamente todas las medidas tomadas y dar su visto bueno.


Aquí, y es de imaginar que en Mónaco, ¡donde las dan, las toman!

*FOTO: DE LA RED