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lunes, 19 de diciembre de 2016

NO ME PISES QUE LLEVO ... PRISA


 
Si para algo sirven las Navidades, además de que unos, los de siempre, se forren, y otros, nosotros, nos quedemos más “secos” (de dinero, se entiende) que la mojama, y no por gastar mucho, sino por estar la mayoría de las veces bajo mínimos, es para pensar seriamente en lo que es nuestra vida, que viene muy ligado a ese recuento, que queramos o no, hacemos todos los años, de los que continúan con nosotros, o nos han dejado para siempre.

Y este año, en el caso de este vecino del mundo, se agudiza mucho más, porque los sesenta le han llegado, no como una losa, sino como una piedra de esas cúbicas que se colocan en los puertos, y eso que, digámoslo con humor, en el mejor de los casos, ya se veía venir.

Como siempre es mejor ser positivo, lo bueno que tiene el ir repitiendo el ritual del paso del año, de los años, uno tras otro, es que has aprendido de cosecha propia lo que es el ciclo vital, sin necesidad de ver “El rey león”, y naturalmente sin aprender a cantar “El ciclo vital”.

De todas maneras, es más que evidente que todas las semanas hay alguien, o algún tema, encargado  de mantener la atención de la ciudadanía, como si de un capote se tratara, para que nuestro comportamiento no haga derrotas y poner en peligro, como mínimo, el chollo del gobierno. Y esta semana nos ha tocado eso de  la búsqueda de un pacto para la  conciliación y racionalización de horarios, dicho por Fátima Bañez, y casi el mismo día, RTVE 1  se descuelga con la Final de MasterChef Celebrity que terminó sobre las 2 de la madrugada, cadena en la que el mismísimo gobierno tiene mucho que decir. Es como dar una rueda de prensa para confesar que eres cleptómano, y al acabar el acto, y una vez que ya te has ido, todos los periodistas presentes se van dando cuenta de que les falta su cartera…

Dentro de ese ciclo vital anual, ya toca, por las fechas, eso de ser bueno, y echar de menos, sino se está con ella, a la familia, por aquello de “vuelve por Navidad”, y que de tanto ha servido, al menos, a una marca de turrón. Quizás los años también van evitando que sigas dando muchas más oportunidades a personas  que te van demostrando que ni las quieren, ni se las merecen. Pero, ojo, si te ocurre muy frecuentemente, quizás la culpa de todo la tengas tú, como ese conductor que yendo por la autopista, se quejaba de que todos los demás conductores iban por dirección contraria…

Y quizás también haya una muy delgada frontera entre ser sensible, y ñoño. Como aquella tía mía, que al ir al cine y apagarse las luces, porque comenzaba la función, ella ya empezaba a llorar, porque le habían dicho que en la película se lloraba mucho, y claro está, era mejor ser la primera que la última.

Pues eso, que este año comeré todo tipo de viandas, tarta y  turrón, y beberé cava, solo si me apetece, no porque el guion lo exija. Porque a los sesenta, e incluso mucho antes, uno ya tiene que ser el guionista de su propia película, y si me apetece decir a alguien que le quiero, aunque todavía no sea Nochebuena, pues se lo digo, y si a mi lado, en pleno ágape navideño, está ese cuñado que cree que se las sabe todas, procuraré capear el temporal, pero, y no es una advertencia, sino un consejo, que tampoco me busque demasiado. Porque en mi caso, he llegado a los sesenta, pero tengo que aprovechar lo que me quede con más “concentración y ganas” que antes, porque sigo manteniendo la afición de vivir intacta, y lo que es más importante, con más experiencia, porque muchas "escenas" ya me van sonando de cómo terminarán..., quizás incluso, con un pisotón en la desnudez de tu nobleza.
 
*FOTOGRAMA: "EL REY LEÓN"

viernes, 15 de mayo de 2015

LA VIDA DENTRO DE UN BUZÓN, O LA AMENAZA DE LOS MILLONARIOS


Si la vida fuera un número circense, ya podemos estar tranquilos, porque para este fin de semana, al menos, ya nos han puesto la red, ya hay partidos de fútbol. Porque estos días donde la sombra de una posible huelga de futbolistas ha rondado por todo tipo de medios de comunicación, daba la sensación de que nos iban a cortar el oxígeno, y la humanidad, al menos la española, esa que besa de verdad, se iba a quedar sin respiración.

Así, a primera vista, parecía que, por una vez, y rizando el rizo, la clase millonaria amenazaba con una huelga, aunque luego en todos los medios de comunicación, que en ese momento se convertían en abogados defensores, se nos recordaba, una y otra vez, que la mayoría de los futbolistas ni son millonarios, ni tienen la vida resuelta. Aunque al final, también se dice que en el fondo lo que primaba era que, presuntamente, los gerifaltes de la federación lo que no quieren es rendir cuentas al fisco, como al parecer lo han estado haciendo hasta ahora. Y como ocurre en la mayoría de huelgas que se precien de serlo, unos ponen la cara, en este caso los futbolistas, y otros cardan la lana, recordando siempre, siempre, que al parecer la sombra de Villar es alargada.

Si tienes alguna duda de que la vida es algo más que futbol, abre el buzón, el tuyo, y allí encontrarás la verdad: publicidad de todo tipo, y facturas, muchas facturas. Esa es la cruda realidad. Y ahora, sin que este vecino del mundo se intente poner filosófico, ha llegado a la conclusión de que incluso en un buzón se puede encontrar ese famoso círculo vital, que nos cantaban en “El rey león”, porque la publicidad de hoy se convierte en las facturas del mañana.

Eso de ejercer de “blogger” (porque lo de “bloguero” siempre me suena más a vendedor de globos, y los globos se sienten y sufren, pero no se deben de vender), me ha hecho ver la vida como si leyera un libro, y estuviera todo el tiempo fijándome en el sujeto, el verbo y el predicado; haciendo siempre comentarios de texto de lo que estoy leyendo, en este caso viviendo.

Y la vida debe de ser como un buen vaso de vino, que no hace falta mirarlo, sino solo beberlo y sentirlo como baja. Porque, y volviendo al principio, si la vida te la tomas como un partido de fútbol, siempre hay ganadores y perdedores, y la vida simplemente es para vivirla, porque la partida al final siempre la vas a perder, pero puedes ir ganando pequeñas experiencias y grandes amigos, que al final, es de lo que se trata.

*FOTO: DE LA RED