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lunes, 10 de marzo de 2014

REVINDICANDO A SANDRA BULLOCK

He tenido un fin de semana reivindicativo, reivindicativo a mi manera, se entiende.
Llevaba una semana, más o menos, rumiando mis desdichas, y como me conozco, tenía que soltarlas por algún lado, y así ha sido.
Todo comenzó a resultas de la entrega de los Oscar de este año. Entre las nominadas a la mejor actriz se encontraba Sandra Bullock por “Gravity”. Y este vecino que es, como ya lo sabéis, cinéfilo hasta la medula, seguía la ceremonia a través de un programa sobre cine, de la Cadena Ser, que le encanta, La Script. Vaya por delante que este vecino no es especialmente fan de la Bullock, pero que tampoco tiene nada en contra de ella, aunque debe reconocer que ha pasado muy buenos momentos con sus películas. Y que hay que acordarse siempre de eso, de que es  de bien nacidos...
Pues durante la ceremonia la mayoría de los comentaristas de ese programa, pusieron a parir a esta actriz, diciendo de que no se le puede comparar con otras nominadas en su terna, como por ejemplo, Judi Dench, Meryl Streep  y Cate Blanchett, que a la postre fue la vencedora. Que “juega en otra liga diferente…”.  Se extrañaban además de que fuera muy estimada en los ambientes cultos de Hollywood. Y que si había protagonizado “Gravity” era porque antes, otras famosas actrices habían rehusado a hacer ese papel, y porque cobró setenta millones de dólares.
Convendría recordar de que, por ejemplo, el papel de Indiana Jones iba destinado a Tom Selleck, pero que a éste le coincidían dos películas, y eligió la otra, en teoría de factura parecida, “La gran ruta hacia China. Es de lo más normal este tipo de sucesos. Y con respecto a los setenta millones de dólares, las otras actrices hubieran cobrado lo mismo o más, aunque a nosotros nos parezca desorbitado, por ejemplo, todo lo que tenga más de cuatro ceros
Vaya por delante, que este vecino admira también a las otras actrices mencionadas, pero que considera que un actor/actriz debe de ser en su trabajo una herramienta al servicio del director, y que éste debe de saber acoplar, en este caso,  a la actriz en cuestión en el engranaje de la película para que todo funcione. Y este sábado, aprovechando que “Gravity” ha vuelto a las pantallas de cine, y en 3D, abstenerse de ver la película por televisión porque pierde todo su sentido, este vecino ha ido a verla, y la película es todo un espectáculo, porque va más allá del concepto tradicional del séptimo arte. Teniendo en cuenta los tiempos de crisis, todavía merece la pena gastarse los alrededor de nueve euros que os cobrarán por ella. Y Sandra Bullock hace, como se espera de ella, creíble su papel, a pesar de lo increíble de su peripecia.
Y ayer, domingo, para cerrar el círculo reivindicativo, este vecino volvió a ver , esta vez en una de las cadenas privadas,  “Un sueño posible”, basada en un hecho real, y por la que Sandra Bullock recibió el Oscar a la Mejor Actriz Principal. Este papel supuso un giro de 360 grados en la imagen de la actriz, y en el que está impecable, más por lo que calla su personaje,  que por lo que dice. Resumiendo, una gran interpretación.
Este vecino sigue cabreado con las declaraciones en el citado programa radiofónico, porque todo actor tiene un público que le respalda, y que merece el mayor de los respetos, y que Sandra Bullock, como dicho anteriormente, es una herramienta para llevar a la realidad del cine y del teatro, un tipo de personaje que también se da en nuestra vida diaria, y que merece tanto la pena como cualquier otro.
Para este vecino, la Señora Bullock es el equivalente de una Doris Day de los años cincuenta y sesenta, y como ella en su momento, cuando menos, merece el más profundo de los respetos, al menos tanto como la “carrera” de todos los que en ese programa la juzgaron tan ligeramente.

*FOTO: DE LA RED



martes, 13 de noviembre de 2012

...Y JAMES BOND CONOCE A BARDEM



En esta última entrega de James Bond, Skyfall, lo que guía al malo a diferencia de las anteriores películas, no es las ganas de gobernar el mundo, sino un deseo de venganza, lo cual hace al guión más de carne y hueso, sin que se resienta, cree este vecino, a los ojos de todo seguidor de la saga.


Aunque sigue habiendo dos bandos diferenciados, los malos y los buenos, éstos no son tan buenos, y el malo tiene razones para intentar vengarse.


El personaje de James Bond en esta nueva entrega es mucho más vulnerable, y con un punto de hastío hasta para ligar. Llegados a este punto, digamos que la lista de las llamadas mujeres Bond es mucho menor que en las anteriores aventuras, siendo muy importante el papel de Naomi Harris, que por lo que se presupone no será su última aparición en la serie, y actualiza el rol de la mujer en la actualidad.


Con una Judi Dench, en el papel de M esplendida, y una banda sonora de Thomas Newman más que eficaz, escucharemos una preciosa canción de Adele, aunque como ya viene siendo habitual en estas películas, suena a ya oída, y ésto siempre puede ser bueno o malo, pero es un valor seguro.


Soplan malos vientos para el MI6, y los hombres encargados de la seguridad del país, y sus métodos, ya son más que discutidos por los políticos del momento. Por si ésto fuera poco, el personaje de Javier Bardem, del que no contaremos sus orígenes pero son muy importantes en la trama de la película, los pone en jaque, haciendo temblar los cimientos de la seguridad británica.


Sam Mendes, director proveniente del teatro, con buena puesta en escena, está más que claro, viendo la película, que confiaba plenamente en el Señor Bardem, y a mi personal parecer le ha dado carta blanca para crear su personaje, y tiempo y escenas más que suficientes, en las que el malo Bardem, aquí en la piel de Silva, se luce con una ductilidad que para sí la hubiera querido el mismísimo Brandon. La maldad del citado personaje no se muestra, lo sugiere su puesta en escena desde el primer segundo.


En este punto conviene aconsejar el intentar ver la película en versión original, para poder calibrar en toda su altura, especialmente el papel del Señor Bardem hasta en su dicción.


Esta vez la trama nos lleva por menos paisajes exóticos, pero sigue habiendo varios viajes. Lo mismo que el mal puede estar en las entrañas del mismo sistema de seguridad, hay dos viajes muy interesantes, uno por las mismas entrañas de Londres, y el otro a las raíces del mismo Bond.


Con una fotografía mucho más oscura, esta entrega es menos fantástica y más cercana, menos tecnológica y con una cierta poesía en la soledad de los personajes y de los cimientos que les vieron crecer.


Antes de terminar, este vecino del mundo sugiere fijarse en la renovación, y juventud, de los personajes que siempre acompañan a Bond, con lo cual, y en cierta manera, nos están desvelando que hay Bond, James Bond, para rato. Y eso es bueno para asegurarnos la paz mundial y nuestro futuro entretenimiento.


*FOTO: DE LA RED