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jueves, 15 de mayo de 2014

EL PODER DE CIERTOS PERSONAJES

Más de uno de mis lectores me ha preguntado alguna vez sobre cómo me vienen a la mente los temas que trato en mi blog. La verdad es que cada post sería un mundo aparte. Por ejemplo hoy, hace un rato, estaba mirando en Twitter los “temas tendencias” del momento. Obsérvese, por favor, y para echarse flores a sí mismo, que de vez en cuando no viene nada mal, el esfuerzo de este vecino del mundo, para NO utilizar el término inglés “trending topic” que ya es bastante cargante. Y uno de ellos, con la “etiqueta” (el famoso “hashtag” que para este vecino siempre ha sonado a insulto) PersonajesOlvidadosDeLaHistoria, le ha retrotraído a su niñez.
Mientras algunos usuarios de twitter hacían mención de, digamos, personajes secundarios de la historia, a este vecino la mente le ha llevado a aquellos nombres que, en cierta manera, forman parte de su niñez.
María Sarmiento, porque su final, de todos conocido, a todas luces siempre me pareció incierto, incluso siendo niño. Siempre me ha dado la sensación de que en cualquier momento volveremos a tener noticias de sus andanzas. Y puestos en plan filosófico, y esta sería otra versión, digamos que es un claro ejemplo que de incluso los más bajos momentos siempre se puede llegar a tocar la gloria. 
Jorge y sus tripas, por qué se estiraban y se encogían. Un claro caso para consultar a Iker Jiménez.
El célebre "tocador de señoras", que todo el mundo en realidad piensa que es un mueble, y este vecino, desde que oyó esta expresión en su niñez, está convencido de que existir, existe, pero que además tiene una buena coartada para despistar al personal.
Este vecino va a mencionar ahora a dos hombres, y que han dado muy mala prensa a nuestro género. El primero sería el famoso “hombre del saco”, y del que tantas veces hemos sufrido amenazas para comer todo lo del plato, o comportarnos bien, y el segundo, al que incluso le dedicaron una canción aun siendo tan malo, el famoso “hombre de los caramelos”, que a pesar del nombre no era representante de caramelos, o dulces varios, sino de los más bajos instintos, y nunca mejor dicho por lo de “bajos”.
Ya en estas últimas décadas, a este vecino se le ocurren dos personajes, ambos relacionados con la publicidad, y por casualidades de la vida, con la Navidad.
¿Qué fue de Edu, aquel niño un tanto repipi y sabiendo, que durante dos navidades nos felicitó, y sin duda hizo sufrir, por las bromas que sin duda recibieron, a todos aquellos que se llamaban como él?
Y ya para terminar voy a nombrar al personaje, sin duda, más querido por este vecino, y que su desaparición de las pantallas, resultó sin duda todo un trauma al que todavía no ha podido, ni querido, sobreponerse: el calvo de la lotería.
Aunque la finalidad de su creación fue cien por cien comercial, su imagen mezcla de un enigmático “Kung-fu” y hombre intemporal que se mueve entre la realidad y los sueños fue todo un hallazgo, y que la misma empresa que “lo contrató”,  y hablando crudamente, “lo mató”, porque quizás había sobrepasado a la misma empresa y en cualquier momento podía volar en solitario, porque ya era “el calvo de la Navidad”.
De todas las maneras, con todo ésto se demuestra, lo difícil que siempre resulta gestionarse la niñez, porque uno intenta separar la realidad de la ficción, y todo lo que le rodea, familiares incluidos, no ayuda.

*FOTO: DE LA RED