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miércoles, 2 de octubre de 2019

NOCHE DE LLUVIA Y RECUERDOS...



Será algo psicológico pero entrar, y bien entrado porque ya es día 2, en Octubre, me pone nostálgico y con muchos recuerdos y en blanco y negro. Los recuerdos no tienen por qué ser tristes, porque todo lo vivido tiene mucho de usado, querido y añorado. En este último punto puede haber su aquel tristón, más por lo perdido que por los recuerdos en sí.


Me acabo de despertar, eso me pasa por meterme en la cama para mi temprano, doce de la noche, y son las tres de la mañana y el sueño, como el dinero en una película de gánsteres, o de cine negro, ha desaparecido. Y por la banda sonora que se oye en la calle, me levanto, y compruebo, más imágenes prácticamente en blanco y negro, que llueve y con ganas.


Nunca he envidiado eso de ser famoso, pero esta semana no me hubiera importado ser un “It-boy”, si es que existen, por mera contraposición con “It-girl”, y que por el blog que llevo, alguien me hubiera regalado una entrada para el estreno de “El crack 0”.

Y es que para los de mi generación, finales de los cincuenta (lo comprendo ya ni de "boy" nada), aquellas dos películas, “El crack”, de 1981, y “El crack 2”, de 1983, de un Alfredo Landa bañado con aires a lo Humphrey Bogart, resultaron mezcla de hito y tortazo en la cara para despertar a la realidad de una corrupción latente, en la vida real, y en ambas películas.

Con el estreno del próximo día 4, de ahí ese deseo de poder verla cuanto antes, se van a convertir en una especie de “trilogía”, en la que la película de ahora, y en blanco y negro, más blanco y negro para una noche, la de hoy, nada apetecible, actuará de precuela. Y hará que los personajes de Garci, entonces interpretados por Alfredo Landa, y su “ayudante”, “El Moro”, como siempre un “Miguel Rellán” inmensamente humano, sean quizás más comprendidos, y sin duda añorados…

Como este vecino del mundo no está bañado ni tan siquiera rozado por el Señor Bogart, tendrá que esperar unos días, siempre demasiados, para poder “volver a empezar”, aunque esa sea otra película, eso sí, del mismo director.

Me niego a terminar este post sin nombrar al gran amor de Areta, o casi,  en las dos películas, y sufridora oficial de la violencia que emanan de ambas historias, Carmen, interpretada por una María Casanova, siempre con un mucho de melancolía inherente a ella y a sus persoanjes; imprescindible entonces en el cine de Garci.

Al que tenga la suerte de ir a cualquiera de los estrenos en España de “El Crack 0” desde ya le odio. Y será para siempre, y a muerte, como el odio en el cine negro...

*CARTEL: EL CRACK 0