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miércoles, 21 de junio de 2017

LOS SANTOS HUEVOS


Sí, seguro que lo habéis notado. La frecuencia de textos, opiniones, de este vecino del mundo ha bajado radicalmente.

Y es que me encuentro apático, y mirando mi lengua a través del espejo, comprobando una vez más que está “blanca empacho”, de todo lo que ha tenido que tragar (me imagino que como la mayoría de los españoles), que es lo peor. Con una sensación, todo el tiempo, de déjà vu, ésto ya lo he visto antes, y no me lo creo tampoco ahora, y de que los momentos presentes es más de lo mismo.

Sin ir más lejos, ayer, los que fueron durante un tiempo, eso nos lo decían constantemente en todos los medios de comunicación, “los más listos de la clase”, como si fuera una reunión de exalumnos, Rato, Mayor Oreja, Arenas y Acebes, ex ministros del Señor Aznar, tuvieron que aparecer, seguro que muy a su pesar, en el juicio de “la Gürtel”, y lo de “aparecer” es estrictamente literal, porque hablar, hablaron poco: no sabían, no recordaban, no les constaba... ¡Un asquito!

Viendo ese resultado, parece que un brote de amnesia se ha declarado en ciertas mentes de la España-va-bien que debería, como mínimo, ser estudiado.

Lo triste es que, viendo lo que vimos ayer, y que es más de lo mismo de lo ya visto, en cuestión de comportamiento (por eso el empacho de este vecino del mundo), en otros casos, solo te queda preguntar tristemente: ¿En manos de quién hemos estado? Naturalmente, es simplemente una pregunta retórica, porque si ellos no saben nada, nosotros, simplemente, pasábamos por allí…

En el fondo, a este vecino del mundo, siempre le queda la sensación de que hay mucho cobarde suelto, y que cuando hay problemas, nadie tiene los santos huevos de poner su cara, por miedo a que se la rompan. Aunque en realidad deberíamos hablar, como diría un sudamericano, del estatus y la plata acumulada, por miedo a que los suyos, los demás no importan, se queden sin comer, muy bien por cierto, y sin todo lo demás, que, seguramente, será mucho.

Hablando de “santos” (huevos), y de los más listos de la clase reunidos ayer en una especie de examen oral de selectividad, de su estirpe, ¿no habrá ninguno, que se les presupone católicos-apostólicos-y-romanos,  reparado en que si Dios, que nos han dicho mil veces,  está en todas partes, seguramente no debe de estar muy orgulloso de los de esa promoción de alumnos lumbreras?

Ante preguntas que nunca se podrán contestar, este vecino siempre lo ha tenido muy claro, “la cosa” debe fluir, porque de lo contrario, huele, y ante eso, solo hay una opción: entrar en el cuarto de baño, y echar la bomba.


¿Para cuándo una bomba portátil, en versión, claro está, sino elegante, cuando menos “decorosa”, para poder llevar a cualquier lado, y evitar frustraciones, y como a este vecino del mundo le ocurre, empachos?
¡Tranquilos! Sólo era otra pregunta retórica...

*FOTOMONTAJE: DE LA RED

domingo, 9 de abril de 2017

EL DOMINGO, Y SU IMPORTANCIA


La verdad es que no lo había entendido así nunca, pero esta mañana, “pensando” (uno tiene hasta vicios "rarunos", con tal de que no cuesten nada), he llegado a la conclusión de que muy en contra de lo que se nos dice en Las Antiguas Escrituras,  el Domingo no se hizo para descansar sino para resetearse,  a modo de ordenador, y borrar o dejar en archivos bajo la etiqueta de “hace mucho tiempo” , información acumulada durante toda la semana, y que como mínimo sería perjudicial para nuestro “hígado mental”, encargado de deglutir toda la información e imágenes que nos rodean.

Esos niños, por muy efecto de caras borrosas que les cubra los rostros (y que es peor porque nos hace sentir que pudieran ser cualquiera de nuestros hijos) que se están muriendo por un gas mortal, que al parecer nadie ha tirado, sino que ya estaba allí, aunque tampoco se sepa quién lo puso, en una guerra que al parecer nadie “puede” terminar con ella.

Estamos en una sociedad, también, en la que nadie sabe nada, nadie ha sido, nadie ha robado a las arcas del estado, aunque estemos cada vez peor, y lo único cierto, porque quedan pruebas escritas, son los que hacen “chistes” de trazo gordo, aunque no nos gusten a muchos. Ya no te dejan ni esparcir la mala “milk”, disfrazada de humor, para quejarse a modo de montañero jugando con el eco, hasta que retumbe en el infinito.

Al final, lo de la ”Memoria Histórica” solo va a funcionar para los de siempre, a modo de "Memoria histérica", y no para los que son zurdos de pensamiento; y que cada vez que se quejen, se les dé en el hocico con la regla (como en las escuelas de los años cincuenta) de “La ley de seguridad ciudadana”, también conocida como "Ley mordaza”.

Convendría hacer la prueba con un antiguo monólogo, pero actualizándolo, de ese gran filósofo que fue Don Miguel Gila, y es más que probable que mientras él se tuvo que “ir durante muchos años de vacaciones a la Argentina”, el que osara remedarle ahora, es más que probable que fuera “invitado” rápidamente a esos “hoteles del estado” a los que gente como el Señor Urdangarín, o el Señor Rato no han tenido que ir todavía.


Es curioso, y ya para terminar, que nosotros tengamos que utilizar el domingo para resetearnos, y en cambio el disco duro de las finanzas del PP fuera “asesinado” más de treinta veces y …aquí paz y después gloria. Y esperemos que con esta última expresión la Iglesia tampoco se dé por aludida…porque últimamente no estamos muy bien, precisamente, del sentido del humor.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 20 de abril de 2015

CLASIFICANDO LA TORPEZA



No damos abasto. Esta es la única expresión que se me ocurre ante todo lo que se nos acumula alrededor. Las malas noticias no cesan.

En política, corrupción que apesta. El Señor Rato ya nos está asombrando más que lo que dice su apellido, y lo último ha sido el descubrir que tenía más de setenta cuentas en diferentes bancos. Cualquier día de éstos se demostrará, presuntamente, que el nombre del Señor Rato es más fácil que aparezca en el Libro Guinness de los récords,  que como imputado.

En el ámbito exterior, la aparente  apatía de la mayoría de los gobiernos europeos, ante cientos de seres humanos muertos que se nos acumulan en aguas de mares que nos acarician tarde o temprano.

Y por si fuera poco, esa juventud que hoy, en Barcelona, representada por un niño de trece años, porque llamarle “chaval” queda grande, ha jugado a cazador de vidas, y ha terminado con la de un profesor mediante un machete, llevaba también una ballesta casera y un cóctel molotov, causando heridas graves a otras cuatro personas.

Este vecino del mundo siempre ha tenido claro, que si nos mantenemos con vida cada uno de nosotros, es por una serie de circunstancias, y principalmente por la conmiseración de los otros seres humanos. Y hoy uno, todavía un niño, no la ha tenido. Ahora, vendrán los entendidos, y tras arduos estudios nos dirán mil y un datos sobre lo que posiblemente le ha podido inducir a este final.

Se dice que le gustaba vestirse con ropas militares, y le encantaba tal o cual serie de televisión. Pero si algo tiene el ser humano es la libertad para poder elegir, y lo que miles de personas tienen por costumbre, ahora no se va a convertir en señal de una posible maldad.

Como la sabiduría popular diría: después de visto todo el mundo es listo. Y ahora, habrá quienes se quieran apuntar al carro de un linchamiento general al primero que se ponga en medio, o por acción o por omisión, a padres, profesores, a amigos, a las leyes establecidas…Porque lo que no nos gusta es todo aquello que no podemos explicar. Lo hecho hoy por ese niño en Barcelona, no tiene explicación, porque solo se da en la peor de las pesadillas.

Sin embargo, lo que está ocurriendo con esas personas que intentando conseguir un futuro mejor, se quedan sin futuro ante una muerte anticipada, tiene mucho que ver con la ambición desmedida de los que ponen unas barcas en mal estado a personas que pagan primero con el poco dinero que tienen, y luego en muchos casos incluso con su vida. Y mientras, los países europeos nos la cogemos con papel de fumar, se supone que para no dejar nuestras huellas, y parecemos demostrar con nuestro comportamiento, que lo que no ocurre dentro de nuestro propio país, no existe.

Hay días en que preferiría que me llamaran “perro” como excusa  para poder decir que yo no tengo nada que ver con semejante vergüenza que nos rodea, pero, entre otras cosas, mi perro tampoco tiene la culpa, y no sería justo, que un animal que está más abajo en la escala de la evolución cargue con algo que no le corresponde.

Y ante todo tipo de problemas, como los hoy expuestos, nos seguimos comportando como en la fábula, dudando entre si son galgos o podencos, o intentando explicar, explicarnos, si son "inmigrantes", "emigrantes" o simplemente "migrantes"; clasificando, antes de pasar a la acción por unos seres humanos, que en realidad, es lo que menos nos interesa.

*FOTO: DE LA RED