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jueves, 21 de noviembre de 2013

APUNTES EN BLANCO Y NEGRO

Al final me he tenido que levantar. Y no porque no tenía más sueño, sino porque un grupo de pingüinos se han puesto juguetones, y ya era imposible conciliar el sueño. ¡Menudo frío!
No sé si a vosotros os pasará como a este vecino, pero parece que veo todo, como en los cincuenta y sesenta en la pantalla, en blanco y negro. Y la verdad es que así se pasa menos envidia, porque, por ejemplo, hasta el jamón de jabugo parece menos apetitoso en su versión bicolor.
En realidad, con eso de los recortes y del célebre “con la que está cayendo”, cada vez hay menos opciones en todo para elegir. En la política, tan simple como que, o estás con el gobierno, o en  contra de él, y lo políticamente correcto.
He observado al mirar por la ventana que, como por arte de birlibirloque, ya están colgados los adornos navideños que el ayuntamiento coloca todos los años, y cada vez con más metros de distancia entre unos y otros.
Día de mucho viento, y por lo tanto los citados adornos se agitan sin descanso, como haciendo ver que otro año más están con nosotros, y que el día que menos pensemos seremos invadidos por ese espíritu navideño, que en muchos casos solo se limita a comprar compulsivamente.
Eso de los adornos está bien, porque por la mañana, al salir de casa te van a recordar los días en los que te encuentras, y que tienes que ser un poco más educado con ese vecino al que no tragas, sencillamente porque él tampoco te traga a ti.
De todas maneras, en épocas de crisis más que hacer la guerra por tu cuenta, te apetece ayudar al de al lado, o incluso al que está un poco más alejado de ti. Sin embargo, lo que no es de ley es hacer un espectáculo de la generosidad, y ya hay algún programa, para más inri de la televisión estatal, en el que se hace espectáculo de la pobreza, poniendo nombres, apellidos y primeros planos.
Este vecino cada vez se acuerda más del “Ustedes son formidables” radiofónico, en el que por unas horas te olvidabas de lo pobre que eras al ayudar a otros que lo eran más que tú. Y por unos minutos, incluso, te mirabas en el espejo para verte la aureola de santo mientras se adivinaba una leve sonrisa de orgullo en tu rostro.
Y mientras, ayer observaba en un programa de televisión, de esos que se asemejan a corrala de barrio con ínfulas de tertulia, que se reían de lo malo que era el anuncio de la lotería de navidad de este año, e incluso intentaban imitar el gesto de Raphael, al final del citado anuncio, mientras nos lanza unas notas que nos recuerdan a los niños de San Ildefonso. Y no se daban cuenta, de que una de las premisas de la publicidad es, no pasar desapercibidos en su campaña, y en el citado programa,  al hablar durante tanto tiempo, estaban demostrando claramente, que el objetivo había sido más que cumplido.

*FOTO: DE LA RED