Mostrando entradas con la etiqueta circo mediático. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta circo mediático. Mostrar todas las entradas

miércoles, 3 de enero de 2018

DIANA QUER, EL FINAL DE UNA ESPERANZA


Hay temas que a uno no le gustaría tratar nunca; es más, no sabe ni si quiera como abordarlo, pero sería como obviar (y perdón por el símil, pero así será mucho más comprensible) un elefante que llena toda una habitación en la que estamos, y miramos hacia otro lado.

No podíamos haber terminado el año 2017, ni comenzar el año nuevo, de manera peor, que con lo ocurrido a Diana Quert.

No sé vosotros, pero esta vez clarísimamente me he dado cuenta que en mi subconsciente, que no se solucione la desaparición de una persona, en ningún momento significa, al menos para este vecino del mundo, que pueda estar muerta.

El enterarme que ya había un detenido, José Enrique Abuín Gey, alias "El Chicle",  y posteriormente que ya había aparecido el cuerpo sin vida de Diana, ha hecho que, como se diría vulgarmente, me cayera del guindo, y esa esperanza que en mi interior pareciera estar blindada, se ha convertido en la peor de las realidades.

Vaya por delante, como siempre digo en casos parecidos, que este vecino del mundo no ha estudiado leyes, y sólo habla desde su lógica y sus sentimientos; para otros quedan el basarse en artículos y en jurisprudencia previa, pero ya de primeras no me parece lógico oír a mandos de la Guardia Civil diciendo que sabían perfectamente quién era el autor del asesinato de Diana ya en Noviembre pasado, cuando otra víctima tuvo que luchar por su vida para que lo detuviesen, y que solo una chiripa, o que el ahora detenido estuviera de baja, y consecuentemente en malas condiciones físicas, para que la otra joven consiguiera escapar del coche con vida. Pareciera, al menos desde la distancia, más una huida hacia adelante, o incluso un ejercicio de prepotencia tantas alharacas aparentes, que intentan tapar una presunta incompetencia.

Por otra parte, parece ilógico al común de los mortales, aunque seguro que puede que tenga algún fundamento legal, que gracias a la declaración de una persona, su mujer, que dijo que la noche del suceso el conocido como “El Chicle” ahora a todas luces considerado como culpable, pasó la noche de autos con ella  y como consecuencia, con esa coartada,  haya estado más de un año libre, y al saberse ahora toda la verdad,  ella no continúe detenida.

Quizás, unas últimas declaraciones de dos coroneles a cuyo frente estaba la operación: el jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), Manuel Sánchez Corbí, y el coronel jefe de la Comandancia de La Coruña, Francisco Javier Jambrino, cuestionando, especialmente el primero, reformas legales que, a su entender, dificultan el esclarecimiento de casos complejos como éste, nos puedan hacer atisbar que quizás los mandos, en importantes momentos de tomar decisiones, se sintieran en cierta manera inmovilizados por las leyes, haciéndose ahora todo lo anterior más entendible.

Palabras como las de la Madre del susodicho “Lo siento mucho, pido perdón a la familia de Diana Quer, he criado un monstruo”, y de su tía “Nosotros no criamos a este bicho, lo mataría yo mismo”, contrastan con esas imágenes de un padre intentando negar la evidencia. Ambas actitudes, creer y no creer, forman parte de nuestras reacciones, y son ambas comprensibles  en la naturaleza humana.

Otra cosa es el circo mediático, desde que ocurrió la desaparición de Diana y que ya se había aletargado, volviendo ahora en la mayor de sus representaciones, porque si no tiene mucho de teatro, sí de puesta en escena. Y se va creando una especie de lodo que todo lo mancha.

Se intentan unir todo tipo de presuntos eventos, señales, en un argumento que sea comprensible y además cale en la atención del espectador, a modo de serial televisivo. Se han vendido todo tipo de insinuaciones cada cual más amarilla, apoyadas en el presunto alto nivel social de la familia, y en sus desavenencias; cuando ocurre la mayoría de las veces que el motivo siempre más simple, los bajos instintos, es el más plausible.

Cuando acaben los focos mediáticos, todo se resumirá en que una chica que apenas comenzaba a volar sola, descansará para siempre en un camposanto, y el futuro de su familia siempre estará lastrado de pena, incomprensión, e injusticia.

¡Descanse en paz Diana Quer!

*FOTO: DE LA RED




martes, 27 de enero de 2015

LA SOMBRA DE DON PANTUFLO


Quizás el enfrentamiento en el circo mediático de estos días entre  Pablo Iglesias, y el periodista Eduardo Inda, y la consiguiente definición como Don Pantuflo por parte del primero hacia el segundo, nos ha devuelto una versión más de carne y hueso, del personaje que se ha convertido en una especie de mando a distancia por parte del sufrido españolito de a pie de nuestros días, al que deseamos que haga lo que nosotros quisiéramos hacer. Quizás, con ese comportamiento tan políticamente incorrecto del líder de Podemos, tengamos la primera mancha en un personaje tan medido hasta el momento.
Hay que recordar que si alguien no ha sido dudoso en cuanto a su opinión de un líder, que es tan nuevo que todavía se podría encontrar la marca de su precio si fuera un simple objeto decorativo, es este vecino del mundo.  Y es de comprender esas ganas, por parte del respetable, de dar su merecido a unos políticos de los dos grandes partidos, que con su alternancia en el poder, se han convertido más en una versión de poli bueno y poli malo, que unos competidores legítimos en el mundo de la política.
Una mancha puede fastidiar una buena foto, y la salida de pata de banco por parte de Pablo Iglesias insultando tan banalmente a un periodista que le llevaba buscando las cosquillas durante mucho tiempo, quizás haga recordar a muchos, que en el fondo todos somos iguales, y que no hay nada nuevo bajo el sol. Y que de una verdadera posibilidad de ser un nuevo Moisés en el intento de encontrar el camino a una nueva tierra prometida, hemos podido pasar a un simple showman del prime time.  ¡Una verdadera pena!
Ese insulto, por otra parte más que trasnochado para las nuevas generaciones, que más parece la rebeldía de un niño en los primeros años de su vida, quizás nos tenga que recordar que no hay nada nuevo bajo el sol, y que ese Don Pantuflo es más un guiño al espectáculo por el espectáculo que un paso por construir un futuro nuevo o un escape a este tiempo de crisis.
Quizás este Don Pantuflo sea un equivalente a esa vida en España de una Ava Gardner de la que estos días recordamos que hace veinticinco años nos dejó. La Señorita Gardner, porque ella siempre fue muy suya, fue durante muchos años la representación de la belleza en la mujer, calificada por sus estudios cinematográficos como «el animal más bello del mundo», quizás ese animal escénico que traspasaba la pantalla, y que con el tiempo nos enteramos de todos los devenires y “películas” que se montó en nuestra España en blanco y negro.
Esa Ava Gardner, no de muchas juergas nocturnas, sino de una sola pero continuada a lo largo del tiempo, y que dio como resultado que su personaje en “55 días en Pekín” tuviera que morir en pantalla por los retrasos que causaba en el rodaje de la superproducción del Señor Bronston.
A las figuras mediáticas siempre se les intenta apagar los focos y hay cientos de enterradores dispuestos a cavar su tumba, por eso no conviene dar facilidades. Una cosa son las presuntas irregularidades  de las que un día sí y el otro también se les va a intentar “colgar” al Señor Iglesias y a los suyos, y otra, y quizás tristemente menos perdonable, en esta España acostumbrada a la corrupción, que se pierda las formas en un cuerpo a cuerpo. Porque hay que recordar que tanto en el cine como en la vida, los malos siempre son sujetos mal encarados, y “el bueno” siempre tiene que ir muy bien peinado aunque acabe de salir del fango. Y esta vez Pablo Iglesias,  aunque lleve coleta, se nos ha despeinado, y eso siempre puede ser el principio del fin.

*FOTO: DE LA RED