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domingo, 10 de enero de 2016

EL PARTO DE LOS MONTES EN VERSIÓN CATALANA, Y OTROS...


Lo del desenlace de las elecciones catalanas y la decisión de que el Señor Mas dejara el paso a otro (eso sí elegido por él, en este caso a Carles Puigdemonto), morir matando y eligiendo el arma,  ha sido como "El Parto de los Montes" en versión catalana, todo el tiempo hablando y reuniéndose para que cuando queda un suspiro hacer lo que se debía haber hecho desde el principio: “Si no me quieren me voy”.


Por cierto, lo de ayer del Señor Más ante los medios de comunicación convocados a prisa y corriendo, debería de ser, sino de juzgado de guardia, si al menos estudiado por los politólogos en ciernes, para asegurarnos de que no se debe de hacer nunca más.


Para hablar de la decisión tomada, y guardando el suspense, aunque al final ya se suponía que la culpa iba a ser del mayordomo, el Señor Más lo desveló tan solo al final de su declaración, pero, mientras, habló de él y de tan solo él.  Este vecino del mundo tuvo la impresión de que en cualquier momento iba a decir: “… y el resto ya lo pueden leer en mi autobiografía de venta desde mañana en las mejores librerías".


Por lo demás, y al margen de lo anterior, que no es poco, diera la impresión de que el regalo más recibido por los políticos españoles estas pasadas Navidades fuera el “Mande y Gobierne en España, de la Señorita Pepis”, una especie de Monopoli, pero en el que cada uno “ordena y manda, desarma y recompone España como le da la gana”.


Ahora, todos tienen el antídoto para nuestros males y quieren mandar, como hubiera dicho el entonces juez del famoso Caso de los UrquijoSolo, o en compañía de otros”.


El Señor Rajoy, por supuesto, más solo que la una. Es lo que ocurre cuando uno aprovecha la mayoría absoluta para hacer lo que absolutamente quiere, o quizás, lo que otros le dicen que quieren y cómo lo quieren.


Sea lo que sea, esperaría equivocarme, pero veo una SOCIEDAD, así en mayúsculas, sin brillo en los ojos, con el planteamiento de “estamos aquí y Virgencita que me quede como estoy”.


Por cierto, el tiempo, el meteorológico, más bien de cortarse las venas para el que le guste la playa, y lleno de esperanza para el que le guste la nieve y los deportes invernales.


Por su parte, este vecino del mundo, cree que sus "ganas" se han perdido con la última campanada retransmitida por Ramón García y Anne Igartiburu. Le está escribiendo un email al Señor García, Don Ramón, para que busque en los pliegues de su capa, por si se han quedado atrapadas en ellas, las ganas, mis ganas de vivir, porque he intentado comprar otras, como los políticos, algún set de “Ganas de vivir, de la Señorita Pepis” y no hay nada parecido en el mercado. Lo más cercano, es un anuncio en un periódico, en el que se vende unas ganas de vivir de segunda mano, eso sí, en muy buen estado, que han debido de pertenecer a un hijo de papá, rebelde hasta cierto punto, ya que es votante de Ciudadanos, y que al parecer se ha comprado unas ganas que vienen de Estados Unidos, y que para usarlas se debe de dominar la lengua de Obama.



Por lo demás, me paso todo el día en la calle, con la esperanza de volver a encontrar esas ganas, que tras pensarlo mucho, no sé muy bien, si las perdí o me las quitaron.  Y que mucho me temo, va a ser esto último, tal como está el panorama de gélido, y me refiero a sentimientos del personal.


*FOTO: DE LA RED.