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miércoles, 3 de septiembre de 2014

EL CASO JENNIFER LAWRENCE, O EL SIMPLE HECHO DE VIVIR


Siempre ha existido la expresión “estar en las nubes” que en realidad viene a ser primo hermano, pero con menos experiencia, de “estar en la luna”. En realidad, en ambas expresiones el protagonista estápor sus mundos, pero quizás el primero, el de las nubes, con más posibilidades de retorno a una vida normal, si es que hay una “vida normal”.
Sin embargo, estos días pasados con todo el revuelo de fotos robadas a un centenar de celebrities (ahora está siendo llamado "El caso Celebgate") por un hacker,  la mayoría de la gente “se ha desayunado” con el hecho en sí de que esa información que creía tenía solo en su teléfono móvil, o en el ordenador,  puede estar también flotando en el éter, en una especie de gran archivo virtual (seguro que para los creyentes ahora es más fácil que Dios se entere de todo, porque con meterse en él…) denominado "nube", y que por mucho que borres las fotos de tu celular, como dicen en América Latina, las que están en la nube escapan ya a su poder.
Poniéndonos filosóficos, se ha demostrado una vez más de que seguro, seguro, no hay nada, ni la “seguridad”. Y que los hackers, en un ramalazo teológico, son como los ángeles, los hay buenos y malos. Y el de este fin de semana ha sido malísimo.
Una persona, como es este vecino del mundo, nacido en un pueblo pequeño y que ha tenido que espabilar desde púber, porque si no el entorno se lo hubiera comido, es desconfiado, y por eso ni se haría un tatuaje ni unas fotos, porque duran para siempre, de las que luego se pueda arrepentir. Le puedes mandar una foto íntima a tu gran amor, pero la vida da muchas vueltas, y esa foto ya no solo depende de ti, y los sentimientos pueden cambiar…
Por eso le es difícil de entender ese ansia que hay hoy en día por hacer partícipe a los demás de todo o casi todo. Los que siguen a este vecino, muy de vez en cuando, se han encontrado con alguna foto de él, en muy contadas ocasiones, la última hace pocos días (http://patxipe.blogspot.com.es/2014/08/los-miserables-algo-mas-que-una-sorpresa.html), porque entre otras cosas sabe “que es para siempre”, y ni tiene ni tendrá, eso cree al menos, nada que ocultar.
De todas maneras, si la Señorita Jennifer Lawrence, coprotagonista de la excepcional película “El lado bueno de las cosas”, llegara a leer este mensaje, le diría que este vecino, por una gran casualidad, ha llegado a ver esas fotos robadas (la casualidad diaria en internet, por la que vas empalmando un enlace con otro, y para cuando te das cuenta no sabrías volver allí), y lo único que le han causado es una gran ternura hacia ella, porque en esas fotos se ve, no a una gran estrella, sino a un ser humano solo y desvalido. La pose, y que se me entienda bien, de un ama de casa en la soledad de su hogar, sin gestos estudiados de un reportaje en una gran revista, y previa sesión de maquillaje y peluquería. Solo le faltaba, junto al sofá en el que aparece en alguna de las fotos, unas agujas y el punto a medio terminar, como prueba de lo que estaba haciendo anteriormente.
Las mismas fotos no se ponen en contra de las afectadas, sino del hacker que debería ser puesto a buen recaudo por las autoridades pertinentes. Este vecino no sabe de leyes, pero seguro que se le puede empapelar por más de un delito, y además este vecino añade otros dos de su propia cosecha: por impresentable y por violador de sueños y sentimientos.
Quizás, tras lo ocurrido, más de uno, y una, se lo pensará más de dos veces qué hacer con sus archivos personales, y eso en sí también es malo, porque hace sentir culpables a personas que en realidad no han hecho nada malo, sino plasmar en cierta manera su felicidad, y con este caso, con lo ocurrido, se nos ha puesto más difícil el simple hecho de vivir.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 8 de noviembre de 2013

ROSA Y SU TONADILLERA.

Acabo de bajar a la calle para comprar el pan, y Rosa, la del quinto, estaba toda preocupada con la Pantoja, que parece que va a ser abuela otra vez, ahora de su hija, que hoy mismo cumple la mayoría de edad.
-Debe de ser un hijo consentido- me ha  dicho Rosa, mientras me hablaba con cara pensativa, más allá de sus dudas. 
Aunque no le he contestado nada, he pensado que lo que quería decirme Rosa es que es un embarazo consentido, porque a los hijos se les consiente, unos padres más y otros menos, después de haber nacido. Pero la pobre, Rosa, bastante tiene con acabarse de enterar de que va a ser una especie de “tía abuela honoris causa”, por la admiración que le tiene a la tonadillera, aunque en su día no le gustó aquello que dijo de “dientes, dientes, que es lo que les jode”, cuando estaba con su “noviete”, aquel que fue alcalde. Pero Rosa siempre le echó la culpa a él, porque ella solo era una pobre mujer enamorada.
Este vecino ha vuelto a casa, mientras intentaba fijar en su memoria la cara de la hija de la tonadillera, pero solo podía ver el cuerpo de una jovencita con “una nube” por cara, y es que con eso de la ley de la protección de menores, lo único que ves en la televisión son cuerpos andantes con una nube encima, que parece que les está lloviendo todo el rato.
Lo que se le sigue haciendo raro a este vecino es, que una vez que el hijo del famoso o famosa cumple la mayoría de edad, ese mismo día ya se pueden ver todas las fotos anteriores sin la nube en la cara, porque parece que ya ha escampado, al menos, de leyes que prohíben, y el misterio de toda una vida sale a la luz.
Hablando de nubes…También le parecería lógico a este vecino, cuando alguien es sospechoso por algo, que de primeras no se distribuyeran las fotos del “presunto”, a no ser que sea estrictamente necesario para encontrarlo, porque si luego resulta que la policía se ha equivocado, o que han encontrado otras pruebas que involucran a otra persona, el primer sospechoso ya está marcado para toda su vida. Y si hablamos de justicia, precisamente “éso”, no es justo.
Por cierto, me acabo de dar cuenta, de que con tanta noticia, al final, no he comprado el pan…Tendré que bajar otra vez, por culpa de Rosa y su tonadillera.

*FOTO: DE LA RED