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viernes, 8 de noviembre de 2019

REFLEXIONES EN ZAPATILLAS



Estos días pasados se nos ha dicho hasta la saciedad que el número de millonarios en España se quintuplica en los últimos nueve años.
Para que luego sigan diciendo que Estados Unidos es la tierra de las oportunidades. Habrá que quedarse aquí, y a lo mejor, por esas cosas del destino, o por mera aproximación, algún día nos toca a nosotros. Más que por persistentes, como diría ese filósofo de la vida que es José Mota, por “cansinos”.

Y todavía los políticos se estarán preguntando a quién habrá que subir los impuestos. ¿Qué tal un impuesto al millonario y millonaria? Además sería como un reconocimiento oficial a su estatus, “un impuesto que no se pone a cualquiera”, un espaldarazo, una especie de premio “posh” (“pijo”) al millonario reconocido y no solamente presunto.

Por otro lado, que todos estén tranquilos porque según un estudio que se ha dado a conocer en Euskadi, se prevé que en el futuro  se recortará la diferencia entre el salario del hombre y la mujer. Pero no echemos las campanas al vuelo, porque no es que se va a acortar la diferencia porque las mujeres van a ganar más, sino que se va a recortar el salario de los trabajadores varones. Y es que para que siga subiendo el número de millonarios de algún lado deben de salir los cuartos.

Son este tipo de reflexiones las que no me dejan vivir una jubilación que no es que sea dorada, sino que como en la mayoría de los temas de hoy en día, al final siempre llegas a la conclusión de “virgencita que me quede como estoy” porque conoces a unos cuantos, bastantes además, que están peor que tú.

Antes de terminar estas consideraciones de andar por casa, o reflexiones en zapatillas, recuerdo también que este vecino del mundo ya ha visto, hace unos tres días, el primer anuncio navideño de este año, que no es original, sino que ya viene de las navidades pasadas: los paquetes cantarines de Amazón.

Hasta las grandes compañías, por muy americanas que sean, se reciclan, por aquello de ahorrar gastos. Al final, va a ser verdad la reflexión con la que comenzábamos el post de hoy: Habrá que quedarse en España como tierra de las oportunidades, o simplemente porque como ya estamos aquí, nos va a salir más barato, o menos complejo, como hubiera dicho mi madre, “irnos con la música a otra parte…”

*FOTO: DE LA RED

lunes, 16 de junio de 2014

TAMARA FALCÓ, BENDITA SEAS

Pues a mí Tamara Falcó me cae muy bien, ¡qué le vamos a hacer!
Estaba mirando las redes, esas, las de pescar, pero las de pescar noticias, y he leído que “La Tamara Falcó” lleva agua bendita en un vaporizador en el bolso. Al comentárselo a La Nuri, mi sufrida, me ha ampliado gentilmente la noticia, y me ha dicho que aparte del agua bendita, lleva también La Bíblia, y no en verso, sino en el móvil.
Pues eso, que prefiero mil veces a la Tamara con su cara de que no sabe si va o viene, que a esos trajeados en azul, siempre en azul, que lo único que llevan en su maletín es los números de las cuentas de Suiza.
Quizás el único pecado, junto al original, que la hija de la Preysler pueda tener, a pesar de todo lo que reza por ella y por todos nosotros, es el de la sinceridad, y eso mal que nos pese no es pecado. Detrás estarán todos aquellos con o sin sotana que intentarán aprovechar su porción de fama para arrimar el ascua a su sardina, pero Tamara Falcó está claro que no es una pose, porque para eso hay que estar callado y ella, sin embargo, ayuda mucho a los del gremio de la harina, porque cada vez que habla, pues eso, que sube el precio del pan.
Hay famosos que se pasan todo el día con cara de ofendidos porque les persigue la prensa, y sin embargo no paran de hablar cuando tienen una marca importante que les respalda en los famosos “photocall”. Tamara habla siempre, con publicidad, sin ella, y sobre todo sin red. Porque ella reza el rosario y desde que lo hace se encuentra menos estresada. ¡Hay que saber unir la religión y lo práctico! 
Mi hermana, La Menchu, suele decir que los colegios en los que estuvo la Señorita Falcó, flaco favor le hicieron en no intentar quitarle esa cancioncilla de niña pija de manual que tiene al hablar, pero vaya usted a saber, a lo mejor precisamente se dedicaban a eso, a dar chapa y pintura para que se notara en cualquier sitio y a miles de kilómetros a la redonda de que ella es de pedigrí.
A mi Tamara Falcó me gusta, porque mientras otras famosas y famosos utilizan el teléfono móvil para ampararse ante la prensa, y simular que están muy ocupados hablando, ella lleva La Biblia, y no solo eso sino que seguro que la lee, por ella y por todos nosotros.

*FOTO: DE LA RED