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miércoles, 28 de enero de 2015

EL CAMALEÓN NEOYORQUINO


Llevo veinticuatro horas deglutiendo una foto que me ha gustado e intrigado a partes iguales. Seguro que la habéis visto en muchos medios de comunicación, con motivo de la gran nevada de Nueva York. Es esa imagen en la que, para ser políticamente correctos,  un afroamericano está parado en la mitad de una calle mientras lleva un gran bolso de cuero en la mano izquierda.
Desde el primer momento  me ha llenado de intriga el por qué está parado en la mitad de una avenida por una vez que ese lugar solo está dominado por el hombre y no por las máquinas…
¿Se está haciendo una gran pregunta por la que, y limitaciones de hombre, no puede hacer dos cosas a la vez, y por eso se ha parado?
¿Ha encontrado previamente una de esas puertas del tiempo, y ha aparecido de pronto en una ciudad que no conoce y está tomando consciencia del clima y los problemas que eso le van a acarrear? En contra de esta teoría puede ir la misma vestimenta del individuo, que denota que, al menos en las prendas, ya estaba preparado para lo que le podía esperar.
¿Se está viendo mucho más pequeño de lo que en realidad indica su cuenta corriente, porque contra la naturaleza no hay prima de riesgo que se arriesgue a retar a un clima cabreado?
Quizás sea una mezcla de todo y de nada, pero sí parece que en primer plano se imponga la pequeñez del ser humano ante la potencia de una naturaleza desbocada. Y sobre todo una gran pregunta en el aire: ¿Quién me mandaría a mí estar aquí?
Por una vez, ese gran plató cinematográfico que es la ciudad neoyorquina,  parece que se ha preparado más para rodar una secuela del Doctor Zhivago, que una historia cualquiera de su día a día.  Y quizás, en realidad, eso es lo importante, que en cualquier momento nos podemos ver forzados a cambiar nuestro tan importante día a día , esas reuniones inaplazables, esos negocios vitales, porque a unos simples vientos gélidos les ha dado por visitar terrenos que normalmente no gozan de su interés.
Tampoco sería descabellado el pensar que cualquier día de estos nos enteremos que alguna productora esté interesada en rodar un spin off sobre este personaje, cuando menos tan enigmático, que en cualquier caso bien pudiera estar en cualquiera de los dos lados de la ley, de acuerdo con los intereses de una industria que hace de cualquier evento un espectáculo. Y no va a ser este vecino del mundo quien critique algo que luego puede ser el primero en verlo.


Hoy ha sido noticia, y mañana quizás simplemente un recurso cinematográfico para un arte, el séptimo, que es una especie de camaleón de la vida diaria.

*FOTO: DE LA RED