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lunes, 10 de febrero de 2020

¿PREPARADOS PARA EL BAILE?



Si algo no he nacido, y lo he tenido claro desde el principio, ha sido valiente. Es más, soy de los que esperan lo peor, y muchas veces, la mayoría, tiene la desgracia de acertar. No, no soy pesimista. Como en el chiste, me considero un optimista pero bien informado, nada más.

La noche del 10 de Noviembre pasado, sobre las diez de la noche, salía de mi mesa electoral. Me había tocado, por cuarta vez en mi vida, ser vocal de unos comicios en los que en realidad, tenían que haber atado en las patas de las mesas electorales, a los que nos habían llevado a aquella situación, es decir, a los políticos. Hacerles pasar todo el día apuntando a mano quien viene, y comprobar su carnet de identidad. Y al final del día, mandarles a casa con un inequívoco sello en su frente especificando “caducado”.

Bien, esa noche, tras un día electoral en el que tuve que pasar una dura prueba para el único ojo que me queda, me fui a casa pensando aquello de “prueba superada y que me echen un galgo hasta que me vuelva a tocar, si me toca”, que tenía la esperanza que fuera cuanto más tarde mejor...

Y ahora resulta que el lendakari está sopesando el llevarnos a otras elecciones el 5 de Abril. Todavía no es seguro, pero… pasará.

Eso es como cuando se rumorea que el gobierno, así en general, está sopesando un nuevo impuesto y a quién se lo va a imponer. Estés donde estés, te pongas donde te pongas, y cómo te pongas, al final te va a tocar. Tienes muchas más probabilidades, como hubiera dicho mi madre, que el gallego ese de la ropa.

Lo dicho. Pareciera, y al final será verdad, que un político cuando no sabe que hacer, convoca elecciones. 

Esos lectores que vivís en Euskadi, y ahora se rumorea que también pudiera ocurrir en Galicia, y en el mismo día, id preparando la fecha del 5 de Abril para dedicarlo, y con vuestras mejores galas, al más que posible baile que vamos a tener con nuestro lendakari. Y lo peor de todo es que, ya sabiendo, nos dejaran compuestos y sin… baile?

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 23 de noviembre de 2016

RITA Y SOLEDAD



Hace apenas un cuarto de hora ha saltado la noticia: Ha fallecido Doña Rita Barberá, víctima de un infarto en el hotel en el que se hospedaba en Madrid.


Este vecino del mundo quiere recordar antes de nada, que si siempre habla sin medias tintas sobre cualquier tema, eso sí, guardando las formas, hoy no va a ser menos, y además lo va a hacer prácticamente en el momento que se ha conocido el hecho, para no ser condicionado por otras opiniones, ni, por ello, desviarse del tema.


El fallecimiento de una persona nunca debería de condicionar la opinión que tuvieras de ella, ni para bien ni para mal, quizás sí las formas, pero a partir de ahora mismo comprobaremos que, especialmente en las redes sociales, muchos cargarán las tintas. Lo que la Señora Barberá ha sido, es eso, símbolo de, en una época, de todo lo bueno para unos, y en otra, de todo lo malo para la mayoría.


No es mi intención hacer recapitulación de su carrera política porque eso lo encontraréis, me imagino, en la mayoría de los artículos. Solo quiero plasmar mis primeros sentimientos y opiniones tras la noticia. Y lo primero que me ha venido a la mente es las últimas imágenes públicas que este vecino del mundo vio por televisión de ella, y que si vistas en el mismo momento que ocurrieron, ya eran elocuentes, esa soledad que entierra, ahora lo son más como epílogo.


La imagen es la de una Rita Barberá, prisionera de su soledad, como lo ha estado desde hace un tiempo, el día de la apertura solemne de las Cortes, buscando sino el cariño, sí al menos unos instantes de tregua con sus hasta hace muy poco compañeros, y al ver a José Manuel García-Margallo, le decía una de esas frases, que después de lo que ha pasado, sin duda quedarán para el recuerdo de muchos, por lo simples pero al mismo tiempo elocuentes: "Margui, que no me has saludado", y  el exministro de Asuntos Exteriores, se supone, porque eso sólo lo sabrá él,  no tuvo más remedio que besar a la senadora, eso sí con una amplia sonrisa, y se alejó rápidamente.


Sólo pediría, como lo haría por cualquiera, que los que fueron valientes en su momento, o insolentes, según opiniones, y ya hablaron todo lo que tenían que hablar, no se ceben porque ya no se puede defender. Y a esos justicieros a posteriori, que ya es evidente, porque ella ya no está, solo lo hacen para la galería, intentaran no cargar las tintas porque quizás con lo que digan solo ya se estén definiendo a ellos mismos.


Desde aquí le hemos dado mucha caña a Doña Rita, aquellos que sigan a este vecino con asiduidad lo recordarán, pero ya no es el momento.


Visto desde ahora, solo me viene la frase del poeta Gustavo Adolfo Becquer:


Dios mío, qué solos se quedan los muertos…


*FOTO: DE LA RED

jueves, 24 de abril de 2014

UN ARMARIO, UNA ACTRIZ, UNA AUTOPSIA

Hay momentos en el que el mundo es de los valientes, y que aunque no sea ni el 7 de Julio, ni Sanfermines, hay que coger al toro por los cuernos, y dar un paso adelante, aunque si razonaras, quizás, tuvieras más que perder que lo que ganes en el intento.
Tengo la sensación de que en este “post” he comenzado la casa por la ventana. Es decir, primero este vecino ha sacado lo que le salía de las vísceras, para luego intentar explicar el por qué  de sus palabras, pero no quería en ninguno de los casos el dejar que se perdieran los sentimientos.
Por esas casualidades de la vida, uno empieza buscando por internet algo, y se pierde, o quizás simplemente eso que se ha dado en llamar el destino le hace llegar a otro lado, que ni siquiera estaba buscando.
Hace unos momentos he encontrado un vídeo, el que encabeza este artículo,  sobre un discurso de la actriz canadiense Ellen Page, que la gran mayoría del público conocerá por su papel en “Juno”. Por lo que este vecino ha deducido del contexto, sino es el 14 de Febrero, día de San Valentín, es de pocos días antes, durante un discurso ante la organización de Derechos Humanos en Las Vegas.
Lo fácil sería decir que en este discurso la famosa actriz sale del armario, pero es que es algo más que todo eso, o incluso el armario como tal sería apreciado, por sus formas, por cualquier anticuario que se precie. En tan solo ocho minutos, y solo lo he querido ver una vez antes de escribir, para hablar de impresiones que a este vecino le han salido del corazón sin pasar por el cerebro, porque quizás en el cerebro resida también el razonamiento, y eso pueda desvirtuar toda una declaración, de intenciones y de vida, de una persona, que es famosa, pero que eso es accidental, y solo es un ser humano relacionándose con los demás, en una búsqueda del corazón de las otras personas.
Ni que decir tiene, que aunque ya todos nos demos de modernos y de vuelta de todo, una persona, en este caso Ellen Page, que en cierta forma vive de su imagen tiene más que perder que ganar, al hacerse una autopsia de su alma delante de todos, porque ahora con una cámara ya estás en todo el mundo.
Imágenes como la de esta actriz luchando con su palabra por un futuro mejor, hacen a este vecino emocionarse al comprobar que el mundo puede ser más bonito con personas como ella que merecen la pena, y además, por su edad, acaba de cumplir veintisiete años, son todavía el futuro.
Este tipo de discursos son siempre para oírlos dos veces, porque la primera vez la emoción te embarga, y da gusto comprobar que en los tiempos en que vivimos, se pueda utilizar “embargar” en otra de sus acepciones.
Por cierto, no sé vosotros, pero yo voy a oír ese discurso, o esa bondad hecha palabras otra vez. Hasta mañana si me he recuperado.

*VIDEO: DE LA RED