Recuerdo cuando estaba buscando un nombre para este blog, me pareció gracioso el juego de palabras de la canción blowing in the wind, sustituyendo la primera palabra por “blogging”. Comprobé duramente, que antes que este vecino del mundo, ya había centenares de graciosos con ese mismo título. Entonces, se me ocurrió comprobar la cantidad de gente a la que también se le había ocurrido como título, la expresión “a troche y moche”, y que personalmente considero que pueda estar un poco trasnochada, ya que ha habido bastante gente a la que he tenido que explicarle su significado. Nuevamente, eran muchísimos los que habían tenido la misma idea para un título de blog, o de lo que fuere.
Como se suele decir, que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, la tercera vez no lo comprobé y tomé la decisión de que el blog debía de tener dos títulos, y en realidad era mi pequeña venganza a esos pequeños sabios mirones que son los buscadores de la red.
Quizás lo que pueda diferenciar a las personas, comprendí entonces, no es lo curioso de sus ideas, sino en realidad la continuidad y fuerza en la idea. Este vecino vio muchos blogs, con el mismo título que había estado buscando. Sin embargo, otro asunto es cuántos de aquellos blogs han continuado. Y es que no es lo mismo, para que lo entendamos con un ejemplo, el adorar la idea de “comprarse un perro”, a cuatro años después de la idea, continuar sacando al perro a hacer sus necesidades, sin pensar en “el chucho de las narices” mientras le miras con aviesas intenciones.
En realidad es la eterna discusión entre “el continente” y “el contenido.”
Quizás, lo importante no es ser original, sino pertinaz, especialmente en las ideas.
Y en lo relativo a un blog, como autor de uno, o “blogger”, hay que ser especialmente ¨”honesto” con lo que uno mismo escribe, porque al igual que aquel día que comprobamos que los padres también se equivocan, y fue realmente duro el constatarlo, también tiene que ser duro el comprobar que uno no es tan bueno ni original como pretendía serlo.
La eterna diferencia entre pretender y ser.
*FOTO: DE LA RED
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