Para aquel que vaya a leer el post de hoy
pensando que vamos a hablar de la película de Cantinflas del mismo nombre, este
vecino, y jugando con el título, va a tener el “detalle” de sacarle del
malentendido inmediatamente, aunque muchos políticos, y especialmente en
España, hagan uso, más de lo que ellos piensan, del verbo “cantinflear”, que se usa
especialmente en Latinoamérica, por, y según el diccionario, hablar de forma disparatada e
incongruente y sin decir nada.
En realidad vamos a hablar de que la vida está
llena de pequeños detalles.
Por
ejemplo, una puerta automática que no se abra en su momento, puede crear un pequeño problema, pero si estamos en
uno de esos días en que nos sentimos completamente deprimidos, con la sensación
de que no valemos nada, e incluso ponemos en duda, si suponemos algo para la
gente que nos rodea, y al intentar salir de una gran superficie no podemos
hacerlo porque la puerta automática no se abre, y nadie durante más de diez
segundos repara en el incidente, quizás la teoría de que no existes sea aún más
consistente, y el problema ya trasciende en importancia casi hasta límites
metafísicos.
Porque los gestos son importantes. Nadie va a creer que le digan que están tremendamente enamorados de él o de ella, si la persona que se lo dice ni le mira a la cara, y además está leyendo el periódico.
Porque los gestos son importantes. Nadie va a creer que le digan que están tremendamente enamorados de él o de ella, si la persona que se lo dice ni le mira a la cara, y además está leyendo el periódico.
Estamos en plena crisis, y eso de remar todos
en conjunto ni se atisba ni se prevé.
En Euskadi, se supone que somos una
Autonomía, y sin embargo cada diputación hace la guerra, o en este caso la
tarjeta de transporte, por su cuenta, y luego, entre dimes y dirites, ya nos
iremos arreglando, eso sí, cada uno con su tarjeta haciendo distinción de la
provincia de la que viene. Cualquier día este vecino espera que cada
ayuntamiento saque otra tarjeta para distinguir
del pueblo en el que vive, o al menos, en el que pernocta. Y, mientras, se nos
llena la boca hablando del mundo como “aldea global”, pero, en realidad, nos
hemos quedado solo con lo de “aldea”.
Por otro lado, en Málaga, se inaugura el
metro, y en las fotos huele a el PSOE, por todo lo alto, con Susana Díaz en
autopromoción continua. Es más, el primer viaje solo es para “los entes” (suena
a algo terrorífico, y en realidad lo es) y personal relacionado con el proyecto,
por aquello de que el orgasmo de orgullo sea de pedigrí. Este vecino creía,
sigue siendo igual de iluso, que el citado proyecto era para la ciudadanía,
pero eso, en todo caso, será a partir del segundo viaje.
De todas maneras, como no hay mal que por
bien no venga, el día que haya un accidente de metro, que ni Dios ni el destino lo
quieran, y como, con lo ocurrido en el
tren que descarriló cerca de Santiago de Compostela, se le eche la culpa al
maquinista, que sin duda, por lógica, la tendrá, pero parcialmente, y no
aparezcan más responsabilidades, la foto de hoy, el gesto inmortatlizado hoy, se puede usar para aclarar actuaciones.
Hablando de detalles equívocos, este vecino
se pasa la vida mirando hacia arriba, muchos pensarán que está buscando la luz
de salida al túnel de la crisis. Sin embargo, los que así piensen, se equivocan
de pleno. Solo busca la bomba de este escusado, y nunca mejor dicho, gigante que
es España, para tirar de la bomba, y que haya un poco de limpieza.*FOTO: DE LA RED
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