Lo voy a confesar. Que sí,
lo voy a decir de una vez, porque ya no puedo ocultarlo más, y además estoy
convencido de ello. Doña Esperanza Aguirre no es Doña Esperanza Aguirre, Doña
Esperanza Aguirre es en realidad Monchito, el muñeco de José Luis Moreno.
¿Nunca os ha dado por pensar
qué fue de Monchito, aquel niño metomentodo, sabiendo y egocéntrico, que metía
en mil y un problemas a un José Luis Moreno menos fondón y menos forrado? Pues
esa es la respuesta: abandonó a su propietario, en el caso de Monchito, el Señor
Moreno nunca fue su amo porque siempre opinó, más que vivió, a su aire.
De ideas antiguas o
trasnochadas no podía recalar en otro sitio, y además con mucha fuerza y miles
de seguidores. Doña Esperanza Monchito Aguirre es más dura/o que el cartón
piedra del que está hecho. Acostumbrado a ser manipulado, Monchito en su
transformación aprendió a manipular él, e incluso tiene nociones coreográficas,
pues durante mucho tiempo ha hecho que bailaran a su alrededor. Doña
Espe/Monchito es una mezcla de política espectáculo, con ramalazos, cuando
discute con Rajoy, de Pimpinela en estado puro.
Este vecino del mundo está
convencido de que si Espe/Monchito pasara por el polígrafo, la máquina dictaminaría que dice siempre “su”
verdad, y es que tiene la suerte,
siempre la ha tenido, de que lo que quiere “su” pueblo es lo que quiere ella.
Está tan convencida, que ella/él no sufre por su verdad, sino por la del
pueblo, porque son tan listos que quieren lo que ella quiere. Por cierto, sería
deseable que se estudiara la epidermis de Doña Espe/Monchito, porque si se
pudiera reproducir en un laboratorio, tendríamos el primer tejido totalmente
elástico-impermeable. Doña Espe cae en cualquier problema, y éste nunca le
cala. Sale totalmente seca.
Lo triste del caso, es que tanto el Partido Popular, que de “popular”
solo tiene el nombre, y el PSOE, que de “socialista”, también, solo tiene el
nombre, porque aquí hay “tela” para todos, no quieren cambiar, ante lo que se
les avecina con los nuevos partidos, sino solo maquillarse un poco. Y en el
caso concreto de Doña Esperanza Aguirre, no hay maquillaje que la cubra, porque
ella ya proviene, totalmente maquillada eso sí, de
Monchito-el-niño-pijo-de-derechas, y ya ni se le puede, ni quiere ella misma
cambiar.
El Señor Rajoy hará lo de siempre: esperar que el tiempo pase y
juegue a su favor. Aún no se ha dado cuenta, de que en el caso
de Doña Esperanza Aguirre, el tiempo es ella, y si Doña Espe/Monchito cae, el
Señor Rajoy caerá también; porque éste es el primer caso de la historia
reciente, en que un muñeco, Doña Espe/Monchito, tiene bien agarrado, y
manipulado, a su jefe, nunca amo.
*FOTO: DE LA RED
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