¡Esto es la leche! Ahora
resulta, viendo el periódico esta mañana, que los españoles somos los más adúlteros
de Europa según la agencia de contactos Ashley Madison.
¡Ya estamos con eso de las
estadísticas! Este vecino del mundo bastante tiene con La Nuri, mi
sufrida, como para andar saliendo a balcones en paños menores porque entra el “oficial”.
Luego si esas estadísticas son correctas, alguien es adúltero por sí mismo, y por mí. Y eso duele. Duele porque cate por mí, y yo ni me entere, y porque tal como están las cosas, seguro que él se queda con lo bueno, el sexo por el sexo, en el caso de que eso también fuera así, y yo con la mala fama, porque en esas estadísticas se nos contempla a todos.
Luego si esas estadísticas son correctas, alguien es adúltero por sí mismo, y por mí. Y eso duele. Duele porque cate por mí, y yo ni me entere, y porque tal como están las cosas, seguro que él se queda con lo bueno, el sexo por el sexo, en el caso de que eso también fuera así, y yo con la mala fama, porque en esas estadísticas se nos contempla a todos.
Además se me plantea, así de
primeras, un problema bastante gordo. Si los vascos tenemos fatal (eso siempre
se ha dicho, y yo creo que no va muy descaminado de la verdad) el ligar,
oficialmente más todavía. Luego en lo de “adulterar”, alguna que otra autonomía
debe ser como “Sodoma y Gomorra”. Y en un país, me refiero a España, por mucho que se niegue machista por ADN, los vascos nos vamos a tener que poner las pilas para que no
se nos mire con desprecio en el ranking de los adúlteros.
Ya estoy pensando el cómo le
voy a plantear a La Nuri eso de fomentar las estadísticas del adulterio, más
que nada, para no quedar mal…
Bien pensado, será mejor que
no mueva “ficha”, sí con “f”, y no con “p”. ¡Mal pensados! Y es que me acabo de
dar cuenta de que en las estadísticas se nos incluye a los hombres y a las
mujeres, como debe de ser naturalmente. Y si se debería de dar una, por decirlo
de alguna manera, “respuesta rápida”, para no quedar mal, el balón, o lo que
sea, también estaría en manos de las mujeres. Y eso ya duele más. Tanto, me
imagino, como que te vayan saliendo unas prolongaciones óseas en la frente, y la
gente poco a poco intente ir dejando sus chaquetas, como si de un perchero
ambulante se tratara, en tus prominencias. O, incluso, en el peor de los casos, alguien
con una muleta intente darte unos cuantos "pases", y no, precisamente, para ir al
cine.
Bien pensado…, no he visto
nada esta mañana, no he leído nada esta mañana.
*FOTO: DE LA RED
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