Antes de nada, y para dejar
las cosas claras, quiero decir que soy consciente que con el
post de hoy puedo abrir alguna herida, pero si no digo lo que pienso reventaría,
y uno ya tiene más que suficiente con la barriguita que a modo de medalla de
mil batallas disputadas, la vida le ha regalado, y no quiere quedarse con nada
dentro en lo que respecta a manera de pensar y de, por supuesto, opinar.
Desde hace un tiempo, y en
las noticias deportivas, se oye hablar mucho de Garbiñe Muguruza, especialmente en las últimas semanas, cuando ha llegado a ser considerada como la tercera tenista en la WTA, y como siempre
ocurre, cada uno arrima el ascua a su sardina, o incluso a su “sordina”, que
para todo hay en la viña del Señor.
Según la procedencia del periodista de
turno, porque eso no falla, y es así, se ha podido oír que es venezolana, hispano-venezolana, española, vasca,
y para más inri, este vecino del mundo ha oído, vizcaína y guipuzcoana.
Convendréis conmigo que todo lo dicho es imposible que sea a la vez, porque
algunas cosas son excluyentes, como lo de ser vizcaína y guipuzcoana al mismo tiemp, por mucho que se hubiera esforzado la pobre, aunque mida 1,82 metros, para quedar
bien con todos. Aunque visto lo visto, lo de haber nacido en varios sitios a la vez no sería descartable tampoco...
Y, la verdad, es que Garbiñe
se ha esforzado y mucho, porque ya por de pronto tiene doble nacionalidad:
venezolana y española, aunque nacer lo hizo en Venezuela, de madre venezolana y
padre eibarrés.
Leyendo su corta biografía,
por su edad (solo tiene veintidós años), aunque ya ha hecho muchas cosas, nos
podemos enterar que a ella le trajeron a España con tan solo seis años, y para
entonces ya jugaba a tenis, desde los tres, en Venezuela. Y desde que llegó, siguió formándose como
tenista en la Academia Bruguera de Barcelona. Y todo lo demás, son tonterías, y
brindis al sol.
Por supuesto que me alegro
por ella, y como deportista española, y lo que ella se sienta, quien, por
supuesto, es la que tiene que decidir que le consideren de un lado o de otro. Y al parecer ella siempre dice que es de los dos países, porque tiene sangre y familia en los dos sitios.
Como diría mi madre, ya que
la mayoría tenemos una madre que tiene mucho de filósofa, si en lugar de ser
famosa, por algo bueno, hubiera robado un banco… pues eso, nadie sabe, nadie
contesta.
John Fitzgerald
Kennedy tenía mucha razón al decir “La victoria tiene cien padres, la derrota es huérfana”. Y como la
Señorita Muguruza ahora está en el candelero, e incluso como diría alguna ex-Miss,
en el “candelabro”, todos, especialmente las instituciones, queremos salir en
la foto, porque es una manera de dar publicidad a un sistema que puede que
hasta le acabe de “conocer”, y no dude en ponerse una medalla a su costa, porque
darse publicidad gratuita no se consigue todos los días.
Desgraciadamente para muchos, la verdad siempre es una, aunque haya, como aquí, múltiples interpretaciones.
Desgraciadamente para muchos, la verdad siempre es una, aunque haya, como aquí, múltiples interpretaciones.
Y mientras, el común de los
mortales viendo pasar el tren de la vida, y la mayoría de las veces, eligiendo
vagón en el que montarse, para molestar lo mínimo imprescindible.
*FOTO: DE LA RED
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