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jueves, 19 de noviembre de 2015

FERNANDO ALONSO, APRENDIENDO DE LA SOLEDAD


Hoy, y casi por casualidad, porque uno no está a la última en cuanto a Fórmula 1, este vecino del mundo se ha enterado de que el principal patrocinador de McLaren, Tag Heuer,  ha abandonado este proyecto.

Al enterarme de que el equipo de Fernando Alonso está teniendo problemas con la publicidad que tenían contratada, ya que, al parecer, sus patrocinadores están huyendo al grito de “voy a por tabaco, y eso que no fumo...”, aunque esto lo diga cada uno de ellos en su idioma correspondiente, me he acordado de ese proverbio chino “Aprendemos poco de la victoria pero mucho de la derrota”.

Si ese proverbio es verdad, pronto nos enteraremos de que esta temporada el Señor Alonso ha terminado Ingeniería (todas), Arquitectura, y Bellas Artes, porque solo le falta que le den el segundo puesto en la categoría de “Derrotas” para que ésta aún sea más evidente.

Últimamente al corredor asturiano se le ha visto más solo que al personaje de Gary Cooper en “Sólo ante el peligro”, el que por cierto, como la mayoría de las veces Fernando Alonso, también tenía “el problema” a mediodía.

No, nos engañemos, el Señor Fernando Alonso nunca se ha caracterizado por ser la alegría de la huerta, ni le pagan para ello; pero lo que tiene que estar sintiendo ahora debe de ser como para cortarse las venas. Por eso, y porque hay que estar a las duras y a las maduras, este vecino del mundo desearía darle una palmadita en la espalda y decirle, y nunca mejor dicho en su profesión, que seguro que está atravesando un pequeño “bache”, y que remontará bajando los humos a muchos que ya deben de tener la cerilla preparada para acabar con esa leña del árbol aparentemente caído.

Lo bueno que uno tiene, esperemos, cuando ha tocado fondo, es que puede aprovecharlo para coger impulso, y regresar el año que viene con más ímpetu.

Ahora tendrá menos gente junto a él, otra consecuencia de los malos tiempos, pero seguro que con ellos podrá contar siempre.

La derrota actúa, y esto lo dice este vecino del mundo de su propia cosecha,  como una especie de batea, separando el barro, que es totalmente prescindible, del oro, que bien puede estar representado por una amistad duradera.


¡Suerte, Fernando! Te lo mereces por habernos hecho felices en múltiples ocasiones. Nosotros no te abandonamos.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL SECRETO DE VICTORIA


Este vecino del mundo tiene sus ritos y costumbres cada mañana al levantarse, y uno de ellos es salir al balcón para que la realidad diaria le acaricie o, como en este caso, más bien le abofetee con un día tristón y casi en blanco y negro. Ya cualquier cosa puede pasar, como que no existan los ángeles o estemos solos ante el peligro de la vida.

Más tarde, y ya  con el ordenador, buscando en "noticias de aderezo", porque el día a día es el que es, y últimamente no hay manera de quitarse la barretina, otra noticia me azota, como el nuevo día, en plena cara. Los ángeles en contra de lo que me temía siguen viviendo, y ayer volvieron a volar otra vez, al menos, los que tienen el secreto de Victoria.

Tantos años de lucha feminista, para muchas, y muchos, y en este caso el machismo se disfraza de etiqueta y de medidas perfectas ocupando primeros espacios en cualquier noticiario que se precie, cuando no deja de ser un acto publicitario, eso sí, con unos publicistas cum laude. Porque cuando la publicidad se hace costumbre y además se espera cada año, chapó al que tuvo esta idea, aunque pase de las mujeres y solo quiera vender lo que quiere vender.

Mi vecina, Lola, la del tercero A, la que es demasiado pequeña para el peso que tiene, ya estará, más que triste, buscando cuerda y viga. Y es que ella se gasta un dineral en lencería, soñando en mostrárselo a un novio que todavía no tiene, y pues eso, que no le queda igual. Y además tampoco sonríe como las modelos en cuestión, porque en lugar de cobrar, y muchísimo, por ponérselo, ella tiene que ahorrar un tiempo, bastante largo por cierto, para comprarse un modelito, que además no le queda  bien, sino  todo lo contrario.

A todo ésto habría que añadir todo lo que una mujer paga por comprarse productos que claramente van dirigidos a un público femenino, como desodorantes, cuchillas de afeitar, que si miramos entre el producto femenino y su equivalente masculino, el de la mujer siempre es bastante más caro. Con el agravante de que la mayoría de las mujeres ignora ésto, que desde hace muchos años ya, en Estados Unidos, se ha dado en llamar "Pink taxes", por traducirlo de alguna manera "Impuestos rosa".
Y para más inri, no hace falta apostillar, que ésto se debe de descontar a un sueldo, el femenino, que de sobra es sabido que siempre es más enclenque que el masculino.

A Lola, mi vecina, para animarla le diré que yo, personalmente cada vez que veo a estos angelitos, pienso en el teléfono móvil, y el favor que nos ha hecho su inventor a los que tenemos menos de 1,70 mts., porque antes  y por problemas de altura, en el utópico caso que hubiéramos intercambiado un par de palabras con ellas, siempre hubiera sido gritando, y por supuesto, con eco.

¡Es curioso! Para los diseñadores del secreto de Victoria, si supieran lo que es un botijo, coincidirían que en su concepto de moda, Lola es más parecido a este artilugio que a sus ángeles. Y, por otro lado, personas de a pie del sexo masculino, a los que los personajes encarnados por Alfredo Landa en su momento, podían ser fácilmente un precedente, en el fondo al ver a los ángeles de Victoria es muy fácil que nos sintiéramos también un botijo en manos de la mujer alada.

Y ahora, ¿cómo le explico todo ésto a Lola? 

Quizás será mucho mejor no decirle nada, y guardarme para mí que después de todo  el secreto de Victoria sea, presuntamente, que todo lo que no se ciña a sus medidas, es ... un botijo.

Siempre debiera ser deseable que los ángeles se queden en el cielo.
Lo demás es alborotar en vano. 

*FOTO: DE LA RED


martes, 3 de noviembre de 2015

GARBIÑE MUGURUZA, Y EL TREN DE SU VIDA.


Antes de nada, y para dejar las cosas claras, quiero decir que soy consciente que con el post de hoy puedo abrir alguna herida, pero si no digo lo que pienso reventaría, y uno ya tiene más que suficiente con la barriguita que a modo de medalla de mil batallas disputadas, la vida le ha regalado, y no quiere quedarse con nada dentro en lo que respecta a manera de pensar y de, por supuesto, opinar.

Desde hace un tiempo, y en las noticias deportivas, se oye hablar mucho de Garbiñe Muguruza, especialmente en las últimas semanas, cuando ha llegado a ser considerada como la tercera tenista en la  WTA,  y como siempre ocurre, cada uno arrima el ascua a su sardina, o incluso a su “sordina”, que para todo hay en la viña del Señor. 

Según la procedencia del periodista de turno, porque eso no falla, y es así, se ha podido oír que es venezolana, hispano-venezolana, española, vasca, y para más inri, este vecino del mundo ha oído, vizcaína y guipuzcoana. 

Convendréis conmigo que todo lo dicho es imposible que sea a la vez, porque algunas cosas son excluyentes, como lo de ser vizcaína y guipuzcoana al mismo tiemp, por mucho que se hubiera esforzado la pobre, aunque mida 1,82 metros, para quedar bien con todos. Aunque visto lo visto, lo de haber nacido en varios sitios a la vez no sería descartable tampoco...

Y, la verdad, es que Garbiñe se ha esforzado y mucho, porque ya por de pronto tiene doble nacionalidad: venezolana y española, aunque nacer lo hizo en Venezuela, de madre venezolana y padre eibarrés.

Leyendo su corta biografía, por su edad (solo tiene veintidós años), aunque ya ha hecho muchas cosas, nos podemos enterar que a ella le trajeron a España con tan solo seis años, y para entonces ya jugaba a tenis, desde los tres, en Venezuela. Y desde que llegó, siguió formándose como tenista en la Academia Bruguera de Barcelona. Y todo lo demás, son tonterías, y brindis al sol.

Por supuesto que me alegro por ella, y como deportista española, y lo que ella se sienta, quien,  por supuesto, es la que tiene que decidir que le consideren de un lado o de otro. Y al parecer ella siempre dice que es de los dos países, porque tiene sangre y familia en los dos sitios.

Como diría mi madre, ya que la mayoría tenemos una madre que tiene mucho de filósofa, si en lugar de ser famosa, por algo bueno, hubiera robado un banco… pues eso, nadie sabe, nadie contesta.

John Fitzgerald Kennedy tenía mucha razón al decir “La victoria tiene cien padres, la derrota es huérfana”. Y como la Señorita Muguruza ahora está en el candelero, e incluso como diría alguna ex-Miss, en el “candelabro”, todos, especialmente las instituciones, queremos salir en la foto, porque es una manera de dar publicidad a un sistema que puede que hasta le acabe de “conocer”, y no dude en ponerse una medalla a su costa, porque darse publicidad gratuita no se consigue todos los días.

Desgraciadamente para muchos, la verdad siempre es una, aunque haya, como aquí, múltiples interpretaciones.


Y mientras, el común de los mortales viendo pasar el tren de la vida, y la mayoría de las veces, eligiendo vagón en el que montarse, para molestar lo mínimo imprescindible.

*FOTO: DE LA RED