Hay momentos en que este vecino del mundo está seguro de que
es mejor perderse, que echarse a perder, y por eso acaba de regresar de un viaje a su memoria.
¿El motivo? Con la premisa anterior, está más que
contestado. Porque en estos momentos le es más “estimulante” mirar al pasado, a este vecino del mundo (y perdónenme la salida de pata de banco, pero si no lo
digo, reviento), que dar arcadas mirando a un deprimente presente.
¿El vehículo? La película de 1981 que creo que en España
se tradujo por “Impacto” (este vecino del mundo estuvo en Londres en aquella
época, y no ha podido confirmar ese título porque ha encontrado otras
traducciones, que se pudieron dar en países sudamericanos). El título en inglés
es “Blow out” (no confundir con la película de culto, “Blow
up”, de Antonioni”) de Brian De Palma.
Entrar en esa película, incluso entonces, ya era un
ejercicio de lidiar con lo “kitsch”. Aunque una de las traducciones de esa
palabra, kitsch, es “cursi”, ahora gusta mucho más traducirla por “casposa”.
Decir antes de nada, que aunque Brian De Palma, trataba
esa época como era, en el fondo le daba una vuelta de tuerca para que fuera más
casposa que el momento que representaba, especialmente con los colores tanto de
la emulsión del material que utilizaba, como con todo lo que asomaba por la pantalla, para,
y esto es opinión totalmente particular de este vecino del mundo, adentrarse
más en una especie de película de Serie B, pero con un gran presupuesto.
El protagonista, de Impacto, es un ingeniero de sonido
(John Travolta) que trabaja en películas de terror baratas, como mínimo de
serie “B” o inferior si existiera. Una noche grabando efectos sonoros para
futuras películas, es testigo de cómo un coche ocupado por una pareja, cae
desde un puente a un río. A pesar de sus esfuerzos, incluso poniendo en peligro
su propia vida, sólo consigue salvar a la chica. Cuando se entera de que el fallecido era un candidato a la Presidencia de Estados Unidos, y comienza a
recibir presiones para que “olvide” todo, recuerda haber escuchado un disparo previo al
accidente y empieza a sospechar que hay algo más…
Con un John Travolta intentando demostrar que era mucho más que el macarra de “Fiebre del sábado
noche” y de “Grease”, está también la musa y esposa de entonces del Señor De
Palma, Nancy Allen, antes de que ésta tuviera como partenaire a RoboCop.
Ambos, tanto Travolta como Allen, son el mejor compendio
de aquella época en el cine, personajes vulgares, pero llevados y tragados por
unas circunstancias que no admitían héroes, sino supervivientes en el mejor de
los casos.
Una mención aparte merece, John Lithgow, el malo malísimo de la
película, y ejemplo viviente de que hay actos que no pueden ser descritos en
palabras, sino en hechos.
Muchos dicen de Brian de Palma que es digno sucesor de
Hitchcock. Personalmente este vecino del mundo cree que al Señor de Palma todo
eso siempre le ha traído al pairo. En realidad al director nacido en Newark,
Nueva Jersey, siempre le ha gustado mirarse en un espejo y plagiarse miles de
veces, con esas escenas a cámara lenta, que la mayoría de las veces, están por
encima del recurso dramático, y son algo más que un guiño, para recordar quién
está detrás de la cámara. Películas, muchas de ellas, cada vez con más caspa y
al mismo tiempo con un sentido de la añoranza, ya desde el momento de ser
filmadas, rompedora.
En esta película, como en muchas de De Palma su “compositor de cabecera” es Pino
Donaggio, con una banda sonora que nunca quiere estar en un segundo término, y
que tiene mucho de cine de barrio, con ecos de grandes lugares pero
reproducidos en lugares que le vienen muy pequeños.
Para las nuevas
generaciones, este vecino del mundo recomendaría si quieren conocer al verdadero
De Palma, encerrarse en un cuarto y ver de un tirón tres de sus mejores películas
de aquella época, y que son una auténtica enseñanza de lo que es su cine:
Carrie, Vestida para matar, e Impacto. Se recomienda entrar en la sala, aunque
sea la de su casa, habiendo hecho la digestión, para evitar daños mayores.
Antes de terminar, conviene recordar que el rodaje de “Impacto”
costó mucho más de lo esperado, ya que tras rodar las escenas más caras, por la
cantidad de extras que se necesitaron llenando varias calles durante, se
supone, el desfile de un 4 de Julio, todo lo rodado y que se encontraba en un
vehículo de producción, fue robado, y se tuvo que rodar otra vez.
Tras ver nuevamente la película, este vecino está convencido
de que en la versión que queda, se estiró al máximo a los extras vueltos a
contratar, para llenar unas escenas, que en el primer rodaje seguro que fueron
mucho más floridas.
A pesar de la caspa, muchas de las historias del Señor De
Palma, e Impacto es una de ellas, tienen mucho cariño encerrado, especialmente
para los perdedores, que aunque parezcan vencedores en esa historia, la vida
nunca les tratará también como se merecen… Y eso, es algo que nos suena a la mayoría.
*FOTO: DE LA RED
No hay comentarios:
Publicar un comentario