¡Nunca me había ocurrido!
Alguna vez, tras varios días de silencio, algún@ de mis
lector@s me había contactado para mostrarme su preocupación por mi silencio. Hoy, sin embargo, la situación me ha superado.
Tras seis días sin ningún artículo en mi blog, hoy se ha
puesto en contacto conmigo, por decirlo de alguna manera, “el robot” que lleva
el control en Facebook, diciéndome que se me echa de menos.
Y la verdad, que algo no corpóreo te eche de menos, te
puede hacer sentir, cuando menos, una especie de “yuyu” más cercano al más
allá, que al más acá. E inmediatamente me ha hecho recordar la noticia que se
ha dado estos días en los medios, de ese robot de Google, robot de voz por
decirlo de alguna manera, que ha pasado la prueba, con su inteligencia
artificial, llamando a una peluquería y cogiendo vez para un día y hora
determinado. En ningún momento se notaba que era “sólo” una voz; por lo que hay
momentos en los que se demuestra que las apariencias sí engañan.
El problema verdaderamente vendrá, al menos para mí, el
día que se descubra, como bloguero o blogger que me considero, que ya hay
bloggers que son robots. Aunque bien pensado, algo de eso debe de haber ya, en esa
clase de blogger que se ofrece a todo tipo de empresas, y bajo la condición de “disfrutar
gratis de sus productos” ya tiene su buena opinión comprometida.
El gorroneo, como se dice en mi pueblo, ha existido
siempre, y existirá. Solo cambia la capa de maquillaje externo, o en otras
palabras, el cómo se venda una opinión.
Y si no, lo tenemos más que fácil en el ejemplo ahora
mismo. Mañana es la Final del Festival de Eurovisión, y estos días se está
comprobando que para ser algo en esto del mundillo de la opinión, profesional u
amateur, el que no corre vuela, y el que
ya no está en Lisboa, o Portugal como mínimo, con cara de entendido en
Eurovisión, no venderá nada de nada. Y al que le ha pagado de alguna manera RTVE,
su estancia u entrada al Festival, no va a tener los santos pelendengues, ya se
me entiende, de poner a parir a la mano que le da de comer, o de sestear.
En A TROCHE Y MOCHE no tenemos ese problema. En su
momento, con la crisis, tocamos fondo, y aprendimos a vivir con lo mínimo. Y
todo lo que no sea totalmente necesario ya nos pone nerviosos, más que nada, con
la cara del Señor Montoro al fondo.
Además, y ya para terminar, el poder dar tu opinión libremente, pero procurando no faltar a nadie, que para eso existe la ironía, te da una felicidad/tranquilidad, que es mejor no comentar. Más que nada, para que el gobierno de turno no se ponga las pilas e intente sacar tajada de ello.
*FOTO: DE LA RED
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