Hoy es uno de esos días en que ya sólo los recuerdos te están
hablando de tu pila, de tu pila de años que ya acumulas.
Y es que pensar que estamos en un 8 de Diciembre, Día de la
Inmaculada Concepción, equivale a recordar inmediatamente que hace muchos años,
más de cincuenta, tal día como hoy se celebraba también el Día de la madre.
Me imagino que por aquello de que “el negocio es el negocio”,
y que ya bastantes fiestas había, y hay, en Diciembre, mudaron la fecha a Mayo, para tener en ese mes otro “por qué” para gastar, y darle al mismo tiempo al
bolsillo del ciudadano de a pie un poco de aire. Y es que los Reyes Magos
existirán, nunca lo he dudado, pero entre una cosa y otra, el dinero se te va y
nunca encuentras el truco del por qué.
En realidad, con el desparrame del dinero navideño ocurre
como con la velocidad del tiempo:
Se tarda todo un año en llegar a las
Navidades, verdad verdadera, pero cuando llegan se pasan a la velocidad de un
huracán, especialmente por cómo suelen quedar nuestras casas después de
cualquier ágape, y eso que ya los años te hacen tomar las cosas, e incluso las
copas, de manera, digamos, más comedida.
Hay gente que cuando se trata de fiestas, bebe como si no
hubiera un mañana, y al final no hay un mañana precisamente por todo lo que han
bebido. Una auténtica paradoja del destino.
Por cierto, y ante la curiosidad de alguno de mis lectores
que me han contactado internamente, decirles que a raíz de mi post “Lo carga el
diablo…” (https://patxipe.blogspot.com/2019/12/lo-carga-el-diablo.html)
sigo sin acercarme al frigorífico, pero esos buitres que en Diciembre tienen la
forma de famoso intentando venderte “lo suyo”, esta misma noche se han incluso
colado, uno de los que estaba en mi frigorífico precisamente, en un programa como el de “La sexta noche”, y han intentado vender, y
seguro que lo conseguirán a más de uno, un libro de cocina, con la excusa de
que el famoso cocinero en cuestión coincidió en la mili con el padre del
presentador del programa, Iñaki López.
Al final, tendré que hacer más sitio en el frigorífico y escribir
el blog desde allí. Por lo menos el frescor seguro que es bueno para la piel y para la famosa pila…
*FOTO: DE LA RED
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