Me acabo de dar cuenta, y no
me ha quedado más remedio que cantarme ahora mismo el cumpleaños feliz. Hoy
cumplo sesenta y cuatro años, y no me acordaba para nada.
¿Hay algún problema? Sí, que
son las tres de la mañana cuando escribo ésto, y el vecino de abajo ya habrá
dicho eso de: -Ya estamos otra vez, el del puto blog y sus rarezas.
Por lo demás, no los
aparento, al menos de estado de ánimo. De hecho, hay días en que no me sacaría
de la guardería, castigado.
Ya sé que después de lo
anterior, estaréis pensando: -Cómo está el colega. Como se dice en mi pueblo, al
menos, se decía: Peor que las maracas de Antonio Machín, y a sus años.
Aunque
ya me temo que la juventud no tendrá ni idea ni de Antonio, su máquina, y mucho
menos sus maracas.
Pues si este vecino del mundo
está como unas maracas, para humor, el del destino. Porque si algo nos
caracteriza a los españoles, aparte de ser más listos que el de al lado,
y especialmente que el de enfrente, es la envidia. Y no se le ocurre otra cosa
al destino que ponernos a los españoles … dos velocidades.
Ya estamos en Madrid, por ejemplo,
con ataques de nervios varios, especialmente en la clase política, y en la
empresarial. Que son, a la postre, los que quieren cortar el bacalao, porque entre
otras cosas, seguro que dirán que el bacalao es suyo, y que la vajilla y
el menaje de cocina también.
Es una pena que con lo bien
que lo tenía preparado la Señora Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel
Díaz Ayuso, incluido el reportaje de “El mundo”, se lo hayan chafado unos
cuantos memes, y especialmente la cursilería de unas poses que sonrojarían al
mismísimo Murillo.
Sinceramente, estoy convencido
de que muchos de nuestros políticos nos minusvaloran, y como mínimo están convencidos, de que el pueblo, así en general, es tonto. Y no se dan cuenta de que el mero
manual de supervivencia hace que o espabilemos, o nos quedamos en la cuneta,
como en tiempos de la guerra civil.
Mucho me temo que la España de
dos velocidades, mínimo, nos va a dar momentos gloriosos, aunque sean a la
postre, de vergüenza ajena. Pero muchos que todavía recordamos “La Codorniz” y
su espíritu, lo vamos a pasar, y sin perdón, teta.
*FOTO: DE LA RED
TRUCAJE: PATXIPE
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