Ya está aquí, por fin, mayo, y
con ello Sabina coronado como visionario por aquello de “¿Quién nos ha robado
el mes de abril? "
Ahora descubriremos si es
verdad ese tópico de las flores de mayo, y son eso, flores. Porque mucho me
temo que sean, en su lugar, esos cactus de película de vaqueros que son más
grandes que el jinete y caballo juntos.
Hoy me pasaré el día entero
buscando el chándal. Para mañana es más que necesario, si uno se quiere
retratar como deportista en ciernes. En Ciernes o en cualquiera de nuestros
pueblos.
Al final igual me decanto por
el turno de la tarde, de 8 a 11, porque lo de mañana por la mañana puede ser
como el encierro de los Sanfermines pero en el que no se va a distinguir
quienes son los toros y los mozos, aunque seguro que cabestros, lo que va a ser
cabestros, puede que abunden en ambos lados.
De todas maneras, lo de
dejarlo para la tarde puede tener un peligro añadido. Algún vecino de esos que
se han erigido desde el comienzo de la pandemia como policía de balcón, se
confunda, o vaya directamente a joder, diciendo a voz en grito que ya me ha
visto haciendo cabriolas en el turno de la mañana. Que aunque seas muy malo como
deportista, solo te puedes entrenar una vez al día.
Por cierto, y ya para
terminar, estoy hasta el gorro de la expresión “Ya queda menos”, que cada vez oímos
más, especialmente en la tele cuando se
despiden de alguien que ha entrado por Skype o similar. Claro que queda menos,
pero para todo, para lo bueno y para lo malo. Y tampoco se trata de recordar en
cada momento la fragilidad de la vida. Que ya se ha encargado de recordárnoslo
un puto virus, que además, por no tener, no tiene ni nombre serio. ¡Así es la vida!
*FOTO: DE LA RED
*FOTO: DE LA RED
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