Como hubiera dicho nuestro
gran filósofo “Chiquito de la calzada”: “La cosa está mu mala”.
No se puede decir otra cosa,
ya que nuestro antiguo héroe, Fernando Simón (siempre me acordaré, porque me
llegó al alma, a aquel joven que se tatuó su rostro en la pierna), como si estuviéramos
en un relato clásico, griego por ejemplo, ha tenido que pedir ayuda a los Nuevos Dioses, a los “Influencers” para ver si nos quitan la venda que nos
tiene atrapados, y no nos deja ver la cruda realidad de un virus al que ya
tenemos a apenas un centímetro de nuestro rostro, como la celebre imagen de una
Sargento Ripley literalmente enfrentada a Alien.
Mal, muy mal están las cosas,
cuando si entras en Twitter, y ves las preocupaciones de la gente menuda, y
esperemos que no menuda gente, en su forma de “Trending Topics”, aparecen
nombres como Pocholo, Marta López, Loquillo, Makoke… Éstos seguramente no
pueden ser considerados “influencers”, pero como mínimo serán muy “amiguitos”
de ellos, que lo mismo da.
Intentando contrastarlo con la
realidad de la calle, esta pasada noche, y dando un paseo por una de las muchas
avenidas marítimas que tenemos, encontrar una mascarilla entre los sentados en
las terrazas, más que difícil se hacía utópico.
Y es que ya sabemos eso de que
“el bicho existe pero seguro que no se va a fijar en mí porque yo soy el “prota”
de mi propia película, y todo les pasa a los demás”.
Entre anuncio y anuncio, de
maquinillas para las piernas, o de qué ropas, o maquillaje se lleva, esperemos
que los nuevos dioses tengan un momento para hacer algo benéfico, es decir, sin
cobrar, y digan a sus súbditos que se pongan a buen recaudo del Covid-19. Más que
nada, porque de otra manera se van a quedar sin sus potenciales clientes.
A la fuerza ahorcan…
*FOTO: DE LA RED
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